Una labor que la naturaleza ha realizado durante muchos siglos, lenta, precisa y constante, así es como ha confeccionado estas formaciones rocosas muy singulares y únicas, muy cerca de San José de Batuc, en el municipio de San Pedro de la Cueva, Sonora, un espacio que comúnmente es conocido como “La cascada seca”.
Esta parte de la geografía sonorense se encuentra en una zona con buen presencia de agua, pues por ahí corre un riachuelo que se ha ido filtrando con el paso del tiempo y al irse metiendo entre los minerales se ha producido una erosión que por años y años, le han dado esta forma tan peculiar a estas formaciones rocosas.
Su forma pareciera algo similar a una coliflor, una serie de configuraciones que se han ido formando de arriba hacia abajo, que con la filtración del agua y al irse fosilizando han ido perfeccionando estas tipo estalactitas, que se forman como resultado de los depósitos minerales continuos por toda esta acción natural.
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Este es sin duda un sitio muy especial para los pobladores de ese municipio, un lugar increíble poco esperado por como se presenta en general el tipo de ecosistema que predomina en Sonora, como lo es el desértico, sin embargo la presencia del agua puede cambiar significativamente el aspecto de estas tierras.
Tierra con abundancia de agua
Hay que recordar que esa zona del estado de Sonora es rica en cuanto a la abundancia de agua que se presenta, principalmente por el paso del río Moctezuma, que suele llevar un caudal importante prácticamente todo el año y es el principal afluente que alimenta a la presa Plutarco Elías Calles, mejor conocida como “El Novillo”.
Un punto de referencia dentro de la zona como atractivo turístico es este gran macizo rocoso que en otras épocas fue esculpido de esa forma por la presencia de agua y que en algún momento su cauce fue modificado y abandonó este lecho, dejándolo tal y como se encuentra en la actualidad.
Sus formas con muy caprichosas, las estalactitas han formado una especie de paredes en la parte superior, que crean algunas cavidades, las cuales resisten la presencia del calor y la temperatura y debajo de ellas es más baja que la que se siente en el exterior, haciendo un lugar de descanso que seguramente los antiguos habitantes de estas tierras aprovecharon considerablemente para resistir los intensos veranos sonorenses.
Un punto con mucha historia, un punto de admiración por todo lo que puede lograr la madre naturaleza, de lo que es capaz, de creación inspirada en sueños ancestrales que se convirtieron en estatuas de piedra y que pareciera que custodian el paso de los caminantes que llegan ahí buscando un refugio.
Dónde se ubica la ‘Cascada Seca’
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Si se quiere visitar esta obra maestra de la naturaleza, si se sale desde Hermosillo, se tiene que tomar la carretera a Sahuaripa y para llegar a Mazatán son 87 kilómetros y aproximadamente una hora de camino y de allí tomando el camino para San Pedro de la Cueva, un poco antes del entronque donde se divide y se puede bajar a San José de Batuc, a unos 50 kilómetros, es donde se ubica esta “Cascada seca”.
Un pretexto más para salir de la ciudad, ir a tomar un día de relajación, de disfrutar de paisajes increíbles, de gozar de un clima muy agradable y de conocer estos rincones que tiene Sonora que son definitivamente como sacados de un cuento de ciencia ficción y, ¿por qué no? degustar las delicias que en esos pueblos cuentan como testigos de la gastronomía local.
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