Recientemente, ante los temores de una devaluación más y la consecuente escalada de los precios, similar a crisis anteriores como la del bienio 2008-09, varios estudiantes y lectores nos han preguntado por qué las graves crisis económica y sanitaria que ha provocado la pandemia causada por el Covid-19, no han tenido los impactos tan desastrosos que se podrían esperar este año 2020, sobre la paridad cambiaria y el precio de las divisas internacionales, ni tampoco en el aumento del nivel generalizado de precios o la inflación.
En efecto, estos dos parámetros e importantes indicadores macroeconómicos se han mantenido relativamente estables durante este año. Veamos primero la situación de la paridad cambiaria o la cantidad de pesos que se necesitan para comprar un dólar. La temida devaluación afortunadamente no se ha presentado, en virtud de factores tanto internos como externos. De hecho en ambas situaciones, inflación y devaluación, tienen mucho que ver diversos factores externos, debido a que la economía mexicana está internacionalizada, integrada y es extremadamente interdependiente con la economía de nuestros vecinos y principales socios comerciales, los Estados Unidos de América, los USA.
En primer lugar, analicemos la paridad cambiaria, esto es la situación que ha sostenido el peso con respecto a la divisa de intercambio mundial por excelencia que todavía sigue siendo el dólar estadounidense, aunque ya el yuan chino y el euro lo acosan fuertemente.
Aquí es necesario precisar que el tipo de cambio de nuestro peso mexicano, con respecto a las otras monedas en el mundo, desde hace muchos años se optó por la libre flotación, o sea su valor de cambio se deja al libre juego de oferta y demanda de divisas. Y en este caso el gobierno casi no interviene en establecer la paridad, como sí lo hacía décadas atrás, cuando el gobierno federal fijaba un tipo de cambio fijo a 12.50 pesos por dólar gringo, por ejemplo.
Actualmente, la paridad o el tipo de cambio libremente queda sujeto a la oferta y a la demanda de dólares, de tal manera que si antes de la pandemia, en la tradicional época navideña los mexicanos demandaban una inmensa cantidad de dólares para ir de compras o shopping al otro lado, en este año no lo están haciendo igual que en años anteriores.
Así que la demanda de dólares por parte de los consumidores mexicanos, que por millones iban cada año a comprar al otro lado de la frontera, pues simplemente hoy no lo pueden hacer, por la prohibición que tienen de pasar e ir de comparar o a turistear a los USA.
Como es sabido, cuando la demanda de un bien, producto, artículo y servicio se desploma, en este caso el dólar sería el bien, su precio del mismo, igualmente cae en consecuencia; y, ahora se requieren los mismos 20 pesos de hace un año para comprar un dólar. Además, también sabemos que cuando la oferta de cualquier bien se incrementa o es muy grande sobre la misma demanda, su precio disminuye, y en esta simplificación el precio del dólar, el tipo de cambio, se abarata y el peso no se devalúa.
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Ahora bien, por el lado de la oferta, ésta, por diversos componentes, se ha incrementado considerablemente este año, en virtud de que como nunca antes en la historia, el presidente López Obrador, le llamó milagro, las remesas que envían los paisanos a los segmentos más pobres de México, ascenderán este año a la cifra récord de los 40 mil millones de dólares; lo cual, es una válvula de escape para la economía mexicana.
