Cada cambio de año todos pensamos que el año que se va, termina junto con todas las situaciones y sucesos que lo caracterizaron y que el nuevo año será diferente… Como si cada año fuese en cierta medida, una cápsula de tiempo independiente de los otros años. Sabemos que hay conexiones de un año con otro o con otros años, pero, aun así, esperamos que el siguiente año, sea mejor que el que acaba de pasar.
Todo el 2020 escuché personas (Incluyéndome) quejándose (quejándonos) de lo difícil… de lo malo y perro que ha sido el mencionado año y en esta pasada festividad de fin de año, como todos los años, nos deseamos unos a otros un feliz 2021. Pero por desgracia no existe independencia mágica entre años, sino al contrario cada año está conectado con el año anterior hasta el inicio de los tiempos.
El año que empezamos viene a ser la continuación del año viejo que creemos haber dejado en el pasado, ciertamente será también un año retador, pero con una ventaja para nosotros… ya estamos sobre aviso, tenemos la certeza de que en el 2021 nos van a querer seguir vapuleando y tirar al suelo. Sin embargo, poco debería preocuparnos, en México siempre sabemos cómo lidiar con el caos, la tragedia e incluso… La muerte. Nosotros tenemos toda una cultura enfocada a reírnos de la fatalidad e incluso festejamos y nos divertimos con la muerte.
Como dije anteriormente, los años se mantienen conectados 2021 está conectado a la crisis económica del 2008, que a su vez está conectado al 2007, que fue cuando debió haberse declarado la crisis del mencionado 2008. Crisis que en su mayor parte fue contenida y escondida hasta 2020 que fue cuando se declara la Plandemia, pero la crisis en toda su expresión no se dio, pareciera que se quisiera que la enfermedad en el mundo o más bien el confinamiento, la detonara. Pero al parecer será en el 2021 cuando veremos lo que pase.
El fin del mundo es lo que le llaman oficialmente “la nueva normalidad”, el fin del mundo no es el planeta explotando en pedazos, ni el impacto del tan llevado y paseado asteroide asesino o el volcán gigante de Yellowstone. Que acabe el mundo o que desaparezca la raza humana no es tan fácil, como los dizque pseudocientíficos de las universidades e institutos científicos nos han estado diciendo durante muchos años.
“La nueva normalidad” más bien es el resultado del fin del mundo que vivimos en el 2020, de hecho, mientras lee estas líneas el mundo se sigue acabando en el 2021, pero ¿Qué era el mundo que se acaba? Era la forma de vida a la que estábamos acostumbrados y este 2021 la economía y su dinero, la forma de gobernar y la democracia entrarán en el pico de su crisis, aunque en los Estados Unidos ya tuvieron su pico con la más vergonzosa elección en la historia de la democracia como sistema de gobierno.
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En el 2021 la democracia implosionará como resultado de la nula confianza en este sistema de gobierno que ya dejó de funcionar porque ya no puede engañar a la mayoría de los que acostumbrábamos votar o anular… Dejamos de creer en la democracia, por lo que las primeras victimas del año que acabamos de iniciar van a ser los políticos, particularmente los políticos que no pueden concebir que su mundo se acabó (cambió) y esta hecatombe social, política, religiosa y económica les pasará por encima como aplanadora o mejor dicho, como trituradora.
No hay receta a seguir en el 2021, entramos a terrenos que la humanidad nunca exploró antes, vivimos tiempos inéditos por lo que de aquí en adelante deberemos descubrir cómo vivir en el nuevo mundo… El dicho cambiar (adaptarse) o morir nunca ha tenido más sentido en toda la historia humana.
Feliz 2021, feliz nuevo mundo.
