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Son 13 años los que Bryan Aguirre ha dedicado al arte circense, los cuales, a su decir han sido los mejor invertidos y lo han llevado a ser fundador de la compañía La Rana en la Hamaca.
La importancia de transmitir mensajes y enseñar es lo que orilló a Bryan a comenzar con el proyecto, el cual es uno de los primeros en Hermosillo. “Girasoles, miel y un mezquite, eso es en lo que pienso cuando hago circo, me hace sentir muy bonito, es algo que me gusta”, abundó Aguirre.
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Su primera producción se llama Plumas de pavo real y está dirigida a niños, donde utilizan vestuarios diferentes como exploradores, buzos, aviadores, científicos, astronautas, todo con el fin de trasmitir a los pequeños que explorar e investigar en las cosas que parecen desconocidas es muy bueno, tratan de despertar en los pequeños la curiosidad, para el desarrollo de habilidades.
El arte circense es reconocido por las grandes carpas que se instalan en los distintos puntos de una ciudad, con luces brillantes, colores y sonidos. Hoy en día existen grandes espectáculos con mucha producción, también existe el circo contemporáneo donde no hay animales pero que traen consigo un mensaje.
Dentro de las ramas de este espectáculo se puede encontrar el malabarismo, la acrobacia, la acrobacia aérea, el equilibrismo y el clown, los cuales son acompañados por un grupo de música.
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Lo más difícil de hacer circo es el tiempo que inviertes, dijo Bryan, es una disciplina lo requiere de mucho. “No es dificultad, todo mundo puede hacerlo, todo mundo puede alcanzar el objetivo que quiera, sin embargo, hay que entender que el tiempo es muy importante, es muy sabio y hay que dedicárselo”.
La Rana en la Hamaca te da la oportunidad de experimentar algo diferente, afirman que sus puertas están abiertas a todas las personas que deseen aprender del arte circense.
