/ domingo 21 de abril de 2019

Reflexión dominical | Domingo de Pascua


De la resurrección del Señor

“Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia que estás resucitado”.

Hechos 10,34.37-43

Colosenses 3,1-4; o bien: 1 Corintios 5,6-8

Secuencia

Juan 20,1-9; o bien: Lucas 24,1-12; o bien: Lucas 24,13-35

Hoy, sin duda, es el domingo más importante del año; hoy es el Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor. La liturgia de la palabra de las misas de este día nos proponen varios puntos de meditación: fe, testimonio, alegría y vida nueva ante la resurrección de Jesucristo.

El texto del libro de los Hechos de los Apóstoles (primera lectura) nos ofrece el testimonio de Pedro. En efecto, en el famoso discurso pronunciado en la casa del centurión Cornelio, Pedro anuncia el Kerygma acerca de la vida, muerte y resurrección de Jesús. Él ha sido testigo de todos los eventos que predica, e invita a creer en la persona del Resucitado a fin de obtener “el perdón de los pecados”.

San Pablo, en la segunda lectura, nos invita a llevar una vida nueva, buscando, ante todo, los bienes del cielo, que duran para siempre, no los de la tierra “Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra” (Colosenses). O con la imagen de la antigua levadora, nos exhorta en Primera Corintios a mantener en nosotros una vida de gracia, desechando todo vicio y maldad: “Celebremos, pues, la fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es de vicio y maldad, sino con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad”.

La Secuencia que proclamamos este día de Pascua nos recuerda, bellamente, el triunfo de Jesucristo sobre la muerte. Jesús, el Cordero sin pecado, resucita venciendo la muerte. La última estrofa es una súplica al Rey vencedor: “apiádate de la miseria humana y da a tus fieles parte en tu victoria santa”.

Los tres textos del evangelio que se nos proponen para este Domingo de Pascua nos presentan elementos fundamentales en torno a la resurrección de Jesucristo: las mujeres y, al menos, Pedro y Juan, constatan que el sepulcro está vacío; la fe ante este acontecimiento de la resurrección; el testimonio alegre que todos comunican: “De veras ha resucitado el Señor”.

¡Felices Pascuas de Resurrección!

Monseñor Ruy Rendón Leal. Arzobispo de Hermosillo.


De la resurrección del Señor

“Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia que estás resucitado”.

Hechos 10,34.37-43

Colosenses 3,1-4; o bien: 1 Corintios 5,6-8

Secuencia

Juan 20,1-9; o bien: Lucas 24,1-12; o bien: Lucas 24,13-35

Hoy, sin duda, es el domingo más importante del año; hoy es el Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor. La liturgia de la palabra de las misas de este día nos proponen varios puntos de meditación: fe, testimonio, alegría y vida nueva ante la resurrección de Jesucristo.

El texto del libro de los Hechos de los Apóstoles (primera lectura) nos ofrece el testimonio de Pedro. En efecto, en el famoso discurso pronunciado en la casa del centurión Cornelio, Pedro anuncia el Kerygma acerca de la vida, muerte y resurrección de Jesús. Él ha sido testigo de todos los eventos que predica, e invita a creer en la persona del Resucitado a fin de obtener “el perdón de los pecados”.

San Pablo, en la segunda lectura, nos invita a llevar una vida nueva, buscando, ante todo, los bienes del cielo, que duran para siempre, no los de la tierra “Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra” (Colosenses). O con la imagen de la antigua levadora, nos exhorta en Primera Corintios a mantener en nosotros una vida de gracia, desechando todo vicio y maldad: “Celebremos, pues, la fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es de vicio y maldad, sino con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad”.

La Secuencia que proclamamos este día de Pascua nos recuerda, bellamente, el triunfo de Jesucristo sobre la muerte. Jesús, el Cordero sin pecado, resucita venciendo la muerte. La última estrofa es una súplica al Rey vencedor: “apiádate de la miseria humana y da a tus fieles parte en tu victoria santa”.

Los tres textos del evangelio que se nos proponen para este Domingo de Pascua nos presentan elementos fundamentales en torno a la resurrección de Jesucristo: las mujeres y, al menos, Pedro y Juan, constatan que el sepulcro está vacío; la fe ante este acontecimiento de la resurrección; el testimonio alegre que todos comunican: “De veras ha resucitado el Señor”.

¡Felices Pascuas de Resurrección!

Monseñor Ruy Rendón Leal. Arzobispo de Hermosillo.

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