/ martes 29 de septiembre de 2020

Un ciudadano pensó | CFE vs derechos humanos e impuestos al sol

¿Qué son los derechos humanos? Los derechos humanos son el conjunto de prerrogativas sustentadas en la dignidad humana, cuya realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral de la persona.

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Este conjunto de prerrogativas se encuentra establecido dentro del orden jurídico nacional, en nuestra Constitución Política, tratados internacionales y las leyes.

Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles.

Texto tomado directamente de: https://www.cndh.org.mx/derechos-humanos/que-son-los-derechos-humanos

En nuestra sociedad el acceso a la energía debería ser un derecho humano de acuerdo a la definición de derechos humanos consagrada en la página de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que les compartí arriba en los párrafos anteriores y con los que abro la presente columna.

La energía es indispensable para la dignidad del ser humano, porque es el elemento clave para su alimentación, para su higiene, para su educación, para su salud y entre muchas otras cosas, para su seguridad.

Sin embargo, en plena plandemia, se reportaron numerosos casos de cortes de luz efectuados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a familias que se atrasaron en el pago de su recibo de luz, es decir, puso en pausa, en riesgo, la alimentación, la educación, la salud y la seguridad de las familias a las que se les cortó el servicio de electricidad. Entonces ¿La CFE violentó los derechos humanos de estas familias?

Aquí el contexto es muy importante, porque estamos hablando de personas, familias, que debieron quedarse en casa por la Plandemia, algunos se les despidió de sus empleos y a otros no se nos permitía ejercer nuestro negocio o autoempleo, poniéndonos en varias disyuntivas: No salir para no enfermar o arriesgarnos para traer sustento, mientras la CFE nos agrega las disyuntivas de: O pagas el recibo o te corto la luz, pero, si pagamos la luz para que no se pierda la comida, luego, ¿Habrá dinero para comprar más comida?

La falta del servicio eléctrico, no sólo afecta la alimentación, también afecta la educación, ya que los niños no podrían ver sus clases a distancia, afecta su salud por el tema de los alimentos y por ende también afecta su seguridad. Además, en un Estado como Sonora y sus temperaturas veraniegas es particularmente peligrosa la carencia de energía.

Repito la pregunta, pero de diferente manera, ¿es la energía un derecho humano?

Se entiende que con los sistemas contemporáneos de producción de energía hay un costo de generación, pero ya está lista, funcionando y cada vez más mejorada la energía solar. Es decir, si usted tiene el recurso para poner los paneles solares que requiere para ser “independiente” energéticamente hablando, aun así, le OBLIGAN a seguir conectado a la CFE y que, por lo menos pague la renta básica de un servicio que ya no requiere y bajo el supuesto de que la CFE le pagará el excedente de generación que produzca su hogar.

Técnicamente no existe ninguna necesidad de que permanezca su domicilio conectado al monopolio energético mexicano, ya que en los lugares donde no existe este servicio, como ranchos y poblaciones muy apartadas de la “civilización” no requieren obviamente estar conectados a la red.

A esto sumemos el rumor de que se pretende ponerle un impuesto a la generación de energía solar, es decir, poner impuestos sobre número de paneles solares con que se cuente.

A ver, retomemos… Si tenemos producción propia de electricidad, se nos obliga a seguir conectado a una red y pagando la renta básica de algo que no nos aporta absolutamente nada, es decir, el impuesto disfrazado. Pero como es obvio que los días de la CFE están contados, hay que ir preparando un impuesto al sol… Y aquí nos metemos en terreno sagrado, no se puede cobrar por el sol como no se puede cobrar por respirar… que también ya se tiene ese proyecto con el cobro de impuestos por la emisión de carbono y en este caso, se nos cobraría por respirar e incluso por producir flatulencias, por eso de lo del cambio climático, pero no es, de momento el tema de esta columna.

Quiero dejarle bien claro estimado lector, que como ciudadanos no podemos seguir permitiendo las injusticias y atropellos de la CFE, que nos quieran atar a esta empresa paraestatal para alargarle un poco más la vida sólo mientras meten leyes que les permitan seguir esclavizándonos con la energía, energía a la que tenemos derecho como seres humanos y por ello debemos cabildear todos los ciudadanos que jamás no vayan a imponer pagos por lo que naturalmente… Es nuestro derecho.



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Este conjunto de prerrogativas se encuentra establecido dentro del orden jurídico nacional, en nuestra Constitución Política, tratados internacionales y las leyes.

Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles.

Texto tomado directamente de: https://www.cndh.org.mx/derechos-humanos/que-son-los-derechos-humanos

En nuestra sociedad el acceso a la energía debería ser un derecho humano de acuerdo a la definición de derechos humanos consagrada en la página de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que les compartí arriba en los párrafos anteriores y con los que abro la presente columna.

La energía es indispensable para la dignidad del ser humano, porque es el elemento clave para su alimentación, para su higiene, para su educación, para su salud y entre muchas otras cosas, para su seguridad.

Sin embargo, en plena plandemia, se reportaron numerosos casos de cortes de luz efectuados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a familias que se atrasaron en el pago de su recibo de luz, es decir, puso en pausa, en riesgo, la alimentación, la educación, la salud y la seguridad de las familias a las que se les cortó el servicio de electricidad. Entonces ¿La CFE violentó los derechos humanos de estas familias?

Aquí el contexto es muy importante, porque estamos hablando de personas, familias, que debieron quedarse en casa por la Plandemia, algunos se les despidió de sus empleos y a otros no se nos permitía ejercer nuestro negocio o autoempleo, poniéndonos en varias disyuntivas: No salir para no enfermar o arriesgarnos para traer sustento, mientras la CFE nos agrega las disyuntivas de: O pagas el recibo o te corto la luz, pero, si pagamos la luz para que no se pierda la comida, luego, ¿Habrá dinero para comprar más comida?

La falta del servicio eléctrico, no sólo afecta la alimentación, también afecta la educación, ya que los niños no podrían ver sus clases a distancia, afecta su salud por el tema de los alimentos y por ende también afecta su seguridad. Además, en un Estado como Sonora y sus temperaturas veraniegas es particularmente peligrosa la carencia de energía.

Repito la pregunta, pero de diferente manera, ¿es la energía un derecho humano?

Se entiende que con los sistemas contemporáneos de producción de energía hay un costo de generación, pero ya está lista, funcionando y cada vez más mejorada la energía solar. Es decir, si usted tiene el recurso para poner los paneles solares que requiere para ser “independiente” energéticamente hablando, aun así, le OBLIGAN a seguir conectado a la CFE y que, por lo menos pague la renta básica de un servicio que ya no requiere y bajo el supuesto de que la CFE le pagará el excedente de generación que produzca su hogar.

Técnicamente no existe ninguna necesidad de que permanezca su domicilio conectado al monopolio energético mexicano, ya que en los lugares donde no existe este servicio, como ranchos y poblaciones muy apartadas de la “civilización” no requieren obviamente estar conectados a la red.

A esto sumemos el rumor de que se pretende ponerle un impuesto a la generación de energía solar, es decir, poner impuestos sobre número de paneles solares con que se cuente.

A ver, retomemos… Si tenemos producción propia de electricidad, se nos obliga a seguir conectado a una red y pagando la renta básica de algo que no nos aporta absolutamente nada, es decir, el impuesto disfrazado. Pero como es obvio que los días de la CFE están contados, hay que ir preparando un impuesto al sol… Y aquí nos metemos en terreno sagrado, no se puede cobrar por el sol como no se puede cobrar por respirar… que también ya se tiene ese proyecto con el cobro de impuestos por la emisión de carbono y en este caso, se nos cobraría por respirar e incluso por producir flatulencias, por eso de lo del cambio climático, pero no es, de momento el tema de esta columna.

Quiero dejarle bien claro estimado lector, que como ciudadanos no podemos seguir permitiendo las injusticias y atropellos de la CFE, que nos quieran atar a esta empresa paraestatal para alargarle un poco más la vida sólo mientras meten leyes que les permitan seguir esclavizándonos con la energía, energía a la que tenemos derecho como seres humanos y por ello debemos cabildear todos los ciudadanos que jamás no vayan a imponer pagos por lo que naturalmente… Es nuestro derecho.



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