/ viernes 17 de mayo de 2019

Visión económica | Maestros y educación

En el marco del Día del Maestro este 15 de mayo, se nos despliegan muchos recuerdos de nuestra trayectoria como Profesor Universitario por más de 45 años en Guadalajara, Ciudad de México, UAS, UABC, Colorado, California, Texas, USA; y en nuestra querida Universidad de Sonora, donde afortunada y permanentemente hemos colaborado desde hace 24 años continuos.

Ahora se reitera que en evaluaciones nacionales e internacionales se confirma que nuestra Universidad de Sonora es una de las mejores del país; lo cual, e independientemente de los indicadores utilizados para las evaluaciones, debe ser satisfactorio para nosotros. Felicidades a todos nuestros queridos maestros.

Al tratar el tema de los maestros y el de la educación, siempre recordamos a Tony Giddens, a Tony Blair y a colegas internacionalistas expertos en desarrollo, quienes han insistido en que existen tres soluciones para resolver cualquier problema socioeconómico de todos los países. Según estos expertos internacionales, las tres soluciones serían: educación, educación y educación.

Como lo hemos discutido en la cátedra de Análisis del Entorno Económico Global, y aunque nuestra Visión Económica anteponga nutrición y salud antes que educación, la mayoría está de acuerdo en que la educación es la solución de nuestros graves problemas nacionales de impunidad, corrupción, ignorancia, violencia, inseguridad y la desintegración nacional. Educar más y mejor, es y será siempre una bendición.

En este orden de ideas, también recordamos e insistimos que “Educar es Sembrar Patria”, como nos enseñaba hace 37 años el ilustre rector de la Universidad Autónoma de Guadalajara, doctor don Luis Garibay Gutiérrez. Rector de la primera universidad privada y verdaderamente autónoma de América Latina. Constantemente nos exhortaba a Sembrar Patria, a formar, a educar y a culturizar a la juventud mexicana; y en la Autónoma, los estudiantes provienen de toda la República, Centro y Sudamérica, así como de Estados Unidos y Canadá.

Nacionalista rector de la UAG, también presidente de la Organización Mundial de Rectores, el doctor Garibay, en 1984 nos aseguraba lo anterior, en el Lago de Chapala cuando firmábamos un convenio internacional universitario con el doctor Henry Koffler, presidente (rector) de la Universidad de Arizona; y en aquel entonces no imaginábamos las crisis futuras ni lo que ahora padece nuestra Patria.

Hoy, a finales de la segunda década del siglo XXI, y ante el evidente fracaso político, socioeconómico y educativo del país, como lo demuestran los indicadores y comparativos internacionales, es pertinente preguntarnos: ¿qué estamos haciendo con nuestra Nación? ¿Cuándo abandonamos nuestra Patria? ¿Adónde va nuestro País?

México cambió desde las crisis de los ochenta y hoy es diferente. La educación y por consecuencia la sociedad se ha deteriorado terrible y lamentablemente. No, nunca hemos sembrado la grandiosa Patria con la que soñaba el rector Garibay. Actualmente las instituciones nacionales se han desprestigiado. Ahora ya no prevalece el orden ni el Estado de Derecho y se debilita el Gobierno, la gobernanza y la gobernabilidad. Frente a ello, aquí es donde los maestros tenemos una inmensa y trascendental responsabilidad.

Desde hace cuatro décadas el sistema corrupto que desgobierna México ha generado una Nación con mucha pobreza e inseguridad, con escasa movilidad social y muy pocas oportunidades para nuestros jóvenes y estudiantes, con extremos contrastes muy peligrosos de miseria y riqueza entre regiones y clases sociales, con tratos diferenciados según influencias, y lamentablemente mucha gente piensa que es su País lo que los perjudica, detiene e impide progresar, por lo que se ven obligados a emigrar hacia los Estados Unidos.

En consecuencia no cosechamos la anhelada Patria, cuyas pésimas condiciones educativas, socioculturales y laborales afectan mayormente a la juventud, quienes sin patriotismo ni fraternidad ahora creen que no pueden salir adelante juntos como Nación y que sólo individualmente mejorarán sus vidas, por y para ellos mismos olvidando su país. Con extrema preocupación hoy sabemos que desgraciadamente enfrentamos un problema muy serio de desintegración nacional.

En fin, los maestros tenemos que Sembrar Patria para combatir al crónico y degenerativo mal de impunidad y corrupción, y frente al grave problema de desintegración nacional tenemos que educar más y mejor, debemos culturizar (insiste mi hermano Rodolfo) a la juventud, debemos impulsar y fortalecer mucho más a la educación. Así que, más vale que Sembremos Patria con mayor cobertura y mucha calidad educativa, con más oportunidades y una mejor educación para todos, en virtud de que es el medio para generar los urgentes cambios necesarios en nuestro País. Si no lo hacemos, seguiremos cosechando pobreza, corrupción, violencia, impunidad, miles de muertes e inseguridad. Pero hay que hacerlo ya, de inmediato, porque la ¡Patria no aguanta más!

Internacionalista. Maestro de Relaciones México-USA y Negocios Internacionales de la Unison.

Correo: lugallaz51@gmail.com

En el marco del Día del Maestro este 15 de mayo, se nos despliegan muchos recuerdos de nuestra trayectoria como Profesor Universitario por más de 45 años en Guadalajara, Ciudad de México, UAS, UABC, Colorado, California, Texas, USA; y en nuestra querida Universidad de Sonora, donde afortunada y permanentemente hemos colaborado desde hace 24 años continuos.

Ahora se reitera que en evaluaciones nacionales e internacionales se confirma que nuestra Universidad de Sonora es una de las mejores del país; lo cual, e independientemente de los indicadores utilizados para las evaluaciones, debe ser satisfactorio para nosotros. Felicidades a todos nuestros queridos maestros.

Al tratar el tema de los maestros y el de la educación, siempre recordamos a Tony Giddens, a Tony Blair y a colegas internacionalistas expertos en desarrollo, quienes han insistido en que existen tres soluciones para resolver cualquier problema socioeconómico de todos los países. Según estos expertos internacionales, las tres soluciones serían: educación, educación y educación.

Como lo hemos discutido en la cátedra de Análisis del Entorno Económico Global, y aunque nuestra Visión Económica anteponga nutrición y salud antes que educación, la mayoría está de acuerdo en que la educación es la solución de nuestros graves problemas nacionales de impunidad, corrupción, ignorancia, violencia, inseguridad y la desintegración nacional. Educar más y mejor, es y será siempre una bendición.

En este orden de ideas, también recordamos e insistimos que “Educar es Sembrar Patria”, como nos enseñaba hace 37 años el ilustre rector de la Universidad Autónoma de Guadalajara, doctor don Luis Garibay Gutiérrez. Rector de la primera universidad privada y verdaderamente autónoma de América Latina. Constantemente nos exhortaba a Sembrar Patria, a formar, a educar y a culturizar a la juventud mexicana; y en la Autónoma, los estudiantes provienen de toda la República, Centro y Sudamérica, así como de Estados Unidos y Canadá.

Nacionalista rector de la UAG, también presidente de la Organización Mundial de Rectores, el doctor Garibay, en 1984 nos aseguraba lo anterior, en el Lago de Chapala cuando firmábamos un convenio internacional universitario con el doctor Henry Koffler, presidente (rector) de la Universidad de Arizona; y en aquel entonces no imaginábamos las crisis futuras ni lo que ahora padece nuestra Patria.

Hoy, a finales de la segunda década del siglo XXI, y ante el evidente fracaso político, socioeconómico y educativo del país, como lo demuestran los indicadores y comparativos internacionales, es pertinente preguntarnos: ¿qué estamos haciendo con nuestra Nación? ¿Cuándo abandonamos nuestra Patria? ¿Adónde va nuestro País?

México cambió desde las crisis de los ochenta y hoy es diferente. La educación y por consecuencia la sociedad se ha deteriorado terrible y lamentablemente. No, nunca hemos sembrado la grandiosa Patria con la que soñaba el rector Garibay. Actualmente las instituciones nacionales se han desprestigiado. Ahora ya no prevalece el orden ni el Estado de Derecho y se debilita el Gobierno, la gobernanza y la gobernabilidad. Frente a ello, aquí es donde los maestros tenemos una inmensa y trascendental responsabilidad.

Desde hace cuatro décadas el sistema corrupto que desgobierna México ha generado una Nación con mucha pobreza e inseguridad, con escasa movilidad social y muy pocas oportunidades para nuestros jóvenes y estudiantes, con extremos contrastes muy peligrosos de miseria y riqueza entre regiones y clases sociales, con tratos diferenciados según influencias, y lamentablemente mucha gente piensa que es su País lo que los perjudica, detiene e impide progresar, por lo que se ven obligados a emigrar hacia los Estados Unidos.

En consecuencia no cosechamos la anhelada Patria, cuyas pésimas condiciones educativas, socioculturales y laborales afectan mayormente a la juventud, quienes sin patriotismo ni fraternidad ahora creen que no pueden salir adelante juntos como Nación y que sólo individualmente mejorarán sus vidas, por y para ellos mismos olvidando su país. Con extrema preocupación hoy sabemos que desgraciadamente enfrentamos un problema muy serio de desintegración nacional.

En fin, los maestros tenemos que Sembrar Patria para combatir al crónico y degenerativo mal de impunidad y corrupción, y frente al grave problema de desintegración nacional tenemos que educar más y mejor, debemos culturizar (insiste mi hermano Rodolfo) a la juventud, debemos impulsar y fortalecer mucho más a la educación. Así que, más vale que Sembremos Patria con mayor cobertura y mucha calidad educativa, con más oportunidades y una mejor educación para todos, en virtud de que es el medio para generar los urgentes cambios necesarios en nuestro País. Si no lo hacemos, seguiremos cosechando pobreza, corrupción, violencia, impunidad, miles de muertes e inseguridad. Pero hay que hacerlo ya, de inmediato, porque la ¡Patria no aguanta más!

Internacionalista. Maestro de Relaciones México-USA y Negocios Internacionales de la Unison.

Correo: lugallaz51@gmail.com