/ jueves 15 de noviembre de 2018

Soñar que se puede | Austeridad y ahorro en Sonora

Si el recurso público se aplica en lo que se debe aplicar, las cosas públicas, lo que es para los ciudadanos, no le busquemos más, alcanza para mucho y alcanza para transformar a las ciudades, al Estado y al país.

El problema que vemos y padecemos en Sonora, con la falta de servicios públicos adecuados y de calidad, con la inseguridad por la falta de acciones y programas, patrullas, policías, con las calles deterioradas, y una carretera que no se termina, tiene que ver con el desorden administrativo, el despilfarro y la ausencia de una política pública de austeridad reglamentada.

Sonora y sus municipios no tienen hasta hoy una reglamentación que los obligue y limite los privilegios de sus funcionarios, o en ahorros significativos que se traduzcan en bienestar de los sonorenses.

El actual Gobierno del Estado emitió un decreto de normas de austeridad que no aplica para los municipios, ni está ligado a sanciones en caso de no acatarse estos lineamientos. Este decreto curiosamente fue publicado el 2 de enero de 2017, un mes después de haberse aprobado el presupuesto para el ejercicio del mismo año.

Si algún municipio incluye criterios de austeridad, tampoco está ligado a una normatividad que lo garantice.

Hoy tenemos un nuevo Congreso con una integración política completamente diferente, ayuntamientos renovados y un Gobierno estatal a la mitad de su gestión que está obligado a reflexionar sobre el mensaje que los sonorenses plasmaron en las urnas en este reciente proceso electoral. Yo diría, hoy tenemos una oportunidad histórica de acordar una transformación en Sonora, que inicie con un nuevo esquema en el ejercicio del recurso público.

La propuesta ya está hecha en el Congreso, una propuesta de Movimiento Ciudadano que ya transitó en Jalisco, y que en Sonora adaptamos al contexto local, eliminando, en la propuesta, bonos y compensaciones para personal de confianza, seguros de gastos médicos, pago por celulares, viáticos costosos, la compra y uso de vehículos de manera personal de funcionarios, por mencionar algunos.

En mi lógica, con esta nueva composición política, donde la coalición Juntos Haremos Historia ocupa la mayoría de las diputaciones locales, y su discurso público de campaña retomó la propuesta del Presidente electo de la austeridad republicana, una iniciativa de austeridad y ahorro para el Estado y sus municipios debiera de aprobarse, en congruencia, sin titubeos. Y a tiempo, antes de aprobarse los presupuestos. De lo contrario tendremos un año más de austeridad simulada, o sea, rollo, discurso, farsa política.

Por cierto, el voto de Movimiento Ciudadano está listo para aprobar esta iniciativa. Todos los días sueño, que se puede.



Si el recurso público se aplica en lo que se debe aplicar, las cosas públicas, lo que es para los ciudadanos, no le busquemos más, alcanza para mucho y alcanza para transformar a las ciudades, al Estado y al país.

El problema que vemos y padecemos en Sonora, con la falta de servicios públicos adecuados y de calidad, con la inseguridad por la falta de acciones y programas, patrullas, policías, con las calles deterioradas, y una carretera que no se termina, tiene que ver con el desorden administrativo, el despilfarro y la ausencia de una política pública de austeridad reglamentada.

Sonora y sus municipios no tienen hasta hoy una reglamentación que los obligue y limite los privilegios de sus funcionarios, o en ahorros significativos que se traduzcan en bienestar de los sonorenses.

El actual Gobierno del Estado emitió un decreto de normas de austeridad que no aplica para los municipios, ni está ligado a sanciones en caso de no acatarse estos lineamientos. Este decreto curiosamente fue publicado el 2 de enero de 2017, un mes después de haberse aprobado el presupuesto para el ejercicio del mismo año.

Si algún municipio incluye criterios de austeridad, tampoco está ligado a una normatividad que lo garantice.

Hoy tenemos un nuevo Congreso con una integración política completamente diferente, ayuntamientos renovados y un Gobierno estatal a la mitad de su gestión que está obligado a reflexionar sobre el mensaje que los sonorenses plasmaron en las urnas en este reciente proceso electoral. Yo diría, hoy tenemos una oportunidad histórica de acordar una transformación en Sonora, que inicie con un nuevo esquema en el ejercicio del recurso público.

La propuesta ya está hecha en el Congreso, una propuesta de Movimiento Ciudadano que ya transitó en Jalisco, y que en Sonora adaptamos al contexto local, eliminando, en la propuesta, bonos y compensaciones para personal de confianza, seguros de gastos médicos, pago por celulares, viáticos costosos, la compra y uso de vehículos de manera personal de funcionarios, por mencionar algunos.

En mi lógica, con esta nueva composición política, donde la coalición Juntos Haremos Historia ocupa la mayoría de las diputaciones locales, y su discurso público de campaña retomó la propuesta del Presidente electo de la austeridad republicana, una iniciativa de austeridad y ahorro para el Estado y sus municipios debiera de aprobarse, en congruencia, sin titubeos. Y a tiempo, antes de aprobarse los presupuestos. De lo contrario tendremos un año más de austeridad simulada, o sea, rollo, discurso, farsa política.

Por cierto, el voto de Movimiento Ciudadano está listo para aprobar esta iniciativa. Todos los días sueño, que se puede.



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