/ viernes 24 de julio de 2020

Reto lector sonorense | El despojo a los guarijíos y la 4T

En medio de la pandemia se está dando un letal despojo a los guarijíos. La presa Pilares está terminada y se está llenando. Dejando sin su territorio ancestral a la tribu makurawe.

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Mucho tiempo la amenaza de la presa estuvo presente y llevó a los guarijíos a una lucha por conservar su territorio y a exigir su derecho a la consulta previa e informada.

La tribu llegó a ganar un amparo en febrero del 2019 en el Tercer Tribunal Colegiado del Quinto Circuito de Hermosillo donde la autoridad emitió una sentencia definitiva a favor de los guarijíos para que se protejan sus derechos colectivos a la consulta y al consentimiento previo, libre e informado después de cinco años de juicio y siete años de acompañamiento del grupo de asesores.

La amenaza de la presa inició en el sexenio de Guillermo Padrés con el Plan Sonora SI, el cual además de dividir a la entidad en una guerra por el agua entre dos ciudades por el acueducto Independencia, también contemplaba la construcción de la presa Pilares. Ese sexenio el gobierno estatal persiguió y encarcelo a miembros de la tribu yaqui por luchar en contra del despojó de agua, también amenazó de muerte a los asesores de los guarijíos y a las autoridades makurawe que se negaban al megaproyecto hidráulico.

Al inicio de la actual administración estatal se liberaron algunos de los presos políticos de la tribu yaqui que el gobierno panista persiguió, y las amenazas a los asesores guarijíos cesó. Sin embargo, el plan de construcción de la presa continuó hasta que poco a poco la lucha de la tribu logró cerrarles el paso a los impulsores del megaproyecto en los juzgados.

Con el triunfo de López Obrador muchos pensaron que el despojo a los guarijíos no se daría. Desafortunadamente la 4T demostró con hechos que su promesa de primeros los pobres y en especial los pueblos indígenas, es una mentira cuando los intereses de las comunidades indígenas se contraponen a su visión de progreso y la de sus aliados locales.

En octubre del 2019 la visita de Andrés Manuel López Obrador a San Bernardo de Álamos, en territorio guarijío, lejos de servir para que el mandatario se sensibilizara de la lucha del pueblo indígena, fue la oportunidad perfecta para planchar todo a favor de los promotores de la presa Pilares.

Aun con la traición de la 4T a la tribu guarijía y de la inevitable construcción de la presa, así como el despojo de su territorio, los nobles makurawes hicieron una serie de propuestas junto a sus asesores para reducir el impacto ambiental del megaproyecto que presentaron en febrero del presente año; pero tampoco fueron escuchados en esta ocasión.

A inicios de marzo, cuando la pandemia iniciaba, promotores de la presa, algunos miembros de la tribu que desde años atrás habían sido comprados por los preseros y autoridades tanto estatales como federales realizaron una asamblea en Mesa Colorada para nombrar nuevas autoridades indígenas, remover a las que había antes y hacer una carta donde se deslindaron del amparo ganado.

Todo lo anterior nos trae hasta la segunda semana de julio cuando se comenzó a llenar la presa pilares concretando el despojo a los guarijíos por parte de la 4T que tanto prometió en campaña que primero los pobres y que nunca más una decisión sin tomar en cuenta a los pueblos indígenas. Todo esto en medio de una pandemia que fue usada como el escenario perfecto para vulnerar más a la tribu más pobre de Sonora.

En medio de la pandemia se está dando un letal despojo a los guarijíos. La presa Pilares está terminada y se está llenando. Dejando sin su territorio ancestral a la tribu makurawe.

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Mucho tiempo la amenaza de la presa estuvo presente y llevó a los guarijíos a una lucha por conservar su territorio y a exigir su derecho a la consulta previa e informada.

La tribu llegó a ganar un amparo en febrero del 2019 en el Tercer Tribunal Colegiado del Quinto Circuito de Hermosillo donde la autoridad emitió una sentencia definitiva a favor de los guarijíos para que se protejan sus derechos colectivos a la consulta y al consentimiento previo, libre e informado después de cinco años de juicio y siete años de acompañamiento del grupo de asesores.

La amenaza de la presa inició en el sexenio de Guillermo Padrés con el Plan Sonora SI, el cual además de dividir a la entidad en una guerra por el agua entre dos ciudades por el acueducto Independencia, también contemplaba la construcción de la presa Pilares. Ese sexenio el gobierno estatal persiguió y encarcelo a miembros de la tribu yaqui por luchar en contra del despojó de agua, también amenazó de muerte a los asesores de los guarijíos y a las autoridades makurawe que se negaban al megaproyecto hidráulico.

Al inicio de la actual administración estatal se liberaron algunos de los presos políticos de la tribu yaqui que el gobierno panista persiguió, y las amenazas a los asesores guarijíos cesó. Sin embargo, el plan de construcción de la presa continuó hasta que poco a poco la lucha de la tribu logró cerrarles el paso a los impulsores del megaproyecto en los juzgados.

Con el triunfo de López Obrador muchos pensaron que el despojo a los guarijíos no se daría. Desafortunadamente la 4T demostró con hechos que su promesa de primeros los pobres y en especial los pueblos indígenas, es una mentira cuando los intereses de las comunidades indígenas se contraponen a su visión de progreso y la de sus aliados locales.

En octubre del 2019 la visita de Andrés Manuel López Obrador a San Bernardo de Álamos, en territorio guarijío, lejos de servir para que el mandatario se sensibilizara de la lucha del pueblo indígena, fue la oportunidad perfecta para planchar todo a favor de los promotores de la presa Pilares.

Aun con la traición de la 4T a la tribu guarijía y de la inevitable construcción de la presa, así como el despojo de su territorio, los nobles makurawes hicieron una serie de propuestas junto a sus asesores para reducir el impacto ambiental del megaproyecto que presentaron en febrero del presente año; pero tampoco fueron escuchados en esta ocasión.

A inicios de marzo, cuando la pandemia iniciaba, promotores de la presa, algunos miembros de la tribu que desde años atrás habían sido comprados por los preseros y autoridades tanto estatales como federales realizaron una asamblea en Mesa Colorada para nombrar nuevas autoridades indígenas, remover a las que había antes y hacer una carta donde se deslindaron del amparo ganado.

Todo lo anterior nos trae hasta la segunda semana de julio cuando se comenzó a llenar la presa pilares concretando el despojo a los guarijíos por parte de la 4T que tanto prometió en campaña que primero los pobres y que nunca más una decisión sin tomar en cuenta a los pueblos indígenas. Todo esto en medio de una pandemia que fue usada como el escenario perfecto para vulnerar más a la tribu más pobre de Sonora.