/ lunes 27 de mayo de 2019

Sin Medias Tintas | Las cuentas de la 4T

En uno de esos portales serios de Internet, leí con sorpresa sobre la actuación de algunos funcionarios de la 4T que bien podrían catalogarse como negocio, al amparo de los nuevos gobiernos; pero que a todas luces son actos de corrupción.

Y digo “con sorpresa” porque hasta donde me quedé, Morena marcaría la diferencia en la forma de gobernar ante el hartazgo de la sociedad por la falta de respuestas a sus problemas y por la evidente corrupción en el manejo del erario. Serían un “antes y un después”.

Morena vendió bien el ser la mejor opción para recibir el encargo de administrar los recursos públicos, ante su falta de interés por la riqueza y de beneficios personales, y la ausencia de problemas de conciencia, claro está, encabezados por nuestro presidente López Obrador.

Sin embargo, al darle cabida a algunos personajes para completar el listado de candidatos, Morena cometió un grave error, que pudiera costarle muy caro en el 2021; pero en el inter, los mexicanos ya estamos pagando el precio de la improvisación o la incapacidad.

Los números del bajo crecimiento del PIB; la no generación de empleos; los despidos injustificados; la cancelación de programas de apoyo a los sectores de Salud, Ciencia, Tecnología y Educación; la enorme deuda que se debe pagar como castigo por la cancelación del aeropuerto de la CdMx; la pérdida de confianza de los inversionistas; y otros muchos casos más, ponen de manifiesto una confusión en las cuentas de la cuarta transformación.

Por lo pronto, la adjudicación de casi 5 mil millones de pesos para construir parte de la famosa refinería de Dos Bocas, Tabasco, deja mucho a la imaginación, puesto que Pemex le adjudica el contrato a un consorcio de tres empresas, una de las cuales se creó apenas el ¡17 de mayo! ¿Debemos suponer que al no haber problemas de conciencia, no hubo favoritismo ni nada de esas cosas, tan usuales en los gobiernos anteriores?

Esto, combinado con la adjudicación directa de 800 millones en contratos a empresas farmacéuticas vinculadas con el delegado de Morena en Jalisco, la no impresión de 40 millones de libros de texto, y otras barbaridades más, pintan de cuerpo entero al partido político que sería la salvación de México.

Entiendo que muchas personas se alegren de que no sean ni el PRI ni el PAN los beneficiarios de tan abiertos actos de corrupción, pero ¿es eso realmente lo que deseamos para nuestro país? ¿Queremos un asistencialismo gubernamental y un manejo clientelar de los programas sociales? Así no vamos a salir del hoyo, ni seremos para nada un país del primer mundo al que siempre hemos aspirado.

No se combate la pobreza regalando la riqueza de los que producen. Esta comprobado de que esta práctica no funciona; pero igual está comprobado de que nadie experimenta en cabeza ajena. Necesitamos sufrirlo para tomar medidas en consecuencia.

Y no crea usted que la práctica de cuentas raras es exclusivo del nivel federal. En lo municipal no se hacen malos quesos. Cada vez es más común escuchar de cobros indebidos por el uso de instalaciones deportivas y “participaciones” por permisos, entre otras cosas que se manejan en la calle. Ah, y toda operación es en efectivo para que no dejar evidencia. Algo no esta bien en las cuentas de la 4T y más vale que las arreglen, porque así como se les dio el respaldo, así también se les puede retirar. Ojalá y se corrija el rumbo porque, hasta donde recuerdo, el famoso despeñadero sería con Peña… y ya ven, resultó que no dejó tan mal al país.


En uno de esos portales serios de Internet, leí con sorpresa sobre la actuación de algunos funcionarios de la 4T que bien podrían catalogarse como negocio, al amparo de los nuevos gobiernos; pero que a todas luces son actos de corrupción.

Y digo “con sorpresa” porque hasta donde me quedé, Morena marcaría la diferencia en la forma de gobernar ante el hartazgo de la sociedad por la falta de respuestas a sus problemas y por la evidente corrupción en el manejo del erario. Serían un “antes y un después”.

Morena vendió bien el ser la mejor opción para recibir el encargo de administrar los recursos públicos, ante su falta de interés por la riqueza y de beneficios personales, y la ausencia de problemas de conciencia, claro está, encabezados por nuestro presidente López Obrador.

Sin embargo, al darle cabida a algunos personajes para completar el listado de candidatos, Morena cometió un grave error, que pudiera costarle muy caro en el 2021; pero en el inter, los mexicanos ya estamos pagando el precio de la improvisación o la incapacidad.

Los números del bajo crecimiento del PIB; la no generación de empleos; los despidos injustificados; la cancelación de programas de apoyo a los sectores de Salud, Ciencia, Tecnología y Educación; la enorme deuda que se debe pagar como castigo por la cancelación del aeropuerto de la CdMx; la pérdida de confianza de los inversionistas; y otros muchos casos más, ponen de manifiesto una confusión en las cuentas de la cuarta transformación.

Por lo pronto, la adjudicación de casi 5 mil millones de pesos para construir parte de la famosa refinería de Dos Bocas, Tabasco, deja mucho a la imaginación, puesto que Pemex le adjudica el contrato a un consorcio de tres empresas, una de las cuales se creó apenas el ¡17 de mayo! ¿Debemos suponer que al no haber problemas de conciencia, no hubo favoritismo ni nada de esas cosas, tan usuales en los gobiernos anteriores?

Esto, combinado con la adjudicación directa de 800 millones en contratos a empresas farmacéuticas vinculadas con el delegado de Morena en Jalisco, la no impresión de 40 millones de libros de texto, y otras barbaridades más, pintan de cuerpo entero al partido político que sería la salvación de México.

Entiendo que muchas personas se alegren de que no sean ni el PRI ni el PAN los beneficiarios de tan abiertos actos de corrupción, pero ¿es eso realmente lo que deseamos para nuestro país? ¿Queremos un asistencialismo gubernamental y un manejo clientelar de los programas sociales? Así no vamos a salir del hoyo, ni seremos para nada un país del primer mundo al que siempre hemos aspirado.

No se combate la pobreza regalando la riqueza de los que producen. Esta comprobado de que esta práctica no funciona; pero igual está comprobado de que nadie experimenta en cabeza ajena. Necesitamos sufrirlo para tomar medidas en consecuencia.

Y no crea usted que la práctica de cuentas raras es exclusivo del nivel federal. En lo municipal no se hacen malos quesos. Cada vez es más común escuchar de cobros indebidos por el uso de instalaciones deportivas y “participaciones” por permisos, entre otras cosas que se manejan en la calle. Ah, y toda operación es en efectivo para que no dejar evidencia. Algo no esta bien en las cuentas de la 4T y más vale que las arreglen, porque así como se les dio el respaldo, así también se les puede retirar. Ojalá y se corrija el rumbo porque, hasta donde recuerdo, el famoso despeñadero sería con Peña… y ya ven, resultó que no dejó tan mal al país.