Durante más de 26 años continuos he trabajado como catedrático de Licenciatura y Posgrado en la Máxima Casa de Estudios de los sonorenses, la Universidad de Sonora, Unison, y en tal virtud he atestiguado la transición de los pasados cuatro rectores, cuyas acertadas administraciones han colocado a nuestra Universidad entre las mejores del país. Ahora, en los próximos días, antes del 19 de marzo, la H. Junta Universitaria va a seleccionar al próximo líder de nuestra trascendental institución de educación superior.
Desde hace meses, la comunidad universitaria y en general la sociedad sonorense están atentas al proceso de nombramiento del siguiente rector o rectora; e interesados en el perfil humano, profesional, familiar y académico que debe tener su dirigente ideal, para localizar, obtener, administrar y optimizar el uso de los recursos siempre escasos de nuestra máxima casa de estudios. Hace tres meses, había varios precandidatos con diversos perfiles y cualidades, que se exigían para contender por la Rectoría, en el proceso de nombramiento de este año 2021.
Al cierre de la convocatoria se registraron seis aspirantes con excelentes virtudes y antecedentes para concursar por la Rectoría; y quienes de acuerdo con la H. Junta Universitaria, reunían el perfil o características que debe tener un buen líder visionario e innovador, para dirigir eficientemente nuestra grandiosa universidad.
El entorno de la terrible pandemia del Covid 19 que nos afecta desde hace un año, y nuestros nuevos retos del siglo XXI para la Unison, son inéditos, enormes y muy complejos, por lo que ahora necesitamos un buen dirigente, comprometido con toda la sociedad e innovador; un vigoroso líder profesional con reconocimiento dentro y fuera de la Universidad, un prestigiado académico e investigador, así como un sólido profesionista en el mundo real.
El próximo rector o rectora tiene que ejercer un rectorado recio y fuerte. Debe ser un verdadero líder reconocido, serio, severo, legitimado y aceptado por todos, dentro y también fuera de las instalaciones universitarias. Con experiencia y vivencia académica regional, nacional e internacional.
El seleccionado por la H. Junta Universitaria debe ser un dirigente capaz, un líder experimentado, un negociador con habilidad vinculadora. Un moderno rector que privilegie las capacidades sobre los afectos, que sea referente de liderazgo y humildad, que privilegie las ideas con visión y prospectiva sobre los halagos y fraternidades, que garantice una eficiente gobernanza, y una efectiva Rectoría que genere resultados positivos para Sonora y México.
Un negociador y extensionista profesional que pueda enfrentar y resolver con éxito las contrariedades de desunión endogámicas, debe ser un lozano dirigente plural, tolerante e incluyente, no dogmático, radical ni fanático; necesitamos un líder conciliador, concertador, un efectivo gestor de consensos que siempre sume no que reste, que unifique no que divida a la comunidad universitaria.
El próximo dirigente deberá demostrar que, ella o él, sí sabe hacer un trabajo administrativo y político pulcro, fino, sin antagonismos, enconos ni divisiones. Tiene que instrumentar un rectorado serio, fuerte y severo; a la vez tiene que ser hábil para gestionar recursos externos; y para unir a las distintas corrientes sociopolíticas de estudiantes, académicos y empleados universitarios.
Seleccionados desde adentro y también desde afuera de la institución, tiene que saber integrar un excelente equipo de académicos, técnicos, investigadores, administradores y expertos; hábiles para trabajar bien en equipo y armonía con otras fuerzas e intereses universitarios diversos, a fin de poder realizar las acciones, objetivos y metas propuestas en su Plan de Desarrollo Institucional.
Deberá instrumentar las reformas y cambios que la Unison requiere; así como hacer del pluralismo cultural e ideológico y de nuestra valiosa diversidad multidisciplinaria, una verdadera fortaleza estatal y regional, para vencer con inteligencia las adversidades y actuales momentos adversos derivados de la crisis socioeconómica y la pandemia del Covid 19.
Nuestra Universidad requiere de un vigoroso líder que no ande buscando culpables de nuestros crónicos problemas, sino que asuma con visión una Rectoría fuerte, madura, severa, jovial, moderna, internacionalista y capaz de organizar con inteligencia un efectivo trabajo conjunto de casi 40 mil universitarios para solucionar con éxito y resolver los conflictos u obstáculos que nos impiden progresar.
La siguiente rectora o rector no eludirá responsabilidades y enfrentará los retos presentes y futuros con sabiduría política, energía, inteligencia y severidad, a fin de garantizar resultados efectivos que beneficien a todos. Cumplirá requisitos básicos de pluralismo ideológico universitario, aparte de mostrar una personalidad de pensamiento abierto, global, vinculador, tolerante, innovador e incluyente; y que no adopte nunca actitudes racistas, misóginas, regionalistas ni excluyentes.
El seleccionado por la H. Junta Universitaria debe establecer magníficas relaciones con los agentes económicos, sectores productivos, académicos, científicos y sociales; así como una eficaz comunicación con organismos e instituciones nacionales e internacionales.
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Por lo tanto, jamás podrá ser soberbio, retador, prepotente ni arrogante; debe tener mucha sensibilidad política y social al ser muy respetuoso de los universitarios coincidan o no, con él o ella. Como auténtico líder y dirigente exitoso, un buen rector o rectora, debe tener mucho sentido común para comprender a todos y lograr acuerdos.
En fin, nuestro líder universitario igual a grandes dirigentes de la humanidad, siempre debe ser sencillo, modesto, tolerante y humilde, para resolver, con la participación de los universitarios, la difícil problemática que impide el engrandecimiento de nuestra Máxima Casa de Estudios; y alcanzar mayor presencia, reputación y reconocimiento de nuestra Unison en México, en los Estados Unidos de América, y en todo el mundo.
