/ martes 13 de agosto de 2019

Un ciudadano pensó | La extinción de los héroes

Cuando recordamos los temas históricos no faltaban los hombres ilustres y los héroes. Al parecer, en estos tiempos modernos no sólo se han extinguido muchas especies de la naturaleza, también se extinguieron esos personajes que llenaban de orgullo y servían de guía a todos en el país.

Ya ni en nuestras películas y programas tenemos héroes, sólo tenemos narcos, pirujas y políticos. La brújula moral al parecer se nos perdió. No hace mucho que pensábamos que la persona más confiable de cualquier sociedad eran los curas de las parroquias de los barrios y resultaron ser depredadores sexuales. Me niego rotundamente a creer que los seres humanos somos sólo oscuridad, debemos retomar los valores, debemos reforzar la importancia de la familia y la educación en ella, debemos cambiar los ejemplos.

Hoy día hasta la justicia parece haberse extinguido junto con el pájaro dodo y las buenas costumbres.

Qué triste la forma en que nos engañamos todos. No podemos hablar de “ciertas cosas”… En el juego de la avestruz, jugamos a meter la cabeza en un hoyo para que lo malo que hemos hecho no nos alcance. Lo jugamos todos… políticos, medios de comunicación, funcionarios, empresarios, ciudadanos, etc. Sin embargo, la realidad nos alcanzó a los hermosillenses. Desde hace ya mucho tiempo veíamos (dos o tres años) como el crimen organizado se volvía más y más obvio y descarado en el Sur del Estado, para no decir más fuerte. Pero aun así, la sociedad no le exigía al Gobierno estatal sobre este tema, claro eso no nos pasaba a los de la capital… pobrecitos los de Obregón. En fin, vamos a pagar todos por nuestra apatía y falta de empatía con nuestros amigos del Valle del Yaqui y del puerto de Guaymas.

En nuestras escuelas se dejó de enseñar civismo y se perdió el respeto a las instituciones, la firmeza de la educación familiar se relajó para no traumar a los hijos y los hijos ahora trauman a sus padres y a la sociedad en general. Quien roba y miente anda libre (Sin agraviar a G. Padrés) y quien habla con la verdad se le castiga y aparta.

¿En qué cabeza cabe que cualquier sociedad pueda funcionar usando la receta al revés?

¿Cuándo la gente va a levantar la cabeza y decir basta? ¿Qué se necesita? ¿La muerte de cuánta gente inocente será necesaria?

Los héroes se extinguieron, los acabaron porque acabaron con los ideales, la justicia y los valores. Pregunta a cualquier joven que te nombre a un héroe actual y van a mencionarte a un narco o sicario, si bien nos va, mencionará a un futbolista o boxeador. La base de la sociedad es la familia y sin embargo nuestros jóvenes, cada vez les interesa menos formar una familia y quienes la forman al poco tiempo se dejan vencer… digo se divorcian. Pero esto es porque las familias están produciendo integrantes defectuosos de la sociedad. La familia dejó de brindar los elementos que necesitamos como individuos para poder funcionar en la sociedad; las familias producen elementos incompletos, débiles de carácter, que corren a refugiarse en alcohol y drogas a la primera decepción, frustración o pérdida.

Nuestro espíritu social es débil, porque así lo hemos querido.

Tal vez, toda esta tragedia de la dizque sociedad moderna, sirva de algo… a lo mejor la sociedad necesita tocar fondo, solo que cuando lo haga, será a un costo en vidas, como nunca lo fue en toda su historia.

“No es hasta que perdemos, que empezamos a encontrarnos a nosotros mismos”

Gustavo Tena H. Fotógrafo profesional y ciudadano.

ciudadanopenso@gmx.es

Cuando recordamos los temas históricos no faltaban los hombres ilustres y los héroes. Al parecer, en estos tiempos modernos no sólo se han extinguido muchas especies de la naturaleza, también se extinguieron esos personajes que llenaban de orgullo y servían de guía a todos en el país.

Ya ni en nuestras películas y programas tenemos héroes, sólo tenemos narcos, pirujas y políticos. La brújula moral al parecer se nos perdió. No hace mucho que pensábamos que la persona más confiable de cualquier sociedad eran los curas de las parroquias de los barrios y resultaron ser depredadores sexuales. Me niego rotundamente a creer que los seres humanos somos sólo oscuridad, debemos retomar los valores, debemos reforzar la importancia de la familia y la educación en ella, debemos cambiar los ejemplos.

Hoy día hasta la justicia parece haberse extinguido junto con el pájaro dodo y las buenas costumbres.

Qué triste la forma en que nos engañamos todos. No podemos hablar de “ciertas cosas”… En el juego de la avestruz, jugamos a meter la cabeza en un hoyo para que lo malo que hemos hecho no nos alcance. Lo jugamos todos… políticos, medios de comunicación, funcionarios, empresarios, ciudadanos, etc. Sin embargo, la realidad nos alcanzó a los hermosillenses. Desde hace ya mucho tiempo veíamos (dos o tres años) como el crimen organizado se volvía más y más obvio y descarado en el Sur del Estado, para no decir más fuerte. Pero aun así, la sociedad no le exigía al Gobierno estatal sobre este tema, claro eso no nos pasaba a los de la capital… pobrecitos los de Obregón. En fin, vamos a pagar todos por nuestra apatía y falta de empatía con nuestros amigos del Valle del Yaqui y del puerto de Guaymas.

En nuestras escuelas se dejó de enseñar civismo y se perdió el respeto a las instituciones, la firmeza de la educación familiar se relajó para no traumar a los hijos y los hijos ahora trauman a sus padres y a la sociedad en general. Quien roba y miente anda libre (Sin agraviar a G. Padrés) y quien habla con la verdad se le castiga y aparta.

¿En qué cabeza cabe que cualquier sociedad pueda funcionar usando la receta al revés?

¿Cuándo la gente va a levantar la cabeza y decir basta? ¿Qué se necesita? ¿La muerte de cuánta gente inocente será necesaria?

Los héroes se extinguieron, los acabaron porque acabaron con los ideales, la justicia y los valores. Pregunta a cualquier joven que te nombre a un héroe actual y van a mencionarte a un narco o sicario, si bien nos va, mencionará a un futbolista o boxeador. La base de la sociedad es la familia y sin embargo nuestros jóvenes, cada vez les interesa menos formar una familia y quienes la forman al poco tiempo se dejan vencer… digo se divorcian. Pero esto es porque las familias están produciendo integrantes defectuosos de la sociedad. La familia dejó de brindar los elementos que necesitamos como individuos para poder funcionar en la sociedad; las familias producen elementos incompletos, débiles de carácter, que corren a refugiarse en alcohol y drogas a la primera decepción, frustración o pérdida.

Nuestro espíritu social es débil, porque así lo hemos querido.

Tal vez, toda esta tragedia de la dizque sociedad moderna, sirva de algo… a lo mejor la sociedad necesita tocar fondo, solo que cuando lo haga, será a un costo en vidas, como nunca lo fue en toda su historia.

“No es hasta que perdemos, que empezamos a encontrarnos a nosotros mismos”

Gustavo Tena H. Fotógrafo profesional y ciudadano.

ciudadanopenso@gmx.es