Continua de mi columna anterior (martes 13 de agosto 2024)…
Justicia… ¿Existe la justicia en el sistema que vivimos? No voy a contestar esa pregunta con un sí o un no. Mejor les narro una historia que actualmente se encuentra en desarrollo. Antecedentes breves: En 2018 me enteran y me piden apoyo para difundir los acosos laborales y psicológicos del entonces Juez del juzgado tercero de distrito de Sonora, el Lic. Noel Castro Melgar. Por lo que investigué que antecedentes tenía este juez, ya que no es común enterarse de este tipo de comportamientos en un servidor público de estos niveles. Resultando que el personaje estuvo desempeñándose en el cargo de Juez segundo de distrito de procesos penales federales en el juzgado segundo de distrito del estado de Tamaulipas, y fue acusado por el personal de acoso laboral y de otorgar puestos en el mencionado juzgado a cambio de centenarios, vaya, vendía cargos en el juzgado. Viendo que ya tenía antecedentes pues empecé a informar sobre su actuar en el juzgado tercero de distrito en la ciudad de Hermosillo, además de solicitar informes al Consejo de la Judicatura Federal del porqué nada se había hecho en referencia al actuar del mencionado juez y no se recibió respuesta de este órgano. Hasta que, sin previo aviso, el juez fue destituido y suspendido. Pensé que definitivamente, en vista de la gravedad de su comportamiento y que mancilló la sagrada investidura que es el cargo de Juez Federal.
Resultó que no… Después de un tiempo de suspensión y de ordenarle que se hiciese unos estudios psicológicos, ahora el Lic. Noel Castro Melgar, es el Juez Séptimo de Distrito del Estado de Baja California, con residencia en Ensenada. Y desde esa localidad se me contactó para de nuevo informar del comportamiento del Juez mencionado.
El 20 de mayo de 2024, la Secretaria Técnica A adscrita a la Secretaría Ejecutiva de Disciplina del Consejo de la Judicatura Federal, dio constancia de recibida la queja 1421/2024-VII y sus acumuladas 1498/2024-VII, 1509/2024-VII y 1513/2024-VII, donde, haciendo a un lado la jerga jurídica, se acusa al juez Noel Castro Melgar de: La probable comisión de conductas constitutivas de responsabilidad administrativa, las cuales se detallan en el documento como conductas que pudieran constituir acoso sexual, hostigamiento y abuso sexual, laboral, peculado, bullying laboral, violencia en el trabajo (Mobbing), y lo que resulte. (Promoción a la que le corresponde la queja 1498/2024-VII) y se advierte más adelante, que existe relación entre el asunto que dio origen a esta queja y las diversas quejas antes mencionadas. Por lo que se ordena la acumulación de quejas de donde se genera la siguiente anotación: “El juez Noel Castro Melgar ha incurrido “de nueva cuenta” en conductas de acoso y hostigamiento laboral.”
En fin, ya se está desarrollando todo un drama interno respecto a la conducta de este Juez para con su equipo de trabajo. Hay más documentos, más quejas y demandas en contra de este servidor público federal, que ya tiene en ascuas a tres secretarios de juzgado, cuatro oficiales judiciales y la secretaria general del Sindicato del Poder Judicial de la Federación, sección 5 Ensenada, Baja California.
En este ambiente de trabajo nada digno ¿Cómo pueden esperar los ciudadanos que se les haga justicia? Con personal discapacitado por estrés psicológico, sobre carga de trabajo, miedo, vergüenza para con sus familiares y compañeros de trabajo, Etc.
Este caso que se ha venido dejando de lado en el espacio y tiempo, nos habla no de descuidos por parte del Consejo de la Judicatura de la Federación, más bien pareciera hablarnos de proteccionismo interno institucional. Como dije en mi columna anterior, se parece este caso, muchísimo, a lo que ha sucedido en la Iglesia Católica con los padrecitos de “gustos especiales” y que cuando la cosa se pone al rojo vivo, los quitan de la parroquia en cuestión, los mandan al retiro un tiempo a que se enfríe la situación y después los reasignan en otras parroquias, donde al tiempo, se repite la historia y la solución.
Pues así parece este el caso del Juez que inicia su fama como el juez de los centenarios y ahora es el juez del “amor libre” pero a cadenazos (En sentido figurado). Da la impresión que se le protege ¿Quién lo protege? Porque este juez ya tiene todo un historial… No sé si llamarle criminal, probablemente, no sé. Pero como decimos la gente, tiene cola que le pisen.
Por otro lado, si las personas que laboran en el sistema judicial federal, que son las más preparadas para la impartición de justicia en la nación, están siendo acosadas, hostigadas y están batallando para que se les de justicia a ellas mismas ¿Qué podemos esperar los simples mortales que nada sabemos de los laberintos judiciales en los que ellos navegan? ¿Justicia? ¿Realmente podemos esperar justicia lo ciudadanos comunes?
El caso del juez Noel Castro Melgar tal vez nos dice mucho de lo que no sabemos y no parece movilizarse con la agilidad necesaria, por que los ciudadanos necesitamos, requerimos, que los funcionarios del Poder Judicial de la Federación, estén al 100% de sus capacidades para que nos brinden el servicio que la ciudadanía merece recibir. Este tema… Continuará. 1CP
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