/ domingo 22 de agosto de 2021

Visión económica | El crecimiento de Estados Unidos beneficia a México

Sin duda que el dinámico crecimiento económico que están disfrutando los estadounidenses beneficia a los mexicanos. Tal vez desde los años finales de la gran depresión durante el primer tercio del siglo pasado, la economía de los Estados Unidos no había tenido este tremendo repunte productivo y comercial que está gozando desde inicios del presente año. Esto es en virtud de que está reportando tasas de crecimiento de su producto interno bruto superiores al 6.5%, cifra que para el tamaño de la economía más grande del mundo es considerada a niveles de records históricos.

Los principales indicadores macroeconómicos presentan resultados muy favorables como los aumentos en la confianza del consumidor y de los inversionistas, el salario efectivo o real, incrementos en las ventas de carros, de casas, de viajes, etc., pero lo más significativo para conocer el desempeño de una economía es la generación de nuevos empleos, mismo parámetro que en la Unión Americana rompió el récord histórico con la creación de más de cinco millones de plazas de trabajo durante los primeros seis meses de gobierno del presidente Biden.

Ahora bien, como decimos en las mejores universidades de que a veces lo más difícil aún que ingresar y que acepten al aspirante, resulta más difícil sostenerse y egresar, así que muchos analistas se preguntan si será posible sostener en un mediano plazo este auge económico o sólo se trata de un gigantesco rebote estadístico, posterior a la caída previa del año pasado. En este sentido la preocupación de muchos se debe, entre otros riesgos, al resurgimiento del Covid-19, al cuantioso incremento del gasto gubernamental que debe ser apalancado por una política fiscal más agresiva, así como al incremento natural de la inflación, resultado de la acelerada demanda de los consumidores, quienes después de un largo periodo de enclaustramiento hoy están ávidos de salir de compras y con mayor efectivo proporcionado por su gobierno.

Por lo pronto, este inusitado crecimiento del país vecino del Norte, debe ser aprovechado por su vecino del Sur debido a la estrecha interdependencia y creciente integración de las economías, sectores productivos y comerciales de ambos países. Pero hay que aprovecharlo de inmediato, ya que no es posible saber si este alto dinamismo de la economía estadounidense, cuanto tiempo puede durar.

Ahora bien, lo que México puede hacer para sacar ventaja de la presente bonanza de sus vecinos, es fortalecer sus relaciones binacionales. El Gobierno mexicano debe entender que la integración e interdependencia con sus socios comerciales, nos ha sido, es y será cada vez más inevitable, creciente y conveniente para ambos. En tal virtud, el presidente López Obrador dijo el miércoles 11, que invitó al presidente Joe Biden a México para finales de septiembre, estableciendo como objetivos el acordar medidas para impulsar el crecimiento económico y reabrir la frontera.

Además, un reinicio de las pláticas entre funcionarios del más alto nivel que habían sido suspendidas desde hace tres años por Trump y AMLO, se reprograma para el 9 de septiembre. Los asuntos prioritarios que se discutirán en Washington serán acerca del entorno económico binacional, el desarrollo regional de América del Norte, los apoyos para los países centroamericanos, la revisión de los programas sociales, la migración y la quebrantada endeble seguridad pública, sobre todo transfronteriza. El resurgimiento del Covid-19 debido al irresponsable relajamiento de las medidas preventivas y al amplio esparcimiento de las nuevas variantes del virus como el Delta, han complicado la reapertura de la frontera compartida por los vecinos.

Por eso el pasado martes 10, altos oficiales mexicanos se reunieron con funcionarios estadounidenses como el secretario de seguridad nacional de Estados Unidos Alejandro Mayorkas y el asesor principal para asuntos de seguridad del presidente Biden, Jack Sullivan, quienes analizaron la cooperación bilateral en asuntos de migración y seguridad pública. También antes ese día, AMLO le había llamado a la vicepresidenta Kamala Harris para discutir los temas migratorios, vacunas contra el Covid y las estrategias para apoyar las economías y el empleo de los países centroamericanos. Ojalá que estas reuniones y conversaciones fructifiquen en una verdadera mejoría en las muy complejas relaciones de México y Estados Unidos en beneficio de ambos pueblos, y que el socio del Sur pueda aprovechar mejor de inmediato el auge del socio del Norte.


Sin duda que el dinámico crecimiento económico que están disfrutando los estadounidenses beneficia a los mexicanos. Tal vez desde los años finales de la gran depresión durante el primer tercio del siglo pasado, la economía de los Estados Unidos no había tenido este tremendo repunte productivo y comercial que está gozando desde inicios del presente año. Esto es en virtud de que está reportando tasas de crecimiento de su producto interno bruto superiores al 6.5%, cifra que para el tamaño de la economía más grande del mundo es considerada a niveles de records históricos.

Los principales indicadores macroeconómicos presentan resultados muy favorables como los aumentos en la confianza del consumidor y de los inversionistas, el salario efectivo o real, incrementos en las ventas de carros, de casas, de viajes, etc., pero lo más significativo para conocer el desempeño de una economía es la generación de nuevos empleos, mismo parámetro que en la Unión Americana rompió el récord histórico con la creación de más de cinco millones de plazas de trabajo durante los primeros seis meses de gobierno del presidente Biden.

Ahora bien, como decimos en las mejores universidades de que a veces lo más difícil aún que ingresar y que acepten al aspirante, resulta más difícil sostenerse y egresar, así que muchos analistas se preguntan si será posible sostener en un mediano plazo este auge económico o sólo se trata de un gigantesco rebote estadístico, posterior a la caída previa del año pasado. En este sentido la preocupación de muchos se debe, entre otros riesgos, al resurgimiento del Covid-19, al cuantioso incremento del gasto gubernamental que debe ser apalancado por una política fiscal más agresiva, así como al incremento natural de la inflación, resultado de la acelerada demanda de los consumidores, quienes después de un largo periodo de enclaustramiento hoy están ávidos de salir de compras y con mayor efectivo proporcionado por su gobierno.

Por lo pronto, este inusitado crecimiento del país vecino del Norte, debe ser aprovechado por su vecino del Sur debido a la estrecha interdependencia y creciente integración de las economías, sectores productivos y comerciales de ambos países. Pero hay que aprovecharlo de inmediato, ya que no es posible saber si este alto dinamismo de la economía estadounidense, cuanto tiempo puede durar.

Ahora bien, lo que México puede hacer para sacar ventaja de la presente bonanza de sus vecinos, es fortalecer sus relaciones binacionales. El Gobierno mexicano debe entender que la integración e interdependencia con sus socios comerciales, nos ha sido, es y será cada vez más inevitable, creciente y conveniente para ambos. En tal virtud, el presidente López Obrador dijo el miércoles 11, que invitó al presidente Joe Biden a México para finales de septiembre, estableciendo como objetivos el acordar medidas para impulsar el crecimiento económico y reabrir la frontera.

Además, un reinicio de las pláticas entre funcionarios del más alto nivel que habían sido suspendidas desde hace tres años por Trump y AMLO, se reprograma para el 9 de septiembre. Los asuntos prioritarios que se discutirán en Washington serán acerca del entorno económico binacional, el desarrollo regional de América del Norte, los apoyos para los países centroamericanos, la revisión de los programas sociales, la migración y la quebrantada endeble seguridad pública, sobre todo transfronteriza. El resurgimiento del Covid-19 debido al irresponsable relajamiento de las medidas preventivas y al amplio esparcimiento de las nuevas variantes del virus como el Delta, han complicado la reapertura de la frontera compartida por los vecinos.

Por eso el pasado martes 10, altos oficiales mexicanos se reunieron con funcionarios estadounidenses como el secretario de seguridad nacional de Estados Unidos Alejandro Mayorkas y el asesor principal para asuntos de seguridad del presidente Biden, Jack Sullivan, quienes analizaron la cooperación bilateral en asuntos de migración y seguridad pública. También antes ese día, AMLO le había llamado a la vicepresidenta Kamala Harris para discutir los temas migratorios, vacunas contra el Covid y las estrategias para apoyar las economías y el empleo de los países centroamericanos. Ojalá que estas reuniones y conversaciones fructifiquen en una verdadera mejoría en las muy complejas relaciones de México y Estados Unidos en beneficio de ambos pueblos, y que el socio del Sur pueda aprovechar mejor de inmediato el auge del socio del Norte.