/ martes 16 de marzo de 2021

Salud y bienestar | El uso del cubrebocas

La semana pasada nos ganamos, de acuerdo a la conferencia diaria sobre la pandemia, un semáforo en color verde (¿?), pero ¿qué tanto implica que Sonora tenga semáforo en color verde? ¿Es momento de bajar la guardia?

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A lo largo de estos meses hemos aprendido lecciones importantes que pueden salvar vidas, una de ellas es el uso generalizado de cubrebocas, la cual es una estrategia eficiente, económica, fácil de implementar, sin riesgo para los usuarios y que de adoptarse de forma extendida y racional podría reducir los estimadores que informan sobre el número de personas infectadas; además de tener el potencial de reducir la severidad del cuadro clínico en caso de una infección al disminuir la carga viral.

La ruta principal de transmisión del SARS-CoV-2 es a través del contacto con gotas o aerosoles que se liberan de una persona infectada al respirar o hablar; en este contexto, el cubrebocas funciona como una barrera de diferentes grados de eficiencia, en función del material de dicha barrera, cualquier consideración centrada en cuestionar su efectividad pone en un peligro real la vida de seres humanos.

Las estimaciones del impacto de su uso generalizado ubican los cubrebocas de grado médico (quirúrgico tricapa) y a los respiradores N95 como los más eficientes en la reducción del riesgo de transmisión, aunado a ello, se han realizado cálculos que señalan la utilidad protectora del uso de cubrebocas. Desde cubrebocas de materiales caseros como tela; es importante señalar que la eficiencia de esta intervención no sólo depende del tipo de cubrebocas que se use, sino también de la cantidad de personas que lo usen, de ahí la urgencia de su uso generalizado.

En este contexto, es importante señalar que se deben utilizar de manera adecuada; en México, una gran cantidad de personas no lo usa, sin embargo, cerca de la mitad de quienes sí lo usan, lo hacen de manera incorrecta, porque se cubren únicamente la boca, se lo quitan para hablar por teléfono o con otras personas, lo traen a nivel del mentón o del cuello o continuamente se lo acomodan con los dedos; todos estos usos inadecuados del cubrebocas son potencialmente peligrosos, ya que si se presenta una exposición al SARS-CoV-2, quienes lo porten de forma inadecuada tienen un alto riesgo de contagio. Por lo tanto, no basta con usarlo sino que debe hacerse de manera correcta.

Algunas de las razones que esgrimen los detractores del uso del cubrebocas incluyen que descartan su uso como herramienta útil porque éste no confiere una protección completa contra la infección; otros señalan problemas de oxigenación y agravamiento de condiciones basales o un atropello a sus libertades individuales.

Es interesante la perspectiva desde la cual en esta negación, con sus representantes en varios sectores de la sociedad, desde líderes de gobierno, artistas de cultura pop, hasta propios actores del gremio científico, presentan argumentos tomados de datos incompletos, pseudocientíficos, convenientes, anecdóticos, desactualizados y fuera de contexto, similares a los que tienen los grupos antivacunas.

En contraste, en otras regiones en donde el uso de cubrebocas ha tenido mejores resultados en su implementación se ha reportado una atenuación en la circulación del SARS-CoV-2, así como del virus de la influenza estacional, esto ha significado un descenso importante en el número de infecciones y defunciones.

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Está en nuestras manos continuar con las medidas de prevención que han resultado ser efectivas en la contención de todos los virus respiratorios, como el distanciamiento físico, la higiene de manos y el uso generalizado de cubrebocas.

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La ruta principal de transmisión del SARS-CoV-2 es a través del contacto con gotas o aerosoles que se liberan de una persona infectada al respirar o hablar; en este contexto, el cubrebocas funciona como una barrera de diferentes grados de eficiencia, en función del material de dicha barrera, cualquier consideración centrada en cuestionar su efectividad pone en un peligro real la vida de seres humanos.

Las estimaciones del impacto de su uso generalizado ubican los cubrebocas de grado médico (quirúrgico tricapa) y a los respiradores N95 como los más eficientes en la reducción del riesgo de transmisión, aunado a ello, se han realizado cálculos que señalan la utilidad protectora del uso de cubrebocas. Desde cubrebocas de materiales caseros como tela; es importante señalar que la eficiencia de esta intervención no sólo depende del tipo de cubrebocas que se use, sino también de la cantidad de personas que lo usen, de ahí la urgencia de su uso generalizado.

En este contexto, es importante señalar que se deben utilizar de manera adecuada; en México, una gran cantidad de personas no lo usa, sin embargo, cerca de la mitad de quienes sí lo usan, lo hacen de manera incorrecta, porque se cubren únicamente la boca, se lo quitan para hablar por teléfono o con otras personas, lo traen a nivel del mentón o del cuello o continuamente se lo acomodan con los dedos; todos estos usos inadecuados del cubrebocas son potencialmente peligrosos, ya que si se presenta una exposición al SARS-CoV-2, quienes lo porten de forma inadecuada tienen un alto riesgo de contagio. Por lo tanto, no basta con usarlo sino que debe hacerse de manera correcta.

Algunas de las razones que esgrimen los detractores del uso del cubrebocas incluyen que descartan su uso como herramienta útil porque éste no confiere una protección completa contra la infección; otros señalan problemas de oxigenación y agravamiento de condiciones basales o un atropello a sus libertades individuales.

Es interesante la perspectiva desde la cual en esta negación, con sus representantes en varios sectores de la sociedad, desde líderes de gobierno, artistas de cultura pop, hasta propios actores del gremio científico, presentan argumentos tomados de datos incompletos, pseudocientíficos, convenientes, anecdóticos, desactualizados y fuera de contexto, similares a los que tienen los grupos antivacunas.

En contraste, en otras regiones en donde el uso de cubrebocas ha tenido mejores resultados en su implementación se ha reportado una atenuación en la circulación del SARS-CoV-2, así como del virus de la influenza estacional, esto ha significado un descenso importante en el número de infecciones y defunciones.

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