/ martes 8 de septiembre de 2020

Tiempos y realidades | El criterio del pueblo

En asuntos de tanta importancia es necesario consultar la voluntad del pueblo, escribió José María Gutiérrez Estrada en una carta abierta que publicó un reconocido periódico de la Ciudad de México.

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Sí, las palabras de este personaje que las publicó en 1840 son muy parecidas a las que reiteradamente hemos escuchado en nuestro país por más de un siglo. La forma en que se ha hecho esas consultas es lo que ha variado, aunque no mucho. Generalmente se ha consultado la voluntad del pueblo, se decía en el siglo XIX, la opinión de la ciudadanía, decimos actualmente por medio de sus representantes ya sean estos nombrados a través de un proceso electoral como es el caso de los diputados y senadores, o nombrados expresamente por alguna autoridad para tratar problemas específicos y así es como surgen los comités, las comisiones, los foros de consulta, o reuniones plenarias.

Por supuesto también existe consultas directas a los ciudadanos como los referendos o plebiscito, entre los más emblemáticos se encuentra el Brexit británico que se realizó el 23 de junio de 2016, yendo más atrás en la historia hay otro importante ejemplo, este sucedió en Italia una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial cuando se les preguntó a los italianos se les pidió que decidieran entre seguir con el sistema monárquico vigente antes de la guerra, o constituirse como república. La opción escogida por la mayoría fue la república, sistema de gobierno que sigue vigente en Italia.

En México también han existido este tipo de consultas, la más emblemática fue la que se realizó para que los mexicanos respondieran dos preguntas, ¿el país debía constituirse como un imperio?, ¿Maximiliano de Habsburgo era el príncipe indicado para convertirse en emperador de México? Algunos mexicanos respondieron afirmativamente a las dos preguntas, ¿pero eran la mayoría? Seguramente no, pues en el siglo XIX la mayor parte de la población era analfabeta y vivía en el campo, así que es dudoso los indígenas, labradores, artesanos supieran los tejes y manejes de la política nacional.

Respecto a las comisiones puedo decir que existen hace siglos con resultados tan variados como los asuntos que se les han dado para que los analicen, sin embargo la respuesta más mordaz respecto al trabajo de las comisiones la dio Napoleón Bonaparte que dijo: “cuando no quiero que algo se resuelva, lo mando a una comisión”.

En asuntos de tanta importancia es necesario consultar la voluntad del pueblo, escribió José María Gutiérrez Estrada en una carta abierta que publicó un reconocido periódico de la Ciudad de México.

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Sí, las palabras de este personaje que las publicó en 1840 son muy parecidas a las que reiteradamente hemos escuchado en nuestro país por más de un siglo. La forma en que se ha hecho esas consultas es lo que ha variado, aunque no mucho. Generalmente se ha consultado la voluntad del pueblo, se decía en el siglo XIX, la opinión de la ciudadanía, decimos actualmente por medio de sus representantes ya sean estos nombrados a través de un proceso electoral como es el caso de los diputados y senadores, o nombrados expresamente por alguna autoridad para tratar problemas específicos y así es como surgen los comités, las comisiones, los foros de consulta, o reuniones plenarias.

Por supuesto también existe consultas directas a los ciudadanos como los referendos o plebiscito, entre los más emblemáticos se encuentra el Brexit británico que se realizó el 23 de junio de 2016, yendo más atrás en la historia hay otro importante ejemplo, este sucedió en Italia una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial cuando se les preguntó a los italianos se les pidió que decidieran entre seguir con el sistema monárquico vigente antes de la guerra, o constituirse como república. La opción escogida por la mayoría fue la república, sistema de gobierno que sigue vigente en Italia.

En México también han existido este tipo de consultas, la más emblemática fue la que se realizó para que los mexicanos respondieran dos preguntas, ¿el país debía constituirse como un imperio?, ¿Maximiliano de Habsburgo era el príncipe indicado para convertirse en emperador de México? Algunos mexicanos respondieron afirmativamente a las dos preguntas, ¿pero eran la mayoría? Seguramente no, pues en el siglo XIX la mayor parte de la población era analfabeta y vivía en el campo, así que es dudoso los indígenas, labradores, artesanos supieran los tejes y manejes de la política nacional.

Respecto a las comisiones puedo decir que existen hace siglos con resultados tan variados como los asuntos que se les han dado para que los analicen, sin embargo la respuesta más mordaz respecto al trabajo de las comisiones la dio Napoleón Bonaparte que dijo: “cuando no quiero que algo se resuelva, lo mando a una comisión”.