La OMS define la salud mental como un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad. También puntualiza que la salud mental es más que la mera ausencia de trastornos mentales, sino que es un proceso complejo, que cada persona experimenta de una manera diferente, con diversos grados de dificultad y angustia y resultados sociales y clínicos diferentes.
El pasado 19 de julio, se publicó el inicio de cancelación de dos Normas Oficiales sobre Salud Mental y la creación de una que las sustituye. Se crea la Norma Oficial para la prestación de servicios en salud mental y adicciones y se procederá a la Cancelación a la NOM-025-SSA2-2014, para la prestación de servicios de salud en unidades de atención integral hospitalaria médico-psiquiátrica, además de la Cancelación a la NOM-028-SSA2-2009, para la prevención, tratamiento y control de las adicciones.
Con ello, se busca hacer operativa la reforma a Ley General de Salud de 2022, que prohíbe la construcción de nuevos hospitales psiquiátricos y plantea la transición hacia un modelo de servicios psiquiátricos ofrecidos desde los hospitales generales y la comunidad.
No obstante, dicha reforma fue omisa en establecer los apoyos, en servicios públicos y presupuestales, que implican la transición hacia la atención comunitaria y tampoco consideró la situación de los usuarios internos en hospitales psiquiátricos o la de sus familiares, la NOM nace al puro estilo del INSABI, y todos sabemos ya que sucedió después.
En ese sentido, la cancelación de la Norma Oficial Para la prestación de servicios de salud en unidades de atención integral hospitalaria médico-psiquiátrica, podría dejar a los pacientes en internamiento voluntario por motivos de salud mental o problemas de adicciones en una situación de desamparo.
Ya que no se han generado las condiciones e inversión pública para la transición al modelo de salud mental comunitaria. El cambio en el modelo de atención busca crear una estrategia de cuidado comunitario con apoyo integral para satisfacer las necesidades de los usuarios y sus familias.
Esto implica fomentar conexiones sociales, promover la participación comunitaria, garantizar el ejercicio pleno de los derechos y fortalecer las capacidades individuales. Asimismo, es necesario capacitar a profesionales de la salud en las habilidades necesarias para implementar este nuevo enfoque.
Y todo esto debe estar establecido en la nueva Norma Oficial que se anuncia en el Suplemento del Programa Nacional de Infraestructura de la Calidad. Hoy no está claro en la ley, qué pasaría con los enfermos mentales graves, que represente un riesgo para su integridad, sus familiares y de la comunidad; que no tengan la capacidad de tomar decisiones, ya lo comentaron en la mañanera una vez, podrían referirse a hospitales ya existentes pero ¿con qué proceso? ¿Con qué garantías? Dada la relevancia de la reforma la Ley General de Salud en materia de salud mental y adicciones de mayo de 2022, es necesario que su implementación cuente con los recursos públicos necesarios para garantizar que el nuevo modelo de atención que se propone beneficie a todas las personas que enfrentan algún trastorno mental o problemas con el consumo de sustancias psicoactivas. Ya lo veremos en los próximos meses en el próximo PEF2025.
La Secretaría (Hoy IMSS Bienestar) debe garantizar los derechos fundamentales del paciente y un trato digno que admita la supervisión permanente y los mecanismos para revisar continuamente el tratamiento. La OMS en su Reporte sobre Salud Mental Mundial indica que, en promedio, los países dedican menos del 2% de sus presupuestos de salud a la salud mental.
Asimismo, enfatiza que en los países de ingresos medianos, más del 70% del gasto en salud mental sigue destinándose a los hospitales psiquiátricos. Casi la mitad de la población mundial vive en países en los que sólo hay un psiquiatra por, al menos, cada 200,000 habitantes. Y la disponibilidad de medicamentos psicotrópicos esenciales asequibles es limitada, especialmente en los países de ingresos bajos.
El mismo reporte indica, que aproximadamente 1 de cada 8 personas (12,5%) en el mundo sufre algún trastorno mental, siendo los trastornos de ansiedad y los trastornos depresivos los más comunes, tanto en hombres como en mujeres, un verdadero problema de salud pública. Esperemos que con estas nuevas reglas no quede en el limbo la atención a estos pacientes.
Dr. César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora