Al inicio del confinamiento la gran esperanza de la sociedad fue que pronto se elaborara una vacuna contra el virus Covid, en aquellos primeros meses se nos advirtió que la posibilidad de que una vacuna estuviera lista para ser empleada se materializaría, cuando muy temprano, a fines de 2020. En aquel momento la discusión se centró en si era conveniente, o no, vacunarse. Se dudaba la efectividad de una vacuna hecha “al vapor”. Ahora que las vacunas están listas para aplicarse las discusiones cambiaron de foco, pues si bien se sigue cuestionando la efectividad general de las vacunas, y concretamente la efectividad de la vacunación contra el Covid, el tema principal de discusión es cuál de las varias vacunas que están listas es la mejor.
La vacuna rusa, la inglesa, la alemana, ¿Cuál de ellas es la más efectiva?, ¿cuál tiene menos efectos secundarios?, ¿cuál es la que va a comprar el Gobierno mexicano? En los medios de comunicación escritos, digitales y audiovisuales se está produciendo una batalla encarnizada entre los defensores y detractores de tal o cual vacuna. Expertos e inexpertos en el tema exponen sus argumentos en una gran sala de debates virtual en la cual todos hablan, pero pocos escuchan.
En momentos en que la sociedad se ve afectada por acontecimientos como la pandemia actual, todo lo relacionado con el suceso está en el centro de la discusión y es comprensible, ¿pero hasta qué punto estos debates son útiles? La respuesta es relativa a los intereses de cada persona que la responda. Unos defenderán la libertad de expresión para fundamentar su participación en esta polémica, otros argumentarán su conocimiento del tema como justificación de su entrada a la arena de las discusiones, algunos más sentirán que es su obligación informar acerca de los pro o contras de la vacunación.
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Polémicas aparte la vacuna ya llegó a México y ha comenzado a aplicarse y con ello se abrió una nueva vertiente de discusión. ¿El Gobierno mexicano compró la mejor vacuna?, ¿tiene efectos secundarios?, ¿es justa la forma en que se organizó su aplicación?, y quizá lo que más preocupa ¿alcanzará para todos o sólo para parte de la población?, ¿qué pasará con el resto? Es difícil, por no decir imposible, responder estas preguntas pero como muchos cuestionamientos en esta vida, a estos también el tiempo irá dándoles respuesta.
