/ martes 10 de diciembre de 2019

Salud y bienestar | El mundo de los gigantes

Son varias las enfermedades que se asocian con alteraciones que afectan al sistema endócrino o glandular en el cuerpo. Es más, una de ellas, la diabetes, tiene al sistema de salud bastante ocupado y preocupado. Y cómo no, al ser tan frecuentes desde tiempos muy antiguos, las enfermedades del sistema endocrino han estado presentes hasta en el arte.

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En la época del Renacimiento, la glándula tiroides no era vista como ahora, y uno de los primeros dibujos de ella lo realizó Leonardo da Vinci en 1510, pero lamentablemente sus cuadernos desaparecieron después de su fallecimiento en 1519. Vesalio después publicó su libro De Humani Corporis Fabrica, en 1543, y la glándula tiroides fue visible para los médicos. El nombre surgió de su cercanía al cartílago y su forma de escudo (thyreos en griego).

Leonardo da Vinci representa al bocio en cuadros o dibujos como Scaramuccia. Además de afectar a la glándula tiroides, hay otras como la hipófisis que produce la hormona de crecimiento, que si se secreta en demasía durante la infancia ocasionará gigantismo, y si lo hace en la adultez, un padecimiento llamado: acromegalia. Esto se refleja muy bien en el arte y la historia.

Los gigantes habitan en el mundo real y en el imaginario, el ser gigante era sinónimo de poder o maldad, como ocurre en la mitología griega. Por otro lado en la historia, David se enfrenta a Goliat, gigante filisteo que retó a los israelíes y, de acuerdo con las fuentes que relatan la historia, medía entre 2 y 2.97 m. El rey Saúl y su ejército le temían y no respondía a las provocaciones, ya que sentían que ante tal monstruo no había posibilidad de ganar.

No había soldado israelí que se atreviera a hacerle frente, ya que sus características físicas a las que agregaba una malla, jabalina, casco y escudo lo hacían verse imponente. David, pastor de profesión, decidió enfrentarlo con una honda, y sin armadura o casco. Con una excelente puntería, David lanzó una piedra que le dio a Goliat en la frente y lo hizo caer de cara al suelo. ¿Cómo fue esto posible? claro, además de la ayuda divina. Se cree que este gigante tenía un tumor hipofisario que comprimía al nervio óptico, lo que limitaba su campo visual y le permitió a David colocarse en un ángulo que le impidió verlo. Una lástima que esto no ocurriera con Andy Ruiz ante el “gigante” Joshua, pero esa es otra historia.

Un gigante conocido por los niños es el del cuento de Jack y el árbol de las habichuelas, que nos muestra otra variante de gigante. El ogro que encontramos en Pulgarcito se caracteriza por su preferencia por consumir carne humana, que según algunos escritos, no es una característica de los gigantes.

Películas recientes nos recuerdan a Gulliver, la obra más conocida de Jonathan Swift, que relata los viajes de Lemuel Gulliver y de la que se han realizado varias interpretaciones. Un comentario interesante es que en realidad Gulliver no era un gigante, pero para los liliputienses sí, ya que estos medían unos 15 cm; aunque en nuestra memoria queda como un gigante si se ve desde los ojos de los liliputienses, que eran enanos.

El caso es que ambas situaciones pueden presentarse como alteraciones en la función hipofisaria. Para los aficionados a las películas del Agente 007, en la película El espía que me amó (1977), aparece Jaws, interpretado por el actor Richard Kiel.

Por supuesto, estaba con los malos. Se ve como el clásico descrito caso de acromegalia, alteración ocasionada por la producción anormal de hormona de crecimiento en la edad adulta. Estos son sólo algunos de los ejemplos de problemas o enfermedades del sistema endócrino, hay más, y son verdaderamente sorprendentes.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

Son varias las enfermedades que se asocian con alteraciones que afectan al sistema endócrino o glandular en el cuerpo. Es más, una de ellas, la diabetes, tiene al sistema de salud bastante ocupado y preocupado. Y cómo no, al ser tan frecuentes desde tiempos muy antiguos, las enfermedades del sistema endocrino han estado presentes hasta en el arte.

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En la época del Renacimiento, la glándula tiroides no era vista como ahora, y uno de los primeros dibujos de ella lo realizó Leonardo da Vinci en 1510, pero lamentablemente sus cuadernos desaparecieron después de su fallecimiento en 1519. Vesalio después publicó su libro De Humani Corporis Fabrica, en 1543, y la glándula tiroides fue visible para los médicos. El nombre surgió de su cercanía al cartílago y su forma de escudo (thyreos en griego).

Leonardo da Vinci representa al bocio en cuadros o dibujos como Scaramuccia. Además de afectar a la glándula tiroides, hay otras como la hipófisis que produce la hormona de crecimiento, que si se secreta en demasía durante la infancia ocasionará gigantismo, y si lo hace en la adultez, un padecimiento llamado: acromegalia. Esto se refleja muy bien en el arte y la historia.

Los gigantes habitan en el mundo real y en el imaginario, el ser gigante era sinónimo de poder o maldad, como ocurre en la mitología griega. Por otro lado en la historia, David se enfrenta a Goliat, gigante filisteo que retó a los israelíes y, de acuerdo con las fuentes que relatan la historia, medía entre 2 y 2.97 m. El rey Saúl y su ejército le temían y no respondía a las provocaciones, ya que sentían que ante tal monstruo no había posibilidad de ganar.

No había soldado israelí que se atreviera a hacerle frente, ya que sus características físicas a las que agregaba una malla, jabalina, casco y escudo lo hacían verse imponente. David, pastor de profesión, decidió enfrentarlo con una honda, y sin armadura o casco. Con una excelente puntería, David lanzó una piedra que le dio a Goliat en la frente y lo hizo caer de cara al suelo. ¿Cómo fue esto posible? claro, además de la ayuda divina. Se cree que este gigante tenía un tumor hipofisario que comprimía al nervio óptico, lo que limitaba su campo visual y le permitió a David colocarse en un ángulo que le impidió verlo. Una lástima que esto no ocurriera con Andy Ruiz ante el “gigante” Joshua, pero esa es otra historia.

Un gigante conocido por los niños es el del cuento de Jack y el árbol de las habichuelas, que nos muestra otra variante de gigante. El ogro que encontramos en Pulgarcito se caracteriza por su preferencia por consumir carne humana, que según algunos escritos, no es una característica de los gigantes.

Películas recientes nos recuerdan a Gulliver, la obra más conocida de Jonathan Swift, que relata los viajes de Lemuel Gulliver y de la que se han realizado varias interpretaciones. Un comentario interesante es que en realidad Gulliver no era un gigante, pero para los liliputienses sí, ya que estos medían unos 15 cm; aunque en nuestra memoria queda como un gigante si se ve desde los ojos de los liliputienses, que eran enanos.

El caso es que ambas situaciones pueden presentarse como alteraciones en la función hipofisaria. Para los aficionados a las películas del Agente 007, en la película El espía que me amó (1977), aparece Jaws, interpretado por el actor Richard Kiel.

Por supuesto, estaba con los malos. Se ve como el clásico descrito caso de acromegalia, alteración ocasionada por la producción anormal de hormona de crecimiento en la edad adulta. Estos son sólo algunos de los ejemplos de problemas o enfermedades del sistema endócrino, hay más, y son verdaderamente sorprendentes.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.