/ martes 2 de julio de 2019

Un ciudadano pensó | ¿Tenía que morir un niño?

En las últimas semanas vimos cómo el flagelo de la inseguridad parecía ser la dueña y señora de algunas comunidades de nuestro Estado. A nuestros celulares llegaban fotos y videos que son simplemente espantosas. Todos esperábamos la respuesta inmediata de nuestras autoridades debido a lo escandalosas de las acciones de los criminales que obviamente son narcotraficantes, pero los ataques y tragedias se sucedieron unas detrás de otras y simplemente no veíamos ninguna acción clara y contundente que detuviera a los asesinos de la mafia del narco.

Aunque los asesinatos se daban en contra de otros delincuentes, éstos usan calles y avenidas como sus campos de batalla, e incluso como escaparates macabros de sus mensajes a los contrincantes, dejando cadáveres desmembrados o despellejados a la vista pública, haciendo alarde de su poder y su impunidad. Lo que como ciudadanos nos hace preguntarnos de si realmente tienen más poder que las propias autoridades, incluso hay muchas personas que comentan convencidos de que los delincuentes que se están peleando la “plaza” Sonora, son de hecho más poderosos que nuestras autoridades.

Yo en lo personal, no creo que los delincuentes tengan más poder que las fuerzas del orden público y menos que el Ejército, pero después de que las semanas rebasaron a los días y después los meses a las semanas, sin ver acción alguna he empezado a creer que lo que muchas gentes aseguran, tal vez sea cierto. Después me entero que algunos conocidos están comprando armas para tratar de mantener la seguridad de sus familias, de hecho un buen amigo que aprovechó una visita a la capital del país, para ir a la Sedena y comprar una pistola. Lo que más me sorprendió fue lo que me narró al respecto:

“La cola para comprar armas era enorme, tardé dos días para poder comprarme el arma. Había centenares de personas comprando armas, yo fui por una pistola calibre 38, pero había gentes que salían con dos, tres o 10 armas de diferentes tipos, rifles o pistolas y que había de todas las marcas. La única regla era no comprar aquellas que por su calibre eran consideradas de uso exclusivo del Ejército, excepto si eras guarura o de alguna compañía de seguridad. Ahí mismo te entregaban tu arma junto con tu permiso de transportación”.

Al escuchar su relato, mismo que he resumido lo más que he podido, no podía de dejar de estar sorprendido. No puedo de dejar de imaginarme un escenario en el que nuestras autoridades parecen inertes o impotentes y con la terrible actividad criminal, sumando a este escenario ciudadanos armados e inexpertos o con nula educación en el manejo de armas. Francamente pienso que es un escenario espantoso.

Aunque ya hubo una declaración de parte de la Gobernadora del estado con respecto a este tema y con acciones de encomendar a la fiscal general del Estado Claudia Indira Contreras acciones al respecto, pero hasta donde sé, rodó la cabeza del director operativo de la Policía Estatal de Seguridad Pública, Antonio Flores a quien reincorporan a la Agencia de Investigación Criminal (AMIC) quedando en su puesto el comandante Néstor Manuel Plascencia Zúñiga.

Pero después de tanta gente fallecida en Ciudad Obregón, en Guaymas, Hermosillo y el pueblo de Rosario Tesopaco que estuvo o está sitiado por los criminales, así como el asesinato de un menor de tres años a recientes fechas, la respuesta es reacomodo de personas en las filas de las instituciones de seguridad. Ya nos habían dicho David Anaya Cooley, secretario de Seguridad del Estado y Claudia Indira Contreras Córdova, fiscal general del Estado de Sonora, en entrevistas que les hicimos en la Mesa Cancún, que estaban haciendo bien su trabajo y que tenían todo controlado. Nos platicaron de la preparación de los elementos, del profesionalismo, de los exámenes de confianza, de las estrategias, etc. Y de todas maneras, la ciudadanía seguimos viendo cómo caen los muertos, que supuestamente son de otros criminales así como también los atentados contra policías en Guaymas y Hermosillo.

No queremos los ciudadanos declaraciones, queremos ver acciones, resultados y el retorno de la paz a nuestras comunidades.

Gustavo Tena H. Columnista ciudadano.

Correo: ciudadanopenso@gmx.es

En las últimas semanas vimos cómo el flagelo de la inseguridad parecía ser la dueña y señora de algunas comunidades de nuestro Estado. A nuestros celulares llegaban fotos y videos que son simplemente espantosas. Todos esperábamos la respuesta inmediata de nuestras autoridades debido a lo escandalosas de las acciones de los criminales que obviamente son narcotraficantes, pero los ataques y tragedias se sucedieron unas detrás de otras y simplemente no veíamos ninguna acción clara y contundente que detuviera a los asesinos de la mafia del narco.

Aunque los asesinatos se daban en contra de otros delincuentes, éstos usan calles y avenidas como sus campos de batalla, e incluso como escaparates macabros de sus mensajes a los contrincantes, dejando cadáveres desmembrados o despellejados a la vista pública, haciendo alarde de su poder y su impunidad. Lo que como ciudadanos nos hace preguntarnos de si realmente tienen más poder que las propias autoridades, incluso hay muchas personas que comentan convencidos de que los delincuentes que se están peleando la “plaza” Sonora, son de hecho más poderosos que nuestras autoridades.

Yo en lo personal, no creo que los delincuentes tengan más poder que las fuerzas del orden público y menos que el Ejército, pero después de que las semanas rebasaron a los días y después los meses a las semanas, sin ver acción alguna he empezado a creer que lo que muchas gentes aseguran, tal vez sea cierto. Después me entero que algunos conocidos están comprando armas para tratar de mantener la seguridad de sus familias, de hecho un buen amigo que aprovechó una visita a la capital del país, para ir a la Sedena y comprar una pistola. Lo que más me sorprendió fue lo que me narró al respecto:

“La cola para comprar armas era enorme, tardé dos días para poder comprarme el arma. Había centenares de personas comprando armas, yo fui por una pistola calibre 38, pero había gentes que salían con dos, tres o 10 armas de diferentes tipos, rifles o pistolas y que había de todas las marcas. La única regla era no comprar aquellas que por su calibre eran consideradas de uso exclusivo del Ejército, excepto si eras guarura o de alguna compañía de seguridad. Ahí mismo te entregaban tu arma junto con tu permiso de transportación”.

Al escuchar su relato, mismo que he resumido lo más que he podido, no podía de dejar de estar sorprendido. No puedo de dejar de imaginarme un escenario en el que nuestras autoridades parecen inertes o impotentes y con la terrible actividad criminal, sumando a este escenario ciudadanos armados e inexpertos o con nula educación en el manejo de armas. Francamente pienso que es un escenario espantoso.

Aunque ya hubo una declaración de parte de la Gobernadora del estado con respecto a este tema y con acciones de encomendar a la fiscal general del Estado Claudia Indira Contreras acciones al respecto, pero hasta donde sé, rodó la cabeza del director operativo de la Policía Estatal de Seguridad Pública, Antonio Flores a quien reincorporan a la Agencia de Investigación Criminal (AMIC) quedando en su puesto el comandante Néstor Manuel Plascencia Zúñiga.

Pero después de tanta gente fallecida en Ciudad Obregón, en Guaymas, Hermosillo y el pueblo de Rosario Tesopaco que estuvo o está sitiado por los criminales, así como el asesinato de un menor de tres años a recientes fechas, la respuesta es reacomodo de personas en las filas de las instituciones de seguridad. Ya nos habían dicho David Anaya Cooley, secretario de Seguridad del Estado y Claudia Indira Contreras Córdova, fiscal general del Estado de Sonora, en entrevistas que les hicimos en la Mesa Cancún, que estaban haciendo bien su trabajo y que tenían todo controlado. Nos platicaron de la preparación de los elementos, del profesionalismo, de los exámenes de confianza, de las estrategias, etc. Y de todas maneras, la ciudadanía seguimos viendo cómo caen los muertos, que supuestamente son de otros criminales así como también los atentados contra policías en Guaymas y Hermosillo.

No queremos los ciudadanos declaraciones, queremos ver acciones, resultados y el retorno de la paz a nuestras comunidades.

Gustavo Tena H. Columnista ciudadano.

Correo: ciudadanopenso@gmx.es