Dicen que por amor a veces se hacen locuras, como dejar el primer mundo y lugares con climas maravillosos para venir a vivir a un desierto donde la temperatura promedio del año casi llega a los 40 grados centígrados, en lo más recóndito de México.
No a todos les pasa, pero en caso de las maestras de francés y alemán, Clotilde Barbier Muller y Karin Neudecker de Rosas, eso podría resumir un tanto su historia en Hermosillo.
Clotilde Barbier Muller, maestra de tiempo completo de francés en la Universidad de Sonora durante 36 años, se acaba de jubilar, dedicó toda su vida profesional en Sonora a la enseñanza del francés y del inglés. Ella estudió la Licenciatura en Inglés en su natal Francia y fue maestra pionera en francés en 1984, especializada en enseñanza de francés, con maestría y doctorado en Humanidades con especialización en didáctica.
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Karin Neudecker de Rosas es maestra de alemán y coordinadora de los cursos de Otros Idiomas en la Escuela de Lenguas Extranjeras en la Universidad de Sonora, con 24 años de trabajar en la Máxima Casa de Estudios. Ella es Licenciada en Pedagogía Social (similar a la carrera de Trabajo Social que hay en México, pero con énfasis en la enseñanza para personas o familias con problemas). Hace 16 años es coordinadora de los cursos de Otros idiomas y además estudió una Maestría en Traducción de Alemán-Español.
A continuación una parte de la charla con El Sol de Hermosillo sobre su experiencia como hermosillenses:
¿Cómo llegaron a Sonora?
Clotilde: Yo llegué por amor, definitivamente, porque no conocía México, no hablaba el español y me casé con un mexicano que conocí en mi tierra y así fue, crié mi familia aquí. Soy de una provincia en el noreste de Francia, de Lorena, muy cerca de Alemania.
¿Fue difícil adaptarse a la cultura de Hermosillo? - Sí y no. Sí porque es una adaptación paulatina, a veces hay choques culturales. No, porque había mucho amor para motivar, cuando hay una fuerte motivación todo se puede. Ahora tengo familia aquí, mis hijos y mis nietos. Entonces ya soy de aquí.
Somos latinos, afortunadamente hay una raíz latina que nos une de un cierto modo, aunque el francés tiene características de ser muy rezongón, no acepta fácilmente las cosas, en México la gente es más aguantadora, entonces a veces hay esos choques, pero se va uno puliendo.
Karin: Yo llegué de turista a Sonora y en las mismas vacaciones conocí a mi futuro esposo y nos fuimos a vivir a Alemania, nos casamos allá y vivimos dos años y medio y luego regresamos a su tierra, era sonorense y ya tengo 30 años viviendo aquí. Vine de turista a Agua Prieta, donde una amiga mía alemana estuvo haciendo un servicio social de un año voluntario, vine a visitarla.
¿Fue difícil adaptarse a la cultura de Hermosillo? -Como alemanes, en general somos lo contrario a los latinos, pero en lo personal siempre he estado interesada en el mundo latino, me fascinaba la manera de ser, mi papá es alemán pero se siente latino, algo hay que nos atrae. Pero en general la vida en Alemania es muy diferente, la forma de pensar, de actuar es muy diferente. A mi no me costó tanto trabajo acostumbrarme y más si tienes un medio social que te acoge y te sientes a gusto, es fácil adaptarte.
Las diferencias son tan grandes y aquí lo que admiro de los mexicanos en general es que a veces sufren mucho, a veces tienen muchos problemas, pero son alegres, son felices, no se dejan jalar para abajo. Por el contrario en Alemania, la gente tiene mucho, pero no están contentos, estamos quejándonos a un nivel muy alto, hay problemas, pero la gente se deja afectar anímicamente.
Otra cualidad es la generosidad y la calidez humana de la gente de aquí, eso es lo curioso, tenemos contacto con muchos extranjero y cuando se van lo que dicen que van a extrañar más son las relaciones humanas, cómo los recibieron, que se sintieron como en su casa.
¿Ya se sienten sonorenses?
Clotilde: Yo sí, tengo 44 años aquí, me costó tiempo, pero ya que los hijos están aquí, me ponen raíz y ahora tolero muchas menos cosas de Francia, que las cosas aquí, hablando de calidez y la experiencia de ser maestra en la Universidad de Sonora, yo prefiero vivir aquí.
Karin: También he tomado muchas cosas de los sonorenses, ahora hay muchas cosas de Alemania que me chocan, pero no me siento mexicana, me siento en medio de dos mundos, me siento alemana, aunque he vivido más de la mitad de mi vida aquí y mis hijos son mexicanos.
¿Cómo han visto la evolución de Hermosillo en el tiempo que han vivido aquí?
Clotilde: Me tocó un Hermosillo muy chico (llegue en 1974), yo vivía en la orilla de la ciudad y ahora está en medio de la Ciudad y cuando llegué había muy poca vida cultural y en los 20 últimos años ha explotado, realmente ha crecido, está muy cerca de todo, con vuelos y se ha abierto en muchos aspectos.
Karin: Cuando llegué había muy pocas cosas, en el aspecto cultural, no había departamento de Bellas Artes de la universidad, ahora hay muchas más cosas. pero también hay puntos negativos en ese crecimiento, por ejemplo el tráfico es horrible y desordenado, no se piensa en los peatones ni en los bicicleteros. Tenemos un clima perfecto de octubre a abril y sin problemas podríamos movernos en bicicleta, pero no hay las condiciones viales, es sumamente peligroso.
Otro tema es que antes Hermosillo estaba más verde, había muchos más árboles, ahora vemos los bulevares pelones, con los árboles secándose.
¿Qué mensaje le gustaría darle a los hermosillenses que nacieron y viven aquí?
Clotilde: Camino todos los días en el monte, y hay basura, basura, basura, increíble que con la apertura al mundo, debería de cuidarse más eso. Se me hace increíble ver jóvenes, que suben con botellas de agua y no son capaces de traérsela en su bolsillo. Yo recomendaría un mayor cuidado por el medio ambiente. Es necesaria mayor conciencia. Tanto calor requiere de plantar más árboles. Aceptan que los gringos sean rigurosos, que allá no pueden tirar basura. No todos son así, hay gente consciente.
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Karin: Que se queden con lo bueno, con la esencia de la gente, tan cálida, con la curiosidad, con la generosidad y el interés por muchas cosas, pero donde hay razones para luchar por sueldos dignos, me da tristeza que la gente tenga que salir a Estados Unidos a buscar mejores ingresos, no es fácil y menos para los mexicanos que son muy apegados a su familia. Hay que luchar por condiciones de trabajo dignos, conforme a los estándares internacionales. Y esto tiene que ver también con las empresas que ofrezcan las mismas condiciones que se ofrecen en Estados Unidos o Europa.
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