/ martes 20 de abril de 2021

Salud y bienestar | La desinformación como epidemia

Ante la emergencia sanitaria que se vive en el mundo por la expansión del virus Covid-19, uno de los aspectos que se propaga rápidamente y es igual de peligroso que el propio virus resulta las noticias falsas y la desinformación, lo cual ha generado un fenómeno que la Organización Mundial de la Salud nombró como: infodemia.

Se considera así al bombardeo masivo de la información, imprecisa o tendenciosa, que confunde e incentiva el miedo entre la población y en donde por cierto, esta práctica es muy común.

Esta infodemia obstaculiza también las medidas de contención del brote, propaga pánico y confusión de forma innecesaria generando división en un momento en el que necesitamos ser solidarios y colaborar para salvar vidas y para poner fin a esta crisis sanitaria.

Hay muchas teorías conspirativas, sombrías sobre el virus, como la de que se trata de un intento de despoblar deliberadamente el planeta o que es el inicio de una guerra mundial biológica; y sonaría bien para los que somos cinéfilos frecuentes o que usualmente vemos alguna serie de ficción. Es algo que sucede en todos los países del mundo, y en muchos más idiomas que en los oficiales de las Naciones Unidas. Se trata de una amenaza que no se limita a la comunidad sanitaria.

La desinformación por Internet afecta en muchos ámbitos, desde la política hasta el cuidado de los hijos, y supone uno de los mayores problemas de nuestro tiempo. En relación con la actual emergencia de salud pública, la desinformación puede obstaculizar la lucha contra la enfermedad y su contención, con consecuencias que pueden poner en peligro la vida humana.

Criterios y teorías como los que la luz del sol puede matar al virus, o que realizar gárgaras de agua tibia con sal o vinagre mata el virus, y el tan nombrado dióxido de cloro; las capacidades del calor han sido relacionadas con la eliminación del Covid-19, y han generado creencias positivas que asume la población de diferentes partes del mundo. No obstante, la OMS se ha encargado de desmentirlas.

Se considera, al buscar contenido referente al virus en diversas redes sociales, primero ver los resultados de las fuentes oficiales, precisamente como la misma OMS o alguna universidad. También se trata de impedir la publicación de anuncios que intentan explotar la situación para el beneficio de unos cuantos o los que intentan hacer negocio con productos milagro. Por ejemplo, aquellos productos que aseguran, pueden, curar el coronavirus están totalmente prohibidos. Además, aplicarán restricciones en los anuncios de mascarillas también milagrosas. Desde que se comenzó a expandir la pandemia del nuevo coronavirus, la OMS se encargó de dar a conocer una importante cantidad de recomendaciones para evitar los contagios. Una de las más relevantes es el lavado frecuente de manos con agua y jabón durante cerca de 20 segundos o más. Al toser o estornudar, se debe cubrir la boca y nariz con el codo flexionado o con un pañuelo; después es necesario tirar el pañuelo de inmediato y lavarse las manos con un desinfectante de manos a base de alcohol, o con agua y jabón. Al cubrir la boca y la nariz durante la tos o el estornudo se evita la propagación de gérmenes y virus. Se debe usar de forma adecuada el cubrebocas y fortalecer las medidas de aislamiento social con restricción del movimiento aunque el sonorense a veces no esté totalmente de acuerdo.

Se recomienda normalmente que debemos verificar que las fuentes de comunicación que utilicemos sean confiables, evitar las cadenas en redes sociales innecesarias y con información no confirmada y concientizar la noticia que compartimos. Con esto se combate otra enfermedad denominada como infodemia y se procura generar y difundir información oportuna y pertinente y por sobre todo científica.

Ante la emergencia sanitaria que se vive en el mundo por la expansión del virus Covid-19, uno de los aspectos que se propaga rápidamente y es igual de peligroso que el propio virus resulta las noticias falsas y la desinformación, lo cual ha generado un fenómeno que la Organización Mundial de la Salud nombró como: infodemia.

Se considera así al bombardeo masivo de la información, imprecisa o tendenciosa, que confunde e incentiva el miedo entre la población y en donde por cierto, esta práctica es muy común.

Esta infodemia obstaculiza también las medidas de contención del brote, propaga pánico y confusión de forma innecesaria generando división en un momento en el que necesitamos ser solidarios y colaborar para salvar vidas y para poner fin a esta crisis sanitaria.

Hay muchas teorías conspirativas, sombrías sobre el virus, como la de que se trata de un intento de despoblar deliberadamente el planeta o que es el inicio de una guerra mundial biológica; y sonaría bien para los que somos cinéfilos frecuentes o que usualmente vemos alguna serie de ficción. Es algo que sucede en todos los países del mundo, y en muchos más idiomas que en los oficiales de las Naciones Unidas. Se trata de una amenaza que no se limita a la comunidad sanitaria.

La desinformación por Internet afecta en muchos ámbitos, desde la política hasta el cuidado de los hijos, y supone uno de los mayores problemas de nuestro tiempo. En relación con la actual emergencia de salud pública, la desinformación puede obstaculizar la lucha contra la enfermedad y su contención, con consecuencias que pueden poner en peligro la vida humana.

Criterios y teorías como los que la luz del sol puede matar al virus, o que realizar gárgaras de agua tibia con sal o vinagre mata el virus, y el tan nombrado dióxido de cloro; las capacidades del calor han sido relacionadas con la eliminación del Covid-19, y han generado creencias positivas que asume la población de diferentes partes del mundo. No obstante, la OMS se ha encargado de desmentirlas.

Se considera, al buscar contenido referente al virus en diversas redes sociales, primero ver los resultados de las fuentes oficiales, precisamente como la misma OMS o alguna universidad. También se trata de impedir la publicación de anuncios que intentan explotar la situación para el beneficio de unos cuantos o los que intentan hacer negocio con productos milagro. Por ejemplo, aquellos productos que aseguran, pueden, curar el coronavirus están totalmente prohibidos. Además, aplicarán restricciones en los anuncios de mascarillas también milagrosas. Desde que se comenzó a expandir la pandemia del nuevo coronavirus, la OMS se encargó de dar a conocer una importante cantidad de recomendaciones para evitar los contagios. Una de las más relevantes es el lavado frecuente de manos con agua y jabón durante cerca de 20 segundos o más. Al toser o estornudar, se debe cubrir la boca y nariz con el codo flexionado o con un pañuelo; después es necesario tirar el pañuelo de inmediato y lavarse las manos con un desinfectante de manos a base de alcohol, o con agua y jabón. Al cubrir la boca y la nariz durante la tos o el estornudo se evita la propagación de gérmenes y virus. Se debe usar de forma adecuada el cubrebocas y fortalecer las medidas de aislamiento social con restricción del movimiento aunque el sonorense a veces no esté totalmente de acuerdo.

Se recomienda normalmente que debemos verificar que las fuentes de comunicación que utilicemos sean confiables, evitar las cadenas en redes sociales innecesarias y con información no confirmada y concientizar la noticia que compartimos. Con esto se combate otra enfermedad denominada como infodemia y se procura generar y difundir información oportuna y pertinente y por sobre todo científica.