/ lunes 7 de junio de 2021

Un ciudadano pensó | Las elecciones históricas del 2021

Acabó la primera parte de la obra de teatro “La elección 2021”, ahora viene la segunda parte de la obra… “Los resultados”. Ya estoy harto, harto igual que muchos, harto de escuchar mentiras, mentiras aparte de las que escuchamos y vemos en los días “normales”. Sigo sin entender cómo hay gente que se engancha de lo que unos “buenos” políticos acusan a otros “buenos” políticos. Pobrecitos los políticos, tanto que se preocupan por nosotros… En las elecciones, en las que tienen tan poquito tiempo para decirnos lo tanto que nos quieren y todo lo que quieren hacer por nosotros… En las elecciones.

Mientras se pelean entre ellos por nosotros, se insultan entre ellos, se atacan entre ellos, se traicionan entre ellos… Ilusos leales a ellos se matan por ellos. Operadores y policías se sacrifican por ellos creyendo engañados igual que la gente.

Mientras escribía estas palabras me enteré de balaceras en el bulevar Cárdenas y también en la colonia La Ladrillera, donde murieron policías y unos malosos, aunque en este teatro al aire libre ya no se sabe quiénes son las víctimas y quiénes los victimarios… o si todos son victimarios, lo que, sí sé, es que santos no había.

Amistades y conocidos me informan del gobierno tiránico que se nos viene encima, mientras otros amigos me recuerdan de cómo los “otros” mal vendieron la patria y sus recursos naturales con todo y nosotros. Algunos realmente sufriendo por el comunismo imaginando que les arrebatan sus casas y negocios y otros diciéndome desesperados que ya no podemos seguir siendo gobernados por quienes arruinaron la economía de las familias.

Pobres aquellos que perdieron a alguien en medio de esta guerra, perdón quise decir elección… ¿Por qué tan encarnizadas las batallas en las que la vergüenza fue la primer baja? ¿Por la gente? ¿Perdieron la vergüenza por la gente?

Ya pasaron las elecciones… Resulta que todos ganaron. Mientras, un vecino me dice muy convencido “Más vale rata conocida que rata por conocer”. Wow… Qué profundidad o qué resignación.

¿Qué tan importantes serán estas elecciones que hasta los gringos, canadienses e ingleses andan metidos de cabeza en México? ¿De qué tamaño es el botín llamado MÉXICO? Que hasta The Economist, órgano de comunicación de la familia Rothschild, (apellido que originalmente era Amschel) andan preocupados, por decirlo de una manera educada.

El establishment mexicano pelele del establishment de la élite mundial parece temblar en estas elecciones y por ello sus mejores modales afloraron durante toda la campaña y seguirán aflorando mientras se definan los resultados de estas elecciones que se llevaron a cabo enmarcadas por el juicio final en el resto del planeta.

Lo que está pasando en la República bananera de México, trae parada de pestañas a la élite internacional… Entonces ¿México no es tan bananero verdad?

Pero regresándome a Hermosillo, qué feo es observar cómo se traicionan entre los de los mismos colores y como si fueran demonios sedujeron a otros a vender sus almas por mucho dinero me imagino y muy seguramente por vergüenza histórica para sus descendientes. Algunos hasta sacrificaron a amigos cuyos hijos les llamaban tíos. Si me preguntan cómo vi estas elecciones… Muy oscuras.

Lo mismo está pasando en todo el planeta… Como es arriba es abajo, dice un dicho que no sé de dónde lo saqué.

Yo como viajero que soy del tiempo, observo y aprendo. Es lo que te recomiendo ciudadano, todos somos viajeros del tiempo y en esta vida como en tantas otras tantas que tuvimos, aprendimos. En esta ocasión no me tocó como a muchos estar en posición para poder aportar mi accionar, pero desde la distancia feliz veo cómo la historia se desarrolla ante mis ojos. Eso me da mucha felicidad y vibro con todo el planeta. Es el papel que nos tocó a muchos. Por eso, no dejo que la incertidumbre se pegue a mi esencia, de nada sirve que me preocupe… Pasó lo que debía pasar.

Sin importar los resultados, sin importar lo demostrado en estas elecciones lo que motivó mi decisión de voto no fue el miedo, fue el amor a mi gente, a la humanidad, su grandeza de espíritu y todas nuestras perfectas imperfecciones que enriquecen nuestra esencia.

Acabó la primera parte de la obra de teatro “La elección 2021”, ahora viene la segunda parte de la obra… “Los resultados”. Ya estoy harto, harto igual que muchos, harto de escuchar mentiras, mentiras aparte de las que escuchamos y vemos en los días “normales”. Sigo sin entender cómo hay gente que se engancha de lo que unos “buenos” políticos acusan a otros “buenos” políticos. Pobrecitos los políticos, tanto que se preocupan por nosotros… En las elecciones, en las que tienen tan poquito tiempo para decirnos lo tanto que nos quieren y todo lo que quieren hacer por nosotros… En las elecciones.

Mientras se pelean entre ellos por nosotros, se insultan entre ellos, se atacan entre ellos, se traicionan entre ellos… Ilusos leales a ellos se matan por ellos. Operadores y policías se sacrifican por ellos creyendo engañados igual que la gente.

Mientras escribía estas palabras me enteré de balaceras en el bulevar Cárdenas y también en la colonia La Ladrillera, donde murieron policías y unos malosos, aunque en este teatro al aire libre ya no se sabe quiénes son las víctimas y quiénes los victimarios… o si todos son victimarios, lo que, sí sé, es que santos no había.

Amistades y conocidos me informan del gobierno tiránico que se nos viene encima, mientras otros amigos me recuerdan de cómo los “otros” mal vendieron la patria y sus recursos naturales con todo y nosotros. Algunos realmente sufriendo por el comunismo imaginando que les arrebatan sus casas y negocios y otros diciéndome desesperados que ya no podemos seguir siendo gobernados por quienes arruinaron la economía de las familias.

Pobres aquellos que perdieron a alguien en medio de esta guerra, perdón quise decir elección… ¿Por qué tan encarnizadas las batallas en las que la vergüenza fue la primer baja? ¿Por la gente? ¿Perdieron la vergüenza por la gente?

Ya pasaron las elecciones… Resulta que todos ganaron. Mientras, un vecino me dice muy convencido “Más vale rata conocida que rata por conocer”. Wow… Qué profundidad o qué resignación.

¿Qué tan importantes serán estas elecciones que hasta los gringos, canadienses e ingleses andan metidos de cabeza en México? ¿De qué tamaño es el botín llamado MÉXICO? Que hasta The Economist, órgano de comunicación de la familia Rothschild, (apellido que originalmente era Amschel) andan preocupados, por decirlo de una manera educada.

El establishment mexicano pelele del establishment de la élite mundial parece temblar en estas elecciones y por ello sus mejores modales afloraron durante toda la campaña y seguirán aflorando mientras se definan los resultados de estas elecciones que se llevaron a cabo enmarcadas por el juicio final en el resto del planeta.

Lo que está pasando en la República bananera de México, trae parada de pestañas a la élite internacional… Entonces ¿México no es tan bananero verdad?

Pero regresándome a Hermosillo, qué feo es observar cómo se traicionan entre los de los mismos colores y como si fueran demonios sedujeron a otros a vender sus almas por mucho dinero me imagino y muy seguramente por vergüenza histórica para sus descendientes. Algunos hasta sacrificaron a amigos cuyos hijos les llamaban tíos. Si me preguntan cómo vi estas elecciones… Muy oscuras.

Lo mismo está pasando en todo el planeta… Como es arriba es abajo, dice un dicho que no sé de dónde lo saqué.

Yo como viajero que soy del tiempo, observo y aprendo. Es lo que te recomiendo ciudadano, todos somos viajeros del tiempo y en esta vida como en tantas otras tantas que tuvimos, aprendimos. En esta ocasión no me tocó como a muchos estar en posición para poder aportar mi accionar, pero desde la distancia feliz veo cómo la historia se desarrolla ante mis ojos. Eso me da mucha felicidad y vibro con todo el planeta. Es el papel que nos tocó a muchos. Por eso, no dejo que la incertidumbre se pegue a mi esencia, de nada sirve que me preocupe… Pasó lo que debía pasar.

Sin importar los resultados, sin importar lo demostrado en estas elecciones lo que motivó mi decisión de voto no fue el miedo, fue el amor a mi gente, a la humanidad, su grandeza de espíritu y todas nuestras perfectas imperfecciones que enriquecen nuestra esencia.