/ miércoles 26 de agosto de 2020

Lo digo como es | ¿Qué hacemos por José Luis y los de su generación?

Me provocó mucha ternura ver a José Luis sentado con toda formalidad frente a la cámara. Se dirigía a sus compañeros de clase.

La camisa blanca muy bien planchada; el peinado de lado y él se mueve nervioso y emocionado en el sillón sobre el que se ha sentado para presentarse.

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Platica que le gusta la escuela, que este ciclo quiere aprender más matemáticas, que su comida preferida es la sopa de letras y los legos es el juego que más le gusta.

Le vi su desempeño frente a la cámara y pensé que al niño de seguir así, le esperan posiciones de liderazgo.

Lo primero que dije, este niño va para político.

Bastó que reposara un rato mi primera reacción para preguntarme luego con mucha seriedad si en realidad los políticos de ahora inspiran... No fui muy lejos por la respuesta y estoy segura que en ese sentir coincido con muchos de ustedes.

Pero como no tiene caso —bajo mi punto de vista— regodearse en lo negativo porque es muy frustrante, cambiemos entonces las preguntas: ¿cuáles perfiles pueden inspirar? ¿Quién es un gobernante deseable? ¿A quién debemos otorgar la confianza para depositar en sus manos la conducción del municipio, el Estado y el país? ¿Cómo deben ser los y las servidoras públicas?

La historia nos ha enseñado y acontecimientos recientes lo confirman, la honestidad y la capacidad de los personajes de la política, no son concesiones que tengan los partidos políticos. Ninguna sigla partidista blinda por sí misma a sus militantes y gobernantes. Por eso más allá de partidos, se ocupa de personas, de trayectorias limpias y de probada capacidad para depositar en sus manos la confianza en la conducción de un municipio, de un Estado y de una nación.

Se ocupa de reconciliación para transitar en momentos tan difíciles como los que ahora enfrenta el mundo... Niños y niñas como José Luis, Rebeca, Cirilo, Ivanna, Miguel, Karla, Paula, Andrea, Sofía, Alberto, Belem y todos los rostros infantiles que se le vengan a la mente, merecen que quienes ahora tenemos capacidad de decisión y se esperaría también un juicio serio, tomemos con seriedad el análisis de los perfiles que habremos de elegir para que nos gobiernen... Así, probablemente cuando ellos y ellas estén en posibilidades de decidir su participación, tengan un abanico más amplio de liderazgos que les inspiren.

Me provocó mucha ternura ver a José Luis sentado con toda formalidad frente a la cámara. Se dirigía a sus compañeros de clase.

La camisa blanca muy bien planchada; el peinado de lado y él se mueve nervioso y emocionado en el sillón sobre el que se ha sentado para presentarse.

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Platica que le gusta la escuela, que este ciclo quiere aprender más matemáticas, que su comida preferida es la sopa de letras y los legos es el juego que más le gusta.

Le vi su desempeño frente a la cámara y pensé que al niño de seguir así, le esperan posiciones de liderazgo.

Lo primero que dije, este niño va para político.

Bastó que reposara un rato mi primera reacción para preguntarme luego con mucha seriedad si en realidad los políticos de ahora inspiran... No fui muy lejos por la respuesta y estoy segura que en ese sentir coincido con muchos de ustedes.

Pero como no tiene caso —bajo mi punto de vista— regodearse en lo negativo porque es muy frustrante, cambiemos entonces las preguntas: ¿cuáles perfiles pueden inspirar? ¿Quién es un gobernante deseable? ¿A quién debemos otorgar la confianza para depositar en sus manos la conducción del municipio, el Estado y el país? ¿Cómo deben ser los y las servidoras públicas?

La historia nos ha enseñado y acontecimientos recientes lo confirman, la honestidad y la capacidad de los personajes de la política, no son concesiones que tengan los partidos políticos. Ninguna sigla partidista blinda por sí misma a sus militantes y gobernantes. Por eso más allá de partidos, se ocupa de personas, de trayectorias limpias y de probada capacidad para depositar en sus manos la confianza en la conducción de un municipio, de un Estado y de una nación.

Se ocupa de reconciliación para transitar en momentos tan difíciles como los que ahora enfrenta el mundo... Niños y niñas como José Luis, Rebeca, Cirilo, Ivanna, Miguel, Karla, Paula, Andrea, Sofía, Alberto, Belem y todos los rostros infantiles que se le vengan a la mente, merecen que quienes ahora tenemos capacidad de decisión y se esperaría también un juicio serio, tomemos con seriedad el análisis de los perfiles que habremos de elegir para que nos gobiernen... Así, probablemente cuando ellos y ellas estén en posibilidades de decidir su participación, tengan un abanico más amplio de liderazgos que les inspiren.