/ martes 9 de junio de 2020

Un ciudadano pensó | Engañados y manipulados… Y por gusto

Por increíble que parezca, si tuviésemos todos la costumbre de instruirnos, tal vez nada de lo que estamos viviendo, estaría sucediendo. No sólo leyendo, porque todo mundo dice que debemos leer para instruirnos, pero la verdad, ya desde hace mucho tiempo que existen muchas formas de acercarnos información, por lo tanto, no hay pretexto, sólo mucha distracción con entretenimiento divertido.

ACCEDE A NUESTRA EDICIÓN DIGITAL EN UN SOLO LUGAR Y DESDE CUALQUIER DISPOSITIVO ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!

Obviamente que sólo llenar de información la cabeza no lo es todo… Hay que poner en el banquillo de los acusados a todas las teorías, la historia, corrientes políticas y filosóficas y aunque me quieran crucificar… También hay que apuntar con el dedo acusador e inquisidor a todas las religiones… ¿Qué quiero decir con esto? Me refiero a poner en duda todo y con ello aprender a pensar.

Porque aparte de allegarnos información, debemos sobre todo aprender a pensar, aprender a conectar pistas, encontrar las incongruencias y seguirlas como pistas.

Tal vez puedas estar pensando ¿y para qué?, o ¿por qué? Porque, estimado lector, resulta que todo lo que estudiamos en la escuela o la gran mayoría, fue una mentira tras de otra, sobre todo la historia. Y nos mienten en todo, o nos buscan manipular en todo lo que comunican.

¿Por qué lo sé? Porque en la carrera de Ciencias de la Comunicación llevamos una materia que se llama Manipulación de masas o masiva. Para hacer que la gente compre tal producto, para que la gente visite tal lugar, para que la gente piense de alguna forma o deje de pensar, para que la gente sienta o deje de sentir, o que le importe algo o deje de importarle… Y el sentimiento que se explota siempre para hacer que la gente haga lo que uno quiera, es el miedo.

El conocimiento y la habilidad de usar este conocimiento como si fuésemos detectives, nos ayuda a ir desentrañando las estrategias que van encaminadas a ir incluso en contra de la lógica y nuestra naturaleza.

Cuando me creía una noticia alarmante y la compartía indignado o alarmado y trataba de alertar a amigos y seres queridos para que tuvieran cuidado de algo… para luego resultar que había sido una noticia falsa, me hacía enojarme muchísimo conmigo mismo, ¿Cómo yo todo un comunicólogo había caído de bruces ante un mensaje falso? Y peor aún, mal hecho.

Cuando lo revisaba de nuevo, me enojaba más, porque ciertamente el mensaje carecía de todo como para haberme dado cuenta que era lo que todos conocemos como fake news.

No decía quién era la fuente o quién era el medio o red social responsable del comunicado, es lo principal. Si traía incluida foto o video, sólo basta buscar un poco en Internet para darnos cuenta que eran de años anteriores y de otro evento diferente, Etc.

¿Por qué caemos en la información falsa que tanto trolls de redes sociales, como medios de comunicación “reconocidos” nos hacen llegar? Los primeros, porque tenemos tantas cosas que hacer o de qué preocuparnos, que la mayor parte de nuestra vida, la vivimos en automático y nos vamos con la aviada y los segundos, los medios “de prestigio”, pues por lo mismo, nos han hecho creer que son “de prestigio” y por andar corre y corre por tantas cosas que “debemos” hacer y que el tiempo no nos alcanza, delegamos en estos comunicadores “confiables” la importantísima tarea de informarnos, de pensar y de qué sentir al respecto.

Actualmente, estamos viviendo la madre de todas las manipulaciones y es muy simple, tu lógica, si es que la estás usando, te dice, que las informaciones que se han colado a ti sobre las estadísticas comparativas entre epidemias anteriores a la actual, que dice que fueron más peligrosas, te da a preguntarte ¿por qué tanto alboroto por esta epidemia? Qué raro.

Pero de pronto te ponen videos con “expertos o doctores” que te dicen que es una enfermedad muy peligrosa y te crean la duda y el miedo, y terminamos dejando a un lado la razón.

También aparecen científicos o doctores revelando a la población en general que no es peligrosa la enfermedad y que deberíamos retomar la vida normal porque está provocando más problemas el cautiverio que la misma enfermedad, pero resulta que inmediatamente se desacredita a esos científicos o doctores y sus videos son borrados, ¿Por qué no dialogaron unos con otros?

En fin, el peligro nunca ha sido la pandemia, el peligro siempre ha sido que le entregamos nuestras mentes y corazones a personas viles y despiadadas por flojera, por comodidad y por andar correteando los espejismos de vidas paradisiacas que nos vendieron, para sentirnos superiores a nuestros semejantes.

Gustavo Tena Hinojosa. Fotógrafo profesional y ciudadano. ciudadanopenso@gmx.es

Por increíble que parezca, si tuviésemos todos la costumbre de instruirnos, tal vez nada de lo que estamos viviendo, estaría sucediendo. No sólo leyendo, porque todo mundo dice que debemos leer para instruirnos, pero la verdad, ya desde hace mucho tiempo que existen muchas formas de acercarnos información, por lo tanto, no hay pretexto, sólo mucha distracción con entretenimiento divertido.

ACCEDE A NUESTRA EDICIÓN DIGITAL EN UN SOLO LUGAR Y DESDE CUALQUIER DISPOSITIVO ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!

Obviamente que sólo llenar de información la cabeza no lo es todo… Hay que poner en el banquillo de los acusados a todas las teorías, la historia, corrientes políticas y filosóficas y aunque me quieran crucificar… También hay que apuntar con el dedo acusador e inquisidor a todas las religiones… ¿Qué quiero decir con esto? Me refiero a poner en duda todo y con ello aprender a pensar.

Porque aparte de allegarnos información, debemos sobre todo aprender a pensar, aprender a conectar pistas, encontrar las incongruencias y seguirlas como pistas.

Tal vez puedas estar pensando ¿y para qué?, o ¿por qué? Porque, estimado lector, resulta que todo lo que estudiamos en la escuela o la gran mayoría, fue una mentira tras de otra, sobre todo la historia. Y nos mienten en todo, o nos buscan manipular en todo lo que comunican.

¿Por qué lo sé? Porque en la carrera de Ciencias de la Comunicación llevamos una materia que se llama Manipulación de masas o masiva. Para hacer que la gente compre tal producto, para que la gente visite tal lugar, para que la gente piense de alguna forma o deje de pensar, para que la gente sienta o deje de sentir, o que le importe algo o deje de importarle… Y el sentimiento que se explota siempre para hacer que la gente haga lo que uno quiera, es el miedo.

El conocimiento y la habilidad de usar este conocimiento como si fuésemos detectives, nos ayuda a ir desentrañando las estrategias que van encaminadas a ir incluso en contra de la lógica y nuestra naturaleza.

Cuando me creía una noticia alarmante y la compartía indignado o alarmado y trataba de alertar a amigos y seres queridos para que tuvieran cuidado de algo… para luego resultar que había sido una noticia falsa, me hacía enojarme muchísimo conmigo mismo, ¿Cómo yo todo un comunicólogo había caído de bruces ante un mensaje falso? Y peor aún, mal hecho.

Cuando lo revisaba de nuevo, me enojaba más, porque ciertamente el mensaje carecía de todo como para haberme dado cuenta que era lo que todos conocemos como fake news.

No decía quién era la fuente o quién era el medio o red social responsable del comunicado, es lo principal. Si traía incluida foto o video, sólo basta buscar un poco en Internet para darnos cuenta que eran de años anteriores y de otro evento diferente, Etc.

¿Por qué caemos en la información falsa que tanto trolls de redes sociales, como medios de comunicación “reconocidos” nos hacen llegar? Los primeros, porque tenemos tantas cosas que hacer o de qué preocuparnos, que la mayor parte de nuestra vida, la vivimos en automático y nos vamos con la aviada y los segundos, los medios “de prestigio”, pues por lo mismo, nos han hecho creer que son “de prestigio” y por andar corre y corre por tantas cosas que “debemos” hacer y que el tiempo no nos alcanza, delegamos en estos comunicadores “confiables” la importantísima tarea de informarnos, de pensar y de qué sentir al respecto.

Actualmente, estamos viviendo la madre de todas las manipulaciones y es muy simple, tu lógica, si es que la estás usando, te dice, que las informaciones que se han colado a ti sobre las estadísticas comparativas entre epidemias anteriores a la actual, que dice que fueron más peligrosas, te da a preguntarte ¿por qué tanto alboroto por esta epidemia? Qué raro.

Pero de pronto te ponen videos con “expertos o doctores” que te dicen que es una enfermedad muy peligrosa y te crean la duda y el miedo, y terminamos dejando a un lado la razón.

También aparecen científicos o doctores revelando a la población en general que no es peligrosa la enfermedad y que deberíamos retomar la vida normal porque está provocando más problemas el cautiverio que la misma enfermedad, pero resulta que inmediatamente se desacredita a esos científicos o doctores y sus videos son borrados, ¿Por qué no dialogaron unos con otros?

En fin, el peligro nunca ha sido la pandemia, el peligro siempre ha sido que le entregamos nuestras mentes y corazones a personas viles y despiadadas por flojera, por comodidad y por andar correteando los espejismos de vidas paradisiacas que nos vendieron, para sentirnos superiores a nuestros semejantes.

Gustavo Tena Hinojosa. Fotógrafo profesional y ciudadano. ciudadanopenso@gmx.es