/ martes 2 de agosto de 2022

Salud y bienestar | ¿Qué panorama nos espera?

Al paso de los días, los casos de viruela del mono o símica se han extendido en más de 10 países, incluyendo México. No salimos de una, cuando ya entramos a otra. Primero Covid, con sus variantes y medidas de nueva normalidad, después vino la hepatitis de origen desconocido, la cual pareciera haberse mitigado por alguna razón y hoy la viruela del mono ¿Qué sigue?

Desde que empezó a propagarse ya se identificaron decenas de casos con una particularidad: las relaciones sexuales parecen tener un rol importante en el contagio, así como el contacto estrecho de persona a persona. No es un virus nuevo, pero anteriormente la transmisión se había centrado principalmente en África; sin embargo, en el último mes y medio, ha habido gran cantidad de casos nuevos en los que las personas que se han infectado fueron sin los vínculos epidemiológicos y de viaje a esa parte del mundo.

Hasta hoy son 60 casos confirmados, ningún fallecido y 5 pacientes hospitalizados por inmunosupresión severa. Sabemos que los casos irán en aumento conforme pasen los días. El virus de la viruela símica se transmite de una persona a otra por contacto estrecho con las lesiones, líquidos corporales, gotitas respiratorias y materiales contaminados como la ropa de cama.

El virus que causa la viruela del mono pertenece a la misma familia del virus de la viruela, que fue erradicada del mundo desde 1979. Los signos clínicos de la viruela del mono suelen ser fiebre, erupción cutánea e inflamación de los ganglios linfáticos, y puede provocar una variedad de complicaciones sistémicas. La principal diferencia entre la viruela humana y la símica es que a segunda hace que los ganglios linfáticos se inflamen (linfadenopatía), mientras que la viruela humana no.

La viruela símica suele ser una enfermedad autolimitada (que cura espontáneamente), con síntomas que duran de dos a cuatro semanas y puede causar cuadros graves en pocas ocasiones. Recientemente, la tasa de letalidad ha sido alrededor de 3 a 6%. No existe tratamiento actualmente para la viruela del mono, pero los brotes pueden controlarse mediante la prevención de infecciones, incluso las vacunas utilizadas durante el programa de erradicación de la viruela también pueden proporcionar protección contra la viruela símica.

La infección símica puede tener dos fases clínicas: la primera fase de invasión o contagio, puede durar de tres a cinco días, con fiebre, dolor de cabeza intenso, presencia de ganglios en cuello, dolor lumbar, dolores musculares y falta de energía. La presencia de ganglios es una característica distintiva de la viruela símica que la diferencia de otras enfermedades que inicialmente pueden parecer similares (varicela, sarampión, viruela).

Posterior al cuadro febril suelen aparecer las erupciones cutáneas, que tienden a concentrarse principalmente en la cara, en las extremidades y en el tronco. Las erupciones evolucionan secuencialmente de máculas (lesiones con una base plana) a pápulas (lesiones firmes ligeramente elevadas, como “ampollas”), a vesículas (lesiones llenas de líquido claro) y pústulas (lesiones llenas de líquido amarillento) con costras que se secan y se caen.

En los casos graves, las lesiones pueden unirse y hacer que se desprendan grandes áreas de piel. Los signos vesiculares podrían confundirse con herpes, foliculitis o alguna reacción a fármacos que es lo más común en la consulta médica.

Hasta ahora, el virus se transmitía generalmente de animales a humanos sólo en algunos países de África Occidental, pero ha pasado a decenas de países. El viernes pasado, la Agencia Europea del Medicamento dijo que había aprobado el uso de una vacuna contra la viruela humana para usarla contra la viruela del mono.

La vacuna Imvanex, de la empresa danesa Bavarian Nordic, está aprobada en la Unión Europea desde 2013 para la prevención de la viruela. La OMS recomienda vacunar a las personas de mayor riesgo y a los trabajadores sanitarios que puedan estar expuestos a la enfermedad. ¿Qué panorama nos espera?

Al paso de los días, los casos de viruela del mono o símica se han extendido en más de 10 países, incluyendo México. No salimos de una, cuando ya entramos a otra. Primero Covid, con sus variantes y medidas de nueva normalidad, después vino la hepatitis de origen desconocido, la cual pareciera haberse mitigado por alguna razón y hoy la viruela del mono ¿Qué sigue?

Desde que empezó a propagarse ya se identificaron decenas de casos con una particularidad: las relaciones sexuales parecen tener un rol importante en el contagio, así como el contacto estrecho de persona a persona. No es un virus nuevo, pero anteriormente la transmisión se había centrado principalmente en África; sin embargo, en el último mes y medio, ha habido gran cantidad de casos nuevos en los que las personas que se han infectado fueron sin los vínculos epidemiológicos y de viaje a esa parte del mundo.

Hasta hoy son 60 casos confirmados, ningún fallecido y 5 pacientes hospitalizados por inmunosupresión severa. Sabemos que los casos irán en aumento conforme pasen los días. El virus de la viruela símica se transmite de una persona a otra por contacto estrecho con las lesiones, líquidos corporales, gotitas respiratorias y materiales contaminados como la ropa de cama.

El virus que causa la viruela del mono pertenece a la misma familia del virus de la viruela, que fue erradicada del mundo desde 1979. Los signos clínicos de la viruela del mono suelen ser fiebre, erupción cutánea e inflamación de los ganglios linfáticos, y puede provocar una variedad de complicaciones sistémicas. La principal diferencia entre la viruela humana y la símica es que a segunda hace que los ganglios linfáticos se inflamen (linfadenopatía), mientras que la viruela humana no.

La viruela símica suele ser una enfermedad autolimitada (que cura espontáneamente), con síntomas que duran de dos a cuatro semanas y puede causar cuadros graves en pocas ocasiones. Recientemente, la tasa de letalidad ha sido alrededor de 3 a 6%. No existe tratamiento actualmente para la viruela del mono, pero los brotes pueden controlarse mediante la prevención de infecciones, incluso las vacunas utilizadas durante el programa de erradicación de la viruela también pueden proporcionar protección contra la viruela símica.

La infección símica puede tener dos fases clínicas: la primera fase de invasión o contagio, puede durar de tres a cinco días, con fiebre, dolor de cabeza intenso, presencia de ganglios en cuello, dolor lumbar, dolores musculares y falta de energía. La presencia de ganglios es una característica distintiva de la viruela símica que la diferencia de otras enfermedades que inicialmente pueden parecer similares (varicela, sarampión, viruela).

Posterior al cuadro febril suelen aparecer las erupciones cutáneas, que tienden a concentrarse principalmente en la cara, en las extremidades y en el tronco. Las erupciones evolucionan secuencialmente de máculas (lesiones con una base plana) a pápulas (lesiones firmes ligeramente elevadas, como “ampollas”), a vesículas (lesiones llenas de líquido claro) y pústulas (lesiones llenas de líquido amarillento) con costras que se secan y se caen.

En los casos graves, las lesiones pueden unirse y hacer que se desprendan grandes áreas de piel. Los signos vesiculares podrían confundirse con herpes, foliculitis o alguna reacción a fármacos que es lo más común en la consulta médica.

Hasta ahora, el virus se transmitía generalmente de animales a humanos sólo en algunos países de África Occidental, pero ha pasado a decenas de países. El viernes pasado, la Agencia Europea del Medicamento dijo que había aprobado el uso de una vacuna contra la viruela humana para usarla contra la viruela del mono.

La vacuna Imvanex, de la empresa danesa Bavarian Nordic, está aprobada en la Unión Europea desde 2013 para la prevención de la viruela. La OMS recomienda vacunar a las personas de mayor riesgo y a los trabajadores sanitarios que puedan estar expuestos a la enfermedad. ¿Qué panorama nos espera?