Sólo Tyson Fury lo puede hacer. Poner caras graciosas. Abrazar a su rival. Sonreír. Dar casi un beso en la boca. Bromear. Todo en un poco tradicional face to face y, todavía, que a su oponente, en este caso Tom Schwarz, también le parezca ameno.
El inglés vive un momento óptimo. Tiene 30 años y ha pasado por grandes etapas en su vida. Lo bueno y lo malo.
Fury recuerda que regresó de una fiesta, se arrodilló y le pidió a Dios que lo ayudara, porque él ya no podía.
Antes de esa noche en la que encontró el camino, recorría por el lado negativo. Tuvo pensamientos suicidas, como relató para el New York Times, una vez que viajaba en su Ferrari a 190 millas por hora y mientras pasaba por un puente.
Estaba inmiscuido en las drogas y el alcohol. Casi a la par como lo estuvo el Tyson más famoso de todo el ambiente pugilístico: Mike.
Y es que hace cuatro años Fury lo tenía todo: la juventud, la fama, el dinero. En noviembre del 2015 venció por decisión unánime a Wladimir Klitschko y se adueñó de la división de los Pesados, con los cintos de la FIB, AMB, OMB y OIB.
Era el rey en ese tiempo. Por eso Fury se tomaba la delicadeza de opinar de todo y de todos, al grado de que se disculpó por comentarios misóginos, homofóbicos y antisemitas.
Fue suspendido un año y le quitaron los cetros. Pero regresó al ring en el 2018, porque en ese tiempo se encontró con él y con su familia, quienes le devolvieron las ganas de luchar y vivir.
MARCO DE RETORNO
El año pasado hizo tres combates, pero el más importante fue el último, en diciembre, contra otro gigante de la categoría, Deontay Wilder, en una noche espectacular de boxeo que terminó en empate, a pesar de que el campeón del CMB derribó dos veces a Fury.
Este sábado Tyson (27-0, 1 empate y 19 KO's) enfrentará al también invicto Tom Schwarz (24-0 y 16 KO's), en Las Vegas.
Será la primera vez que el alemán, de 25 años, pelee en Estados Unidos. Por su parte, el británico se estrenará en la "Ciudad del Pecado", mas no en ese país, en busca de abrirse paso y aprovechar que él y el peso Pesado, junto a los hombres del momento Andy Ruiz, Anthony Joshua y Wilder, están más vivos que nunca.