/ miércoles 23 de junio de 2021

Momento Corporativo | ¿Cómo hacer eficiente el IEPS a bebidas alcohólicas? 

Como ha sucedido en otras administraciones, los primeros acercamientos entre la autoridad hacendaria y los organismos empresariales para revisar o modificar el esquema tributario no son nada tersos. Pero con el gobierno actual y su propuesta de reforma fiscal, el escenario es mucho más complejo y si de verdad se trata de ir más allá de “no cobrar más, sino mejor”, entonces urge revisar la aplicación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las bebidas alcohólicas, una decisión impositiva con la que se pretendía disminuir el consumo, pero no sólo se incumplió dicho objetivo sino que además fomentó el mercado de bebidas adulteradas, con las peligrosas repercusiones en materia de salud, y la propia evasión fiscal que se calcula en 8 mil 500 millones de pesos anuales. Y bajo dicha propuesta de actualización, el año pasado nació la iniciativa Moderniza IEPS que reúne a productores nacionales de mezcal, sotol, charanda, cerveza artesanal, importadores, distribuidores y consejos certificadores, y que hoy enriquecieron su propuesta de cobrar una cuota fija por cada grado de alcohol por litro en lugar de gravar el costo del producto, lo que traería diversos beneficios comenzando por mejorar la recaudación fiscal sin necesidad de aumentar impuestos en cerca de 20 mil millones de pesos extras por año; erradicar el consumo de productos nocivos; el desarrollo sostenido en el campo y en toda la cadena de producción de destilados y fermentados; un piso parejo entre pequeños productores de destilados y fermentados ante las grandes empresas, entre otras.

La propuesta coincide con una iniciativa legislativa del senador del partido Morena, Gerardo Novelo, que también destaca los beneficios de la actualización impositiva y que el propio SAT de Raquel Buenrostro necesariamente debe revisar.

Efecto porcino

El año pasado, la balanza comercial del mercado nacional porcino fue deficitario con 565 mil toneladas, de acuerdo con la Comecarne, que preside Ernesto Hermosillo. México es uno de los 10 mayores consumidores del mundo, cualquier distorsión de las importaciones tiene repercusiones locales, además de las presiones que los precios que la carne de cerdo experimentan desde hace varias semanas. Y sobre la reciente decisión del Departamento de Agricultura de Estados Unidos de frenar las importaciones de la planta de la firma Smithfield Foods en Carolina del Norte, que se considera la más grande del mundo, la industria todavía no resiente mayores consecuencias y más bien está en manos de las autoridades la estrategia que implementarán por dicha prohibición, pero la compañía, que pertenece WH Group, trabaja intensamente para reanudar las exportaciones y sobretodo deslindar responsabilidades ya que el cargamento del que se cuestionó su calidad y fue el motivo de la veda temporal fue vendido antes a otra empresa que también opera en Estados Unidos.

Como ha sucedido en otras administraciones, los primeros acercamientos entre la autoridad hacendaria y los organismos empresariales para revisar o modificar el esquema tributario no son nada tersos. Pero con el gobierno actual y su propuesta de reforma fiscal, el escenario es mucho más complejo y si de verdad se trata de ir más allá de “no cobrar más, sino mejor”, entonces urge revisar la aplicación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las bebidas alcohólicas, una decisión impositiva con la que se pretendía disminuir el consumo, pero no sólo se incumplió dicho objetivo sino que además fomentó el mercado de bebidas adulteradas, con las peligrosas repercusiones en materia de salud, y la propia evasión fiscal que se calcula en 8 mil 500 millones de pesos anuales. Y bajo dicha propuesta de actualización, el año pasado nació la iniciativa Moderniza IEPS que reúne a productores nacionales de mezcal, sotol, charanda, cerveza artesanal, importadores, distribuidores y consejos certificadores, y que hoy enriquecieron su propuesta de cobrar una cuota fija por cada grado de alcohol por litro en lugar de gravar el costo del producto, lo que traería diversos beneficios comenzando por mejorar la recaudación fiscal sin necesidad de aumentar impuestos en cerca de 20 mil millones de pesos extras por año; erradicar el consumo de productos nocivos; el desarrollo sostenido en el campo y en toda la cadena de producción de destilados y fermentados; un piso parejo entre pequeños productores de destilados y fermentados ante las grandes empresas, entre otras.

La propuesta coincide con una iniciativa legislativa del senador del partido Morena, Gerardo Novelo, que también destaca los beneficios de la actualización impositiva y que el propio SAT de Raquel Buenrostro necesariamente debe revisar.

Efecto porcino

El año pasado, la balanza comercial del mercado nacional porcino fue deficitario con 565 mil toneladas, de acuerdo con la Comecarne, que preside Ernesto Hermosillo. México es uno de los 10 mayores consumidores del mundo, cualquier distorsión de las importaciones tiene repercusiones locales, además de las presiones que los precios que la carne de cerdo experimentan desde hace varias semanas. Y sobre la reciente decisión del Departamento de Agricultura de Estados Unidos de frenar las importaciones de la planta de la firma Smithfield Foods en Carolina del Norte, que se considera la más grande del mundo, la industria todavía no resiente mayores consecuencias y más bien está en manos de las autoridades la estrategia que implementarán por dicha prohibición, pero la compañía, que pertenece WH Group, trabaja intensamente para reanudar las exportaciones y sobretodo deslindar responsabilidades ya que el cargamento del que se cuestionó su calidad y fue el motivo de la veda temporal fue vendido antes a otra empresa que también opera en Estados Unidos.