/ martes 18 de febrero de 2020

Salud y bienestar | El plato del bien comer… Maya

Uno de los mayores desafíos que existen para realizar actividades de promoción de la salud con la intención de disminuir riesgos, es realizar campañas educativas cuyo diseño sea adecuado a la población que se quiere impactar; sin embargo, esto es poco frecuente, entre otras cosas, por el alto costo que implica producir material educativo para cada región y tipo de población que habita en México.

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Hoy más que nunca las redes son el método de comunicación más efectivo para la población joven, y no tan joven; publicidad, comerciales y personajes diversos que comparten ideas y puntos de vista. Eso también incluye la alimentación.

Debido al riesgo que implican el sobrepeso y la obesidad para el desarrollo de enfermedades como la diabetes y la hipertensión, en México, contamos con la Norma Oficial Mexicana de “Promoción y Educación para la Salud en Materia Alimentaria. Criterios para Brindar Orientación”, en la que se propone una representación gráfica llamada El Plato del Bien Comer como herramienta de promoción de la salud, para utilizarse en actividades de orientación alimentaria.

El plato integra tres grupos de alimentos previamente identificados como básicos para la dieta de los mexicanos: verduras y frutas; cereales y tubérculos; leguminosas y alimentos de origen animal. Sin embargo, se considera que esta propuesta es poco viable para utilizarla en áreas rurales debido a que contiene productos alimenticios no conocidos por la población de escasos recursos, particularmente de origen indígena, que, además de vivir en zonas rurales donde hay poco acceso a supermercados, carece de recursos económicos para comprar los productos recomendados.

Con la influencia de los medios masivos de comunicación, incluyendo las redes; los niños y adolescentes escuchan el discurso sobre la importancia de comer “saludablemente”; sin embargo, en la vida diaria las prácticas alimentarias son contrarias a las ideales, entre otras cosas por el exceso de publicidad de productos con poco valor nutricional y por la idea de que comer sano es caro.

No obstante, una de las dificultades para realizar actividades de promoción de la salud con adolescentes, específicamente relacionadas con alimentación saludable, es la falta de comunicación efectiva y de negociación intercultural de parte del personal de salud, considerando la interculturalidad entendida como la influencia que la interacción entre dos o más culturas ejerce sobre las personas, en este caso, entre diferentes modelos de atención a la salud.

Al respecto, se han propuesto indicadores de mejora donde destaca el “respeto a la libre expresión de prácticas y creencias”, punto necesario para comprender la perspectiva de los jóvenes respecto de la alimentación local.

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán, están realizando esfuerzos por desarrollar herramientas de promoción a la salud acordes con la cultura maya; por ello diseñaron El Plato del Bien Comer Maya, el cual sigue el mismo diseño de El Plato del Bien Comer utilizado a nivel nacional, pero enfatiza en los alimentos del patrimonio cultural y natural del pueblo maya que se consumen cotidianamente en el área rural, incluyendo alimentos con índice glucémico bajo y de bajo costo.

El Plato del Bien Comer Maya propone utilizar los recursos disponibles en las comunidades sin afectar económicamente la situación familiar. Los productos que contiene cada grupo de alimentos se consumen por la población maya desde tiempos de sus antepasados. El plato tiene un anexo en lengua maya e incluye figuras de flora y fauna regionales, colores que identifican los grupos de alimentos y simbología maya; además, nombra los alimentos tal y como la población se refiere a ellos diariamente.

Proporciona ideas de combinación de alimentos de bajo costo y evita alimentos industrializados. Este tipo de intervenciones es recomendable crear opciones saludables en los jóvenes en el marco de la representatividad.

Uno de los mayores desafíos que existen para realizar actividades de promoción de la salud con la intención de disminuir riesgos, es realizar campañas educativas cuyo diseño sea adecuado a la población que se quiere impactar; sin embargo, esto es poco frecuente, entre otras cosas, por el alto costo que implica producir material educativo para cada región y tipo de población que habita en México.

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Hoy más que nunca las redes son el método de comunicación más efectivo para la población joven, y no tan joven; publicidad, comerciales y personajes diversos que comparten ideas y puntos de vista. Eso también incluye la alimentación.

Debido al riesgo que implican el sobrepeso y la obesidad para el desarrollo de enfermedades como la diabetes y la hipertensión, en México, contamos con la Norma Oficial Mexicana de “Promoción y Educación para la Salud en Materia Alimentaria. Criterios para Brindar Orientación”, en la que se propone una representación gráfica llamada El Plato del Bien Comer como herramienta de promoción de la salud, para utilizarse en actividades de orientación alimentaria.

El plato integra tres grupos de alimentos previamente identificados como básicos para la dieta de los mexicanos: verduras y frutas; cereales y tubérculos; leguminosas y alimentos de origen animal. Sin embargo, se considera que esta propuesta es poco viable para utilizarla en áreas rurales debido a que contiene productos alimenticios no conocidos por la población de escasos recursos, particularmente de origen indígena, que, además de vivir en zonas rurales donde hay poco acceso a supermercados, carece de recursos económicos para comprar los productos recomendados.

Con la influencia de los medios masivos de comunicación, incluyendo las redes; los niños y adolescentes escuchan el discurso sobre la importancia de comer “saludablemente”; sin embargo, en la vida diaria las prácticas alimentarias son contrarias a las ideales, entre otras cosas por el exceso de publicidad de productos con poco valor nutricional y por la idea de que comer sano es caro.

No obstante, una de las dificultades para realizar actividades de promoción de la salud con adolescentes, específicamente relacionadas con alimentación saludable, es la falta de comunicación efectiva y de negociación intercultural de parte del personal de salud, considerando la interculturalidad entendida como la influencia que la interacción entre dos o más culturas ejerce sobre las personas, en este caso, entre diferentes modelos de atención a la salud.

Al respecto, se han propuesto indicadores de mejora donde destaca el “respeto a la libre expresión de prácticas y creencias”, punto necesario para comprender la perspectiva de los jóvenes respecto de la alimentación local.

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán, están realizando esfuerzos por desarrollar herramientas de promoción a la salud acordes con la cultura maya; por ello diseñaron El Plato del Bien Comer Maya, el cual sigue el mismo diseño de El Plato del Bien Comer utilizado a nivel nacional, pero enfatiza en los alimentos del patrimonio cultural y natural del pueblo maya que se consumen cotidianamente en el área rural, incluyendo alimentos con índice glucémico bajo y de bajo costo.

El Plato del Bien Comer Maya propone utilizar los recursos disponibles en las comunidades sin afectar económicamente la situación familiar. Los productos que contiene cada grupo de alimentos se consumen por la población maya desde tiempos de sus antepasados. El plato tiene un anexo en lengua maya e incluye figuras de flora y fauna regionales, colores que identifican los grupos de alimentos y simbología maya; además, nombra los alimentos tal y como la población se refiere a ellos diariamente.

Proporciona ideas de combinación de alimentos de bajo costo y evita alimentos industrializados. Este tipo de intervenciones es recomendable crear opciones saludables en los jóvenes en el marco de la representatividad.