Entre el mar y el desierto de Sonora, escondida en medio de los cerros se encuentra la ciudad capital de Hermosillo, una metrópolis de fuertes contrastes que para muchos se ha convertido en un destino turístico cada vez más atractivo en el noroeste de México.
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Desde una escena gastronómica “de culto” para peregrinos de todo el mundo hasta una historia que no pide nada a otras ciudades del país esperando a ser redescubierta, Hermosillo ofrece algo para todas las personas.
Tanto si eres visitante como un nativo curioso, esta es una brevísima lista de lo que puede hacerse en la Ciudad del Sol, siete destinos para celebrar los siete años de El Sol de Hermosillo viviendo el día a día del corazón sonorense.
Inicia tu día en el Mercado Municipal
Desde muy temprano en la mañana puedes acudir al mercado José María Pino Suárez en el centro de la ciudad para llevarte una dosis concentrada de la vida hermosillense a través de los cinco sentidos.
Desayuna en uno de los puestos que ofrecen todo el catálogo de comidas tradicionales al estilo sonorense como la barbacoa, los tamales, la carne con chile, menudo y gallina pinta, acompañados de un café o una malteada.
Además podrás aprender de primera mano sobre la gran diversidad de productos que ofrece el lugar privilegiado de la capital entre los campos ganaderos, su extensa producción agrícola y el Mar de Cortés, con la ventaja de poder llevarlos a casa por un muy buen precio.
Escala el cerro El Bachoco
Ubicado al norte de la ciudad, este es una de las atracciones más frecuentadas por los amantes de la naturaleza, pues si logras acudir al resguardo del famoso (e inclemente) sol de Sonora descubrirás una gran ruta para practicar el senderismo, en camino hacia uno de los puntos más altos la ciudad. La vista especialmente atractiva si acudes al amanecer o cuando anochece.
En el camino a la cima puedes encontrar flora y fauna representativa de la región, como árboles de guayacán, paloverdes, sahuaros y choyas. Poniendo especial atención también se pueden ver a las diferentes especies de lagartos y aves que habitan entre los matojos.
Visita en familia la Plaza Zaragoza
La favorita indiscutida por generaciones de hermosillenses, es la escena de las celebraciones más importantes de la ciudad. En ella se pueden disfrutar de tardes y noches en familia que para muchos han quedado grabadas en la memoria.
En un solo lugar se puede degustar de un clásico coctel de elote (pedir un esquite resultaría en miradas incomodas) con vista a la catedral de La Asunción y el Palacio de Gobierno, entre los números de artistas callejeros y puestos de todo tipo de productos que se concentran aquí.
Este es el sitio de reunión por excelencia de la capital, ya que también le rodean muchos de los otros atractivos que ofrece esta lista, haciendo la mejor primera y última parada de tu día.
Escápate a Bahía de Kino
A unos 107 kilómetros de la cabecera municipal se encuentra la “Perla del Mar de Cortés”, Bahía de Kino es la escapada favorita de los hermosillenses, quienes no tienen que ir muy lejos para disfrutar de todo lo que ofrece una localidad costera.
A pesar de tratarse de un pueblo pequeño, sin duda parte del encanto, Bahía de Kino ofrece una cantidad de actividades diferentes que no le pide nada a otros destinos más grandes.
No es de extrañarse que en un solo lugar se junten desde los playeros, los amantes de los deportes acuáticos y los comedores competitivos de conchas en cada día feriado y periodo vacacional.
Aquí también puedes encontrarte con el pueblo comcáac, conocidos también como los seris, un pueblo originario que ha mantenido vigente su cultura hasta el día de hoy. Para ello tendrás que avanzar hacia la localidad de Punta Chueca, donde puedes conocer su historia y vida de primera mano.
Súbete al Trolebús
¿Ganas de conocer más de la historia de Hermosillo? El Trolebús Hermosillo es una opción que luego de suspenderse por un tiempo volvió a petición popular de la comunidad, que sigue tomando este recorrido como si fuera la primera vez.
En un viaje de una hora por el Centro Histórico y la colonia Villa de Seris se puede aprender de la ciudad capital de la mano de un guía certificado, por lo que la información viene con su certificado de autenticidad y libre de mitos o mitotes.
¿Lo mejor? La entrada cuesta lo que un café y tienen precio especial para niños, adultos mayores y estudiantes, por lo que hay espacio para toda la familia. También se ofrecen recorridos temáticos, como el que se realiza en el mes de octubre centrado en las leyendas paranormales de la ciudad, por lo que siempre se puede regresar y encontrar algo nuevo.
Relájate en la Plaza Bicentenario
Justo a un lado de la Plaza Zaragoza, su hermana menor inaugurada en 2010 es un espacio algo más moderno, algo más amplio, donde cada tarde hay algo para hacer y ver.
Vendedores de todo tipo de productos como artesanías y antigüedades se reúnen aquí, donde puedes ver su oferta mientras tomas un helado o un café de los locales que se encuentran a su alrededor.
En un buen día, esta plaza se convierte en escenario para eventos culturales, por lo que puedes llevarte una sorpresa cada vez que decidas darte la vuelta por ahí.
Conoce todos los bares del Centro
La vida nocturna en Hermosillo tiene todo tipo de bares y antros a lo largo de la ciudad, pero aquellos distribuidos por el centro histórico, muy cerca de las plazas bicentenario y Zaragoza, son los preferidos indiscutibles de los locales.
Planeando bien la ruta puedes recorrerlos todos en una sola noche, viendo en el camino desde los locales modernos con cervezas artesanales hasta los clubs con décadas de historia que son el punto de reunión para los amantes del recuerdo. Es inevitable encontrarte con uno que te siente como anillo al dedo.
Además, jugando bien las cartas es probable que una visita a los bares del centro termine también en el último destino de esta lista.
El pilón: Cómete un dogo en la “Uni”, o dos
No hay mejor manera de terminar un día en Hermosillo que visitando la plaza Emiliana de Zubeldía, la bien llamada “plaza del dogo", para que toda una comunidad de vendedores de este platillo intente conquistarte con sus creaciones.
Aquí es donde terminan muchas de las buenas historias de la capital, especialmente las que empezaron en alguno de sus bares, ya que permanecen abiertos prácticamente las 24 horas del día. Como dicen, un dogo y un "cocacolón" te resuelven la vida cuando más los necesitas, sin importar el momento o la necesidad.
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La tradición detrás de la plaza del dogo tiene más de cuarenta años acompañando a los hermosillenses, por lo que no es de extrañarse que estos puestos prácticamente nunca estén solos, llueva, truene o relampaguee gozan de un estatus casi religioso para quienes los han probado.