/ miércoles 26 de agosto de 2020

Tiempos y realidades | Las paradojas de la historia

La historia de México tiene algunas paradojas que pasan inadvertidas. Por ejemplo, el 15 y 16 de septiembre se festejan como días de la Independencia, a pesar de que el primero no está relacionado con el proceso independentista, pero sí con una fecha considerada importante durante el porfiriato, el cumpleaños de Porfirio Díaz.

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El hecho de que su cumpleaños y el aniversario de la independencia fueran días consecutivos, propició que ambos acontecimientos fueran un evento en el que se fusionó el cumpleaños presidencial con celebración de la independencia.

La figura de Miguel Hidalgo figura ocupa un lugar destacado entre los héroes mexicanos por haber iniciado el proceso que culminó con la independencia de México, sin embargo la consumación de la independencia estuvo a cargo de dos generales poco recordados: Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide, el primero tiene a veces un lugar en la serie de nombres que grita el Presidente desde el balcón del Palacio Nacional el 15 de septiembre, el segundo está borrado de la historia oficial por haberse coronado a sí mismo como emperador de México.

De los ejemplos mencionados en los párrafos anteriores surge una paradoja más grande puesto que no sólo se festeja “el grito” el día del cumpleaños de Porfirio Díaz, sino que se deja en segundo plano a uno de sus artífices, al otro se le ignora y se exalta al personaje que, si bien inició el proceso independentista, tuvo poco que ver con su desarrollo y nada con su consumación.

Antonio López de Santa Anna es otro personaje histórico cuya vida está llena de paradojas. Este personaje está estigmatizado como el gobernante que vendió México, una afirmación no del todo cierta.

La derrota de México ante Estados Unidos fue el motivo por el cual nuestro país perdió más de la mitad de su territorio, y si bien Santa Anna fue responsable de la derrota junto con otros generales, lo cierto es que él no tuvo nada que ver ni con las negociaciones ni con la firma del tratado de Guadalupe-Hidalgo que aseguró la paz entre ambas naciones, así como la pérdida de territorio mexicano.

Santa Anna sí vendió territorio mexicano, La Mesilla, que actualmente forma parte de Arizona.

Los ejemplos anteriores nos sirven para mostrar que la historia tiene sus paradojas y por ello no se pueden ver los acontecimientos históricos en blanco y negro; tampoco sus protagonistas pueden catalogarse como héroes o villanos pues dependiendo de sus circunstancias fueron lo uno, lo otro o ambas cosas.

La historia de México tiene algunas paradojas que pasan inadvertidas. Por ejemplo, el 15 y 16 de septiembre se festejan como días de la Independencia, a pesar de que el primero no está relacionado con el proceso independentista, pero sí con una fecha considerada importante durante el porfiriato, el cumpleaños de Porfirio Díaz.

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El hecho de que su cumpleaños y el aniversario de la independencia fueran días consecutivos, propició que ambos acontecimientos fueran un evento en el que se fusionó el cumpleaños presidencial con celebración de la independencia.

La figura de Miguel Hidalgo figura ocupa un lugar destacado entre los héroes mexicanos por haber iniciado el proceso que culminó con la independencia de México, sin embargo la consumación de la independencia estuvo a cargo de dos generales poco recordados: Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide, el primero tiene a veces un lugar en la serie de nombres que grita el Presidente desde el balcón del Palacio Nacional el 15 de septiembre, el segundo está borrado de la historia oficial por haberse coronado a sí mismo como emperador de México.

De los ejemplos mencionados en los párrafos anteriores surge una paradoja más grande puesto que no sólo se festeja “el grito” el día del cumpleaños de Porfirio Díaz, sino que se deja en segundo plano a uno de sus artífices, al otro se le ignora y se exalta al personaje que, si bien inició el proceso independentista, tuvo poco que ver con su desarrollo y nada con su consumación.

Antonio López de Santa Anna es otro personaje histórico cuya vida está llena de paradojas. Este personaje está estigmatizado como el gobernante que vendió México, una afirmación no del todo cierta.

La derrota de México ante Estados Unidos fue el motivo por el cual nuestro país perdió más de la mitad de su territorio, y si bien Santa Anna fue responsable de la derrota junto con otros generales, lo cierto es que él no tuvo nada que ver ni con las negociaciones ni con la firma del tratado de Guadalupe-Hidalgo que aseguró la paz entre ambas naciones, así como la pérdida de territorio mexicano.

Santa Anna sí vendió territorio mexicano, La Mesilla, que actualmente forma parte de Arizona.

Los ejemplos anteriores nos sirven para mostrar que la historia tiene sus paradojas y por ello no se pueden ver los acontecimientos históricos en blanco y negro; tampoco sus protagonistas pueden catalogarse como héroes o villanos pues dependiendo de sus circunstancias fueron lo uno, lo otro o ambas cosas.