/ jueves 8 de abril de 2021

Visión económica | Populismo electorero

Durante este bimestre abril y mayo se intensificarán las campañas electorales en Sonora y en el país; y, en consecuencia, debemos prepararnos para padecer toda la serie de injurias, difamaciones e insultos que se lanzarán los candidatos todos contra todos, para desinformar a los votantes sobre quién de los contrincantes en las candidaturas es más corrupto y menos capaz para el puesto.

Además, como en todas las campañas políticas atestiguaremos la serie de mentiras que todos los candidatos por igual prometerán a los electores. Con respecto a la vana discusión electorera acerca de la perniciosa reimplantación del populismo, como un “mejor” sistema socioeconómico de México, es pertinente recordar que este anacrónico modelo populista ya está y ha estado presente en todo el mundo, y en nuestro país desde hace muchos años.

Este régimen se impulsa mayormente en épocas de elecciones, cuando todos los políticos candidatos de todos los partidos, ofrecen llevar a cabo acciones quiméricas paternalistas claramente populistas, y la mayoría de sus ilusorias promesas de campaña son irrealizables; aunque son falsedades que el pobre pueblo muy pobre e ignorante se las cree.

Aquí tenemos el caso reciente de los seis candidatos a la gubernatura del Estado quienes prometen el oro y el moro, para mejorar el bienestar de todos los ciudadanos sin excepción, de todas las mujeres y varones, ofrecen perfeccionar el talento juvenil de todos los sonorenses, proporcionar miles de empleos bien remunerados, suficientes becas, viviendas, medicinas, construir caminos y supercarreteras de cuatro carriles, prometen hasta hacer llover; y, así brindan todas las ofertas imaginables para todos por igual.

Algunas de las propuestas más populistas y atractivas de todos los candidatos, entre muchas otras más, son acabar con la corrupción, abatir la delincuencia e impunidad, erradicar la pobreza extrema; así como reestablecer el inexistente Estado de Derecho perdido desde hace muchos años.

Además, como buenos políticos superdotados y todos poderosos, todas sus propuestas de campaña las llevarían a cabo de inmediato en su sexenio. Sin embargo, todos sólo enumeran los “qués”, pero nunca nadie explica los “cómos” ni con cuánto ni con qué recursos.

No ofrecen nada fundamentado, viable y factible sobre cómo van a atender los problemas financieros más relevantes para la administración pública estatal, como son el futuro de la Universidad de Sonora; el viejo problema crónico degenerativo del Isssteson; la incapacidad para atraer más y mejor inversión nacional y extranjera directa materializada; el creciente problema humanitario socioeconómico del imparable flujo de miles de migrantes que tanto nos afecta en ciudades fronterizas; entre otras prioridades.

Frente a nuevos acuerdos Federación-estados de un inédito federalismo fiscal y patrimonial, tampoco nos dicen cómo se van a coordinar mejor y trabajar a favor de Sonora con el populista Gobierno federal; o siendo vecinos muy integrados e interdependientes, cómo van a negociar con los inversionistas transnacionales y con el Gobierno de los socios y vecinos del Norte.

No dicen nada porque son ignorantes del tema acerca de que la economía sonorense depende en gran medida de los Estados Unidos de América; área donde afortunadamente prevalece la estrategia de la visión estratégica de la megarregión que compartimos con Arizona, y que nosotros instrumentamos desde hace más de 25 años. Desconocen la trascendental existencia e importancia presente y futura de la ventajosa Comisión Sonora Arizona.

Similar al populismo clientelar o asistencialista que desde hace muchas décadas se aplica en México, y mientras el gobierno federal, implementa estrategias paternalistas para favorecer a simpatizantes, se manifiesta en contra de las grandes corporaciones, como pretende con las prácticas proteccionistas contra empresas multinacionales, los candidatos sonorenses se ocultan intelectualmente.

Contrario al indiscutible impulso económico del comercio libre, cuando es verdaderamente libre, el nefasto proteccionismo populista es claramente un juego de perder-perder, que mayormente perjudica a los consumidores y al mismo Gobierno, porque limita el crecimiento productivo y en consecuencia disminuye la captación fiscal del Estado.

Frente a los mismos conciudadanos y ante todo el mundo, es tan negativo el populismo aislacionista con su localista terquedad chauvinista, que gran parte de los planteamientos nativistas del populismo obsoleto, han demostrado su anacronismo e inoperancia en este siglo XXI.

Sin embargo, cierto contexto mundial, en realidad, aún también nos dice que: “se ve…se siente…el populismo está presente”; o, los “populistas unidos jamás serán vencidos” … parafraseando los viejos gritos electoreros de las nefastas marchas del populismo mexicano, que quizás, volveríamos a padecer.

Durante este bimestre abril y mayo se intensificarán las campañas electorales en Sonora y en el país; y, en consecuencia, debemos prepararnos para padecer toda la serie de injurias, difamaciones e insultos que se lanzarán los candidatos todos contra todos, para desinformar a los votantes sobre quién de los contrincantes en las candidaturas es más corrupto y menos capaz para el puesto.

Además, como en todas las campañas políticas atestiguaremos la serie de mentiras que todos los candidatos por igual prometerán a los electores. Con respecto a la vana discusión electorera acerca de la perniciosa reimplantación del populismo, como un “mejor” sistema socioeconómico de México, es pertinente recordar que este anacrónico modelo populista ya está y ha estado presente en todo el mundo, y en nuestro país desde hace muchos años.

Este régimen se impulsa mayormente en épocas de elecciones, cuando todos los políticos candidatos de todos los partidos, ofrecen llevar a cabo acciones quiméricas paternalistas claramente populistas, y la mayoría de sus ilusorias promesas de campaña son irrealizables; aunque son falsedades que el pobre pueblo muy pobre e ignorante se las cree.

Aquí tenemos el caso reciente de los seis candidatos a la gubernatura del Estado quienes prometen el oro y el moro, para mejorar el bienestar de todos los ciudadanos sin excepción, de todas las mujeres y varones, ofrecen perfeccionar el talento juvenil de todos los sonorenses, proporcionar miles de empleos bien remunerados, suficientes becas, viviendas, medicinas, construir caminos y supercarreteras de cuatro carriles, prometen hasta hacer llover; y, así brindan todas las ofertas imaginables para todos por igual.

Algunas de las propuestas más populistas y atractivas de todos los candidatos, entre muchas otras más, son acabar con la corrupción, abatir la delincuencia e impunidad, erradicar la pobreza extrema; así como reestablecer el inexistente Estado de Derecho perdido desde hace muchos años.

Además, como buenos políticos superdotados y todos poderosos, todas sus propuestas de campaña las llevarían a cabo de inmediato en su sexenio. Sin embargo, todos sólo enumeran los “qués”, pero nunca nadie explica los “cómos” ni con cuánto ni con qué recursos.

No ofrecen nada fundamentado, viable y factible sobre cómo van a atender los problemas financieros más relevantes para la administración pública estatal, como son el futuro de la Universidad de Sonora; el viejo problema crónico degenerativo del Isssteson; la incapacidad para atraer más y mejor inversión nacional y extranjera directa materializada; el creciente problema humanitario socioeconómico del imparable flujo de miles de migrantes que tanto nos afecta en ciudades fronterizas; entre otras prioridades.

Frente a nuevos acuerdos Federación-estados de un inédito federalismo fiscal y patrimonial, tampoco nos dicen cómo se van a coordinar mejor y trabajar a favor de Sonora con el populista Gobierno federal; o siendo vecinos muy integrados e interdependientes, cómo van a negociar con los inversionistas transnacionales y con el Gobierno de los socios y vecinos del Norte.

No dicen nada porque son ignorantes del tema acerca de que la economía sonorense depende en gran medida de los Estados Unidos de América; área donde afortunadamente prevalece la estrategia de la visión estratégica de la megarregión que compartimos con Arizona, y que nosotros instrumentamos desde hace más de 25 años. Desconocen la trascendental existencia e importancia presente y futura de la ventajosa Comisión Sonora Arizona.

Similar al populismo clientelar o asistencialista que desde hace muchas décadas se aplica en México, y mientras el gobierno federal, implementa estrategias paternalistas para favorecer a simpatizantes, se manifiesta en contra de las grandes corporaciones, como pretende con las prácticas proteccionistas contra empresas multinacionales, los candidatos sonorenses se ocultan intelectualmente.

Contrario al indiscutible impulso económico del comercio libre, cuando es verdaderamente libre, el nefasto proteccionismo populista es claramente un juego de perder-perder, que mayormente perjudica a los consumidores y al mismo Gobierno, porque limita el crecimiento productivo y en consecuencia disminuye la captación fiscal del Estado.

Frente a los mismos conciudadanos y ante todo el mundo, es tan negativo el populismo aislacionista con su localista terquedad chauvinista, que gran parte de los planteamientos nativistas del populismo obsoleto, han demostrado su anacronismo e inoperancia en este siglo XXI.

Sin embargo, cierto contexto mundial, en realidad, aún también nos dice que: “se ve…se siente…el populismo está presente”; o, los “populistas unidos jamás serán vencidos” … parafraseando los viejos gritos electoreros de las nefastas marchas del populismo mexicano, que quizás, volveríamos a padecer.