/ lunes 1 de julio de 2019

Sin medias tintas | Adán Ricardo “N”

El vidrio está roto. Sólo escuché un ¡pang, pang! y después un ¡zwiiip! No alcancé a ver nada, pero sí me estremecí. Algo pasaba afuera; alguien tronaba cohetes, pero sonaban más fuerte y más cerca que las cebollitas usadas en Navidad el año pasado con mi mamá.

Yo iba en el carro, en el asiento de atrás. Mi papá y mi hermanita vamos a comprar unas nieves. Hace calor y también hace tiempo que mi papá no me compra una. Quiero una de chocolate; es mi favorita.

Pero no sé si alcance a llegar. Los cohetes hacen mucho ruido y mi papá se ve extraño.

Me emociona ir por las nieves o por los raspados. Me puse guapo para salir. Mi mamá dice que siempre debe estar uno presentable y limpio. Aunque sé que me regañará después porque traeré la camiseta sucia con el chocolate; pero no importará porque será una señal de felicidad.

Los cohetes siguen.

Algo me pasa. No sé qué es. Siento caliente mi pancita.

No quiero llorar. A mi mamá no le gusta que llore, y no sé qué hacer porque algo me quema la piel.

Cada vez lo caliente es más fuerte y me recorre ahora todo el cuerpo. ¿Qué será, qué fue?

Hoy no jugué en la tierra, hace mucho sol; además es muy temprano. No pudo ser una hormiga o una abeja. Tampoco recuerdo haberme picado con algún juguete o algo de la cocina.

Algo me pasa. No sé qué es. Me falta el aire.

Hace rato que no me enfermo. ¿Gripa? No creo. La última vez me curé rápido gracias a los remedios de mi abuela, y cuando me dio calentura hasta mi hermana me trajo dulces a la cama. ¡Eso es, es calentura, por eso siento el cuerpo caliente!

No veo ni a mi papá ni a mi hermana. Quizá se asustaron con los cohetes.

¿Me esconderé para que no me vean ahorita que regresen? No, mejor no. La última vez que jugué a las escondidas con mi hermana se enojó mucho porque batalló mucho para encontrarme. Hasta se asustó cuando me metí en esa bolsa de basura aquella vez en el parque. Mejor los espero acostado.

Qué raro, no se me quita lo caliente del cuerpo. Tengo sueño.

Ya pararon los cohetes y mi papá no se ve por ninguna parte. ¿No me habrá golpeado un cohete y por eso me siento así? Se siente extraño.

Algo me pasa. No sé qué es. Me sigue faltando el aire y me está dando mucho sueño.

Quiero a mi papá o a mi mamá.

Con ellos se me quita todo, como cuando salté aquella cerca y me caí. Me raspé la rodilla y mi mamá me levantó en dos brazos. Se me quitó el dolor cuando me soplaba mientras me limpiaba con agua y jabón.

Quiero a mi hermanita… al que sea, que me ayude a no sentir el cuerpo tan caliente.

¿Por qué llora? La estoy escuchando llorar a lo lejos. Quizá mi papá cambió de opinión y no iremos por las nieves. Siempre se pone así cuando las cosas no salen como ella quiere. Le gusta hacer berrinches. No es como yo, que sí soy valiente y no le tengo miedo a nada… bueno sí a las arañas.

Algo me pasa. No sé qué es. Me sigue faltando el aire y el sueño me vence. ¿Por qué yo?

Mejor me dormiré para despertar cuando estemos en el parque.

El vidrio está roto. Sólo escuché un ¡pang, pang! y después un ¡zwiiip! No alcancé a ver nada, pero sí me estremecí. Algo pasaba afuera; alguien tronaba cohetes, pero sonaban más fuerte y más cerca que las cebollitas usadas en Navidad el año pasado con mi mamá.

Yo iba en el carro, en el asiento de atrás. Mi papá y mi hermanita vamos a comprar unas nieves. Hace calor y también hace tiempo que mi papá no me compra una. Quiero una de chocolate; es mi favorita.

Pero no sé si alcance a llegar. Los cohetes hacen mucho ruido y mi papá se ve extraño.

Me emociona ir por las nieves o por los raspados. Me puse guapo para salir. Mi mamá dice que siempre debe estar uno presentable y limpio. Aunque sé que me regañará después porque traeré la camiseta sucia con el chocolate; pero no importará porque será una señal de felicidad.

Los cohetes siguen.

Algo me pasa. No sé qué es. Siento caliente mi pancita.

No quiero llorar. A mi mamá no le gusta que llore, y no sé qué hacer porque algo me quema la piel.

Cada vez lo caliente es más fuerte y me recorre ahora todo el cuerpo. ¿Qué será, qué fue?

Hoy no jugué en la tierra, hace mucho sol; además es muy temprano. No pudo ser una hormiga o una abeja. Tampoco recuerdo haberme picado con algún juguete o algo de la cocina.

Algo me pasa. No sé qué es. Me falta el aire.

Hace rato que no me enfermo. ¿Gripa? No creo. La última vez me curé rápido gracias a los remedios de mi abuela, y cuando me dio calentura hasta mi hermana me trajo dulces a la cama. ¡Eso es, es calentura, por eso siento el cuerpo caliente!

No veo ni a mi papá ni a mi hermana. Quizá se asustaron con los cohetes.

¿Me esconderé para que no me vean ahorita que regresen? No, mejor no. La última vez que jugué a las escondidas con mi hermana se enojó mucho porque batalló mucho para encontrarme. Hasta se asustó cuando me metí en esa bolsa de basura aquella vez en el parque. Mejor los espero acostado.

Qué raro, no se me quita lo caliente del cuerpo. Tengo sueño.

Ya pararon los cohetes y mi papá no se ve por ninguna parte. ¿No me habrá golpeado un cohete y por eso me siento así? Se siente extraño.

Algo me pasa. No sé qué es. Me sigue faltando el aire y me está dando mucho sueño.

Quiero a mi papá o a mi mamá.

Con ellos se me quita todo, como cuando salté aquella cerca y me caí. Me raspé la rodilla y mi mamá me levantó en dos brazos. Se me quitó el dolor cuando me soplaba mientras me limpiaba con agua y jabón.

Quiero a mi hermanita… al que sea, que me ayude a no sentir el cuerpo tan caliente.

¿Por qué llora? La estoy escuchando llorar a lo lejos. Quizá mi papá cambió de opinión y no iremos por las nieves. Siempre se pone así cuando las cosas no salen como ella quiere. Le gusta hacer berrinches. No es como yo, que sí soy valiente y no le tengo miedo a nada… bueno sí a las arañas.

Algo me pasa. No sé qué es. Me sigue faltando el aire y el sueño me vence. ¿Por qué yo?

Mejor me dormiré para despertar cuando estemos en el parque.