Jorge Le Brun y el resto del equipo de producción de El espíritu de la hospitalidad buscan destacar el talento sonorense, con una producción que comenzará a filmarse el próximo año en Hermosillo con actores y actrices de casa.
El hermosillense de 33 años escribe y dirige el proyecto fílmico que fue merecedor del Estímulo Fiscal para la Cultura y las Artes del Estado de Sonora (Eficas) 2023 y que continúa buscando patrocinios de empresas y de instituciones públicas y privadas para materializar la obra para el siguiente año.
“Definitivamente el 2024 para nosotros va a ser un año muy especial si podemos llevar a cabo este proyecto. Desde ahorita tenemos que irnos preparando, tenemos que ir uniendo fuerzas y tomar buenas decisiones para representar un proyecto cinematográfico hecho aquí, en Hermosillo, Sonora”, señaló Julián Molina, productor de la película.
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El también actor ha formado mancuerna con Le Brun en otros filmes como Cómprame un revólver (2018), La jaula se ha vuelto pájaro (2022) y What the hell is Hermosillo: El casino del diablo (2022) en los departamentos de Producción, Dirección y Arte.
“Jorge es una persona muy entregada, es una persona que lo da todo por el cine, sea de él el proyecto o no”, afirmó Molina. “Es sumamente entregado. En el momento en que él me dijo que iba a hacer un largometraje yo dije que es la persona correcta, porque hacerlo requiere mucho tiempo, esfuerzo y entrega y así lo veo a él”.
“Los que hemos trabajado con él sabemos que de las 8:00 de la mañana a las 12:00 del mediodía te puede marcar como 14 veces”, añadió entre risas Francisco Barrera, productor ejecutivo. “Es un ejemplo de su dedicación”.
Reflexión como catarsis
El espíritu de la hospitalidad marca para Le Brun su debut en la silla de director, en una historia de suspenso y de reflexión en torno a la violencia intrafamiliar y el dolor personal, contando con las actuaciones de Gabriela Ainza, Ricardo Gálvez y Rosalina Dórame (en su primera incursión en el mundo de la actuación).
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En un proceso de catarsis, la historia escrita por el director hermosillense se ha desarrollado a lo largo de tres años con diferentes tratamientos del guión, en el afán de entregar al espectador el mejor relato posible.
“Es alguien que va a ir encontrando su voz como director”, refrendó Julián Molina. “Es su primera película y él va a saber de qué está hecho, por qué está tomando estas decisiones y por qué está tan apegado en hacer algo aquí, con artistas locales, hasta con alguien que nunca había actuado en su vida, pero él dice 'si lo quiero lograr, lo puedo lograr', y eso lo vemos todas las personas que trabajamos con él”.
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