/ martes 7 de junio de 2022

Un ciudadano pensó | Viviendo el Apocalipsis

Yo me imaginaba el Apocalipsis como el fin y ahora que estamos en medio de este proceso, porque estamos todos en medio de ese proceso. Ahora me vengo a enterar que esa palabrita no significa el final… Significa, revelación… Sí revelación, seguramente mis lectores se estarán riendo de mi ignorancia, lo reconozco. Para mí esa palabra era sinónimo de bombas nucleares cayendo, asteroides gigantes impactando el planeta, maremotos, la falla de San Andrés borrando a Los Ángeles del mapa, fuego lloviendo del cielo, etc.

Qué ignorante de mi parte, qué ingenuo de mi parte haberme tragado esas historias de “ahí viene el lobo”, ¿Pero cómo no me iba a creer todo eso si todo mundo a mi alrededor lo creía? En fin, escuché por ahí el significado de Apocalipsis y no lo creí y fui a buscar el significado, pero etimológico, porque es el significado que más se acerca a la esencia:

La palabra, como tal, proviene del latín apocalypsis, y ésta a su vez del griego ἀποκάλυψις (apokálypsis), y significa ‘revelación’. Y a su vez, la palabra “revelación” viene del latín revelatio y significa “acción y efecto de descubrir”. Sus componentes léxicos son: el prefijo re- (hacia atrás), velum (velo), más el sufijo -ción (acción y efecto). Ver: prefijos, sufijos, otras raíces latinas, revelar, apocalipsis y también repetición.

Entonces vivimos el tiempo de la revelación, el tiempo en el cual el velo de los ojos humanos es retirado… O sea que ¿Por eso nos estamos enterando de tantas cosas? ¿No son teorías? Estamos viendo lo que ese velo no nos permitía ver, estamos en el tiempo de la caída de ese velo que por siglos y milenios nos tuvo ciegos, sordos, mudos e insensibles viviendo un mundo que hoy, se cae a pedazos a nuestro alrededor. Por eso percibimos que se nos acaba nuestro mundo… Pero no es nuestro mundo el que termina, el mundo que acaba es el de los guardianes de ese velo, que en este momento ya muestra grandes rasgaduras que los guardianes tratan de coser lo más rápido que pueden, mientras, por otros lados del velo… Se rasga muchas veces más.

La caída del velo será muy difícil para todos, para unos más y para otros peor, muy difícil, pero no imposible. Es algo así como las fuerzas de la naturaleza, oponérseles es simplemente ridículo. En experiencias que he tenido de niño y de joven, cuando íbamos a bañarnos a la playa o a un río. De manera muy ingenua aprendí que es mejor dejarse llevar que oponer resistencia, cuando una corriente de agua te atrapa es muy divertido dejarse llevar, salíamos lejos de donde habíamos entrado y corríamos de nuevo para volvernos aventar a esa corriente. Pasábamos los días más geniales jugando con esa fuerza de la naturaleza… Al tiempo cuando ya era hora de irnos, alguien de los adultos al enterarse dónde nos habíamos estado bañando, espantados nos decían que en esa corriente mucha gente se había ahogado. Yo creo que les pasó eso porque dejaron que el miedo tomara las riendas de sus mentes y opusieron resistencia, eso les agotó y se fueron.

Conforme el velo vaya desapareciendo, muchos empezarán a darse cuenta de que todo lo que aprendimos, vivimos y sufrimos, no tendrá ya cabida en este nuevo mundo que está apareciendo delante nuestro. Para mucha gente pudiera ser inconcebible aceptar que deberá desaprender tantas cosas para reaprender y empezar de nuevo sin importar la edad, en esos casos, el no aceptar esa realidad se convertirá en su peor enemigo. Mientras que los que nos dejemos llevar por esa fuerza de la naturaleza, por esa corriente, tal vez podamos disfrutar de tomar ese tobogán de energía y disfrutemos del paseo, como cuando yo de niño me divertía tanto en el río unas veces y en el océano otras.

Por lo pronto acabo de aprender que Apocalipsis no significa fin, al contrario, significa empezar… Pero desde la verdad.


Yo me imaginaba el Apocalipsis como el fin y ahora que estamos en medio de este proceso, porque estamos todos en medio de ese proceso. Ahora me vengo a enterar que esa palabrita no significa el final… Significa, revelación… Sí revelación, seguramente mis lectores se estarán riendo de mi ignorancia, lo reconozco. Para mí esa palabra era sinónimo de bombas nucleares cayendo, asteroides gigantes impactando el planeta, maremotos, la falla de San Andrés borrando a Los Ángeles del mapa, fuego lloviendo del cielo, etc.

Qué ignorante de mi parte, qué ingenuo de mi parte haberme tragado esas historias de “ahí viene el lobo”, ¿Pero cómo no me iba a creer todo eso si todo mundo a mi alrededor lo creía? En fin, escuché por ahí el significado de Apocalipsis y no lo creí y fui a buscar el significado, pero etimológico, porque es el significado que más se acerca a la esencia:

La palabra, como tal, proviene del latín apocalypsis, y ésta a su vez del griego ἀποκάλυψις (apokálypsis), y significa ‘revelación’. Y a su vez, la palabra “revelación” viene del latín revelatio y significa “acción y efecto de descubrir”. Sus componentes léxicos son: el prefijo re- (hacia atrás), velum (velo), más el sufijo -ción (acción y efecto). Ver: prefijos, sufijos, otras raíces latinas, revelar, apocalipsis y también repetición.

Entonces vivimos el tiempo de la revelación, el tiempo en el cual el velo de los ojos humanos es retirado… O sea que ¿Por eso nos estamos enterando de tantas cosas? ¿No son teorías? Estamos viendo lo que ese velo no nos permitía ver, estamos en el tiempo de la caída de ese velo que por siglos y milenios nos tuvo ciegos, sordos, mudos e insensibles viviendo un mundo que hoy, se cae a pedazos a nuestro alrededor. Por eso percibimos que se nos acaba nuestro mundo… Pero no es nuestro mundo el que termina, el mundo que acaba es el de los guardianes de ese velo, que en este momento ya muestra grandes rasgaduras que los guardianes tratan de coser lo más rápido que pueden, mientras, por otros lados del velo… Se rasga muchas veces más.

La caída del velo será muy difícil para todos, para unos más y para otros peor, muy difícil, pero no imposible. Es algo así como las fuerzas de la naturaleza, oponérseles es simplemente ridículo. En experiencias que he tenido de niño y de joven, cuando íbamos a bañarnos a la playa o a un río. De manera muy ingenua aprendí que es mejor dejarse llevar que oponer resistencia, cuando una corriente de agua te atrapa es muy divertido dejarse llevar, salíamos lejos de donde habíamos entrado y corríamos de nuevo para volvernos aventar a esa corriente. Pasábamos los días más geniales jugando con esa fuerza de la naturaleza… Al tiempo cuando ya era hora de irnos, alguien de los adultos al enterarse dónde nos habíamos estado bañando, espantados nos decían que en esa corriente mucha gente se había ahogado. Yo creo que les pasó eso porque dejaron que el miedo tomara las riendas de sus mentes y opusieron resistencia, eso les agotó y se fueron.

Conforme el velo vaya desapareciendo, muchos empezarán a darse cuenta de que todo lo que aprendimos, vivimos y sufrimos, no tendrá ya cabida en este nuevo mundo que está apareciendo delante nuestro. Para mucha gente pudiera ser inconcebible aceptar que deberá desaprender tantas cosas para reaprender y empezar de nuevo sin importar la edad, en esos casos, el no aceptar esa realidad se convertirá en su peor enemigo. Mientras que los que nos dejemos llevar por esa fuerza de la naturaleza, por esa corriente, tal vez podamos disfrutar de tomar ese tobogán de energía y disfrutemos del paseo, como cuando yo de niño me divertía tanto en el río unas veces y en el océano otras.

Por lo pronto acabo de aprender que Apocalipsis no significa fin, al contrario, significa empezar… Pero desde la verdad.