/ lunes 25 de mayo de 2020

Visión económica | Lo que el gobierno puede y debe hacer

Primera parte

Sin anticipar la gravedad e intensidad de la sorpresiva crisis socioeconómica mundial, y que impacta duramente a nuestro país, causada por la grave pandemia de coronavirus y por el abrupto desplome de los precios internacionales del petróleo, la cual ahorita están considerando todos los analistas de los medios; ya desde antes teníamos esbozado el título que compartimos en esta ocasión, con el significativo tema de las estrategias de política económica que sugeriríamos para este año 2020.

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Lo anterior, considerando que ya transcurrieron 15 meses de la administración federal, y aún más ahora frente a una inesperada crisis como la actual, la mejor estrategia que puede instrumentar el Estado, esto es gobierno y sociedad, que hasta hoy no tiene margen de maniobra, es intensificar de inmediato todas las acciones posibles para fortalecer los sectores de seguridad, salubridad y educación, en virtud de que constituyen los cimientos o pilares básicos del crecimiento productivo y bienestar o desarrollo socioeconómico.

Debido a la actual crisis económica que algunos equiparan con las peores que hemos padecido en aquellos años de 1976-1977,1982-83,1994-95, 2007-08, cuando la producción de todos los satisfactores que necesita la población cayó a tasas negativas del Producto Interno Bruto, PIB, mayores al menos del 5%, y ahora de nuevo ya se estima que el presente bienio 2019-2020, también será de recesión o nulo crecimiento del producto.

Además, la crisis económica se evidenció claramente esta semana, ya que similar a las monedas de los países emergentes, nuestro peso se devaluó respecto al dólar estadounidense, de un nivel de 18 pesos por dólar hasta superar las 22 unidades por cada billete verde.

En este negativo entorno internacional, los economistas del gobierno hoy están recurriendo a la aplicación de las mismas recetas macroeconómicas utilizadas en crisis anteriores, tales como el aumento que se acaba de aplicar de las coberturas cambiarias de 20 mil millones de dólares hasta los 30 mil millones.

Lo anterior, con la ilusión de que el incremento en la oferta de dólares fortalezca al peso y la paridad cambiaria; aunque, como lo hemos atestiguado en las crisis anteriores, estos dólares sólo benefician a los ricos sectores bursátiles financieros que lo primero que hacen es fugarlos del país y enviarlos a sus matrices en el extranjero.

Respecto a los múltiples impactos muy negativos de la crisis económica, es conveniente esperar unas semanas más para analizar el comportamiento inicial de los principales indicadores macroeconómicos, ya que hasta el momento sólo observamos el irracional caos y pánico de los paranoicos agentes económicos y sectores productivos, ante la sorpresiva emergencia sanitaria y energética, que genera incertidumbre desestimulándose la inversión.

En fin, como el gobierno no tiene muchas opciones de política económica ni fiscal ni monetaria ni recursos suficientes para curar este cáncer económico, tenemos que tomar el dinero que aún queda del fondo de reserva estabilizador, que se formó desde hace varios años precisamente para enfrentar este tipo de emergencias inesperadas. Ante fenómenos y problemas heterodoxos, tenemos que aplicar soluciones heterodoxas.

Cabe precisar que en diciembre del año 2018, al inicio del gobierno de la 4T, teníamos poco más de 300 mil millones de pesos en el citado fondo, y que el año pasado 2019, la administración del presidente López Obrador ya gastó casi la mitad de estos recursos; y, hoy sólo nos quedan alrededor de 157 mil millones de pesos; recursos muy escasos, que con prioridad máxima, urgentemente, se deben destinar al sector Salud, a mejorar la infraestructura hospitalaria, al equipo médico, electromédico y a surtir lo antes posible las necesarias medicinas y materiales de curación.

Finalmente, hoy en día, con eficacia y eficiencia, tenemos que enfrentar una grave emergencia de salud pública y socioeconómica, un gran reto nacional, una trascendental lección histórica que aprender, pero la paz, la comida y la salud no pueden esperar. Hoy nadie puede negar que sufrimos una grave emergencia de crisis mundial y nacional. Por lo tanto, a cualquier precio o costo, podemos y tenemos que evitar que por esta pandemia mueran muchos mexicanos. (Continuará)…

Primera parte

Sin anticipar la gravedad e intensidad de la sorpresiva crisis socioeconómica mundial, y que impacta duramente a nuestro país, causada por la grave pandemia de coronavirus y por el abrupto desplome de los precios internacionales del petróleo, la cual ahorita están considerando todos los analistas de los medios; ya desde antes teníamos esbozado el título que compartimos en esta ocasión, con el significativo tema de las estrategias de política económica que sugeriríamos para este año 2020.

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Lo anterior, considerando que ya transcurrieron 15 meses de la administración federal, y aún más ahora frente a una inesperada crisis como la actual, la mejor estrategia que puede instrumentar el Estado, esto es gobierno y sociedad, que hasta hoy no tiene margen de maniobra, es intensificar de inmediato todas las acciones posibles para fortalecer los sectores de seguridad, salubridad y educación, en virtud de que constituyen los cimientos o pilares básicos del crecimiento productivo y bienestar o desarrollo socioeconómico.

Debido a la actual crisis económica que algunos equiparan con las peores que hemos padecido en aquellos años de 1976-1977,1982-83,1994-95, 2007-08, cuando la producción de todos los satisfactores que necesita la población cayó a tasas negativas del Producto Interno Bruto, PIB, mayores al menos del 5%, y ahora de nuevo ya se estima que el presente bienio 2019-2020, también será de recesión o nulo crecimiento del producto.

Además, la crisis económica se evidenció claramente esta semana, ya que similar a las monedas de los países emergentes, nuestro peso se devaluó respecto al dólar estadounidense, de un nivel de 18 pesos por dólar hasta superar las 22 unidades por cada billete verde.

En este negativo entorno internacional, los economistas del gobierno hoy están recurriendo a la aplicación de las mismas recetas macroeconómicas utilizadas en crisis anteriores, tales como el aumento que se acaba de aplicar de las coberturas cambiarias de 20 mil millones de dólares hasta los 30 mil millones.

Lo anterior, con la ilusión de que el incremento en la oferta de dólares fortalezca al peso y la paridad cambiaria; aunque, como lo hemos atestiguado en las crisis anteriores, estos dólares sólo benefician a los ricos sectores bursátiles financieros que lo primero que hacen es fugarlos del país y enviarlos a sus matrices en el extranjero.

Respecto a los múltiples impactos muy negativos de la crisis económica, es conveniente esperar unas semanas más para analizar el comportamiento inicial de los principales indicadores macroeconómicos, ya que hasta el momento sólo observamos el irracional caos y pánico de los paranoicos agentes económicos y sectores productivos, ante la sorpresiva emergencia sanitaria y energética, que genera incertidumbre desestimulándose la inversión.

En fin, como el gobierno no tiene muchas opciones de política económica ni fiscal ni monetaria ni recursos suficientes para curar este cáncer económico, tenemos que tomar el dinero que aún queda del fondo de reserva estabilizador, que se formó desde hace varios años precisamente para enfrentar este tipo de emergencias inesperadas. Ante fenómenos y problemas heterodoxos, tenemos que aplicar soluciones heterodoxas.

Cabe precisar que en diciembre del año 2018, al inicio del gobierno de la 4T, teníamos poco más de 300 mil millones de pesos en el citado fondo, y que el año pasado 2019, la administración del presidente López Obrador ya gastó casi la mitad de estos recursos; y, hoy sólo nos quedan alrededor de 157 mil millones de pesos; recursos muy escasos, que con prioridad máxima, urgentemente, se deben destinar al sector Salud, a mejorar la infraestructura hospitalaria, al equipo médico, electromédico y a surtir lo antes posible las necesarias medicinas y materiales de curación.

Finalmente, hoy en día, con eficacia y eficiencia, tenemos que enfrentar una grave emergencia de salud pública y socioeconómica, un gran reto nacional, una trascendental lección histórica que aprender, pero la paz, la comida y la salud no pueden esperar. Hoy nadie puede negar que sufrimos una grave emergencia de crisis mundial y nacional. Por lo tanto, a cualquier precio o costo, podemos y tenemos que evitar que por esta pandemia mueran muchos mexicanos. (Continuará)…