Los Ángeles, California, es una ciudad de peregrinación para aquellos que buscan hacerse de fama a cómo dé lugar. En el caso de Elizabeth Short, una joven aspirante a actriz, un 15 de enero de 1947 pasaría a la historia como la víctima de uno de los crímenes más famosos de Estados Unidos: El asesinato de la Dalia Negra.
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Elizabeth Short era originaria de Boston, Massachusetts, donde vivió con su madre y sus hermanas luego de que su padre las abandonara en 1930. Para 1943, con 19 años, decidió mudarse con él a Los Ángeles; al igual que muchas jóvenes de su época, ella soñaba con trabajar en la industria del cine.
A partir de entonces Short comenzaría una vida considerada como “errante”, en la que su belleza se convirtió en su principal fuente de sustento gracias a los hombres que lograba seducir, o así contaban los medios de aquél entonces al hablar sobre ella.
Elizabeth tuvo un novio formal, un soldado de nombre Matt Gordon, con el que incluso había planes para casarse después de que él regresara de pelear en la Segunda Guerra Mundial. Desgraciadamente esto no ocurrió, Matt murió en un accidente aéreo y “La Dalia Negra” se quedó de nuevo sola en el mundo para perseguir su sueño en Hollywood.
Se le veía en diferentes locales trabajando como mesera, invirtiendo lo poco que ganaba buscando una oportunidad en la gran pantalla; después de todo se sentía confiada de atraer la atención de un cazatalentos tarde o temprano, desgraciadamente esta no fue la forma en que saltó a la fama.
"La Dalia Negra"
Era un 15 de enero de 1947 cuando una mujer que paseaba junto con su hija frente a una zona baldía en Los Ángeles se encontró frente a frente con los restos de lo que parecía ser un maniquí partido en dos partes desde el estómago, sin una gota de sangre a su alrededor. Se trataba del cuerpo de Elizabeth Short, quien había desaparecido una semana antes del hotel Biltmore, en el centro de Los Ángeles.
La maldad con la que el cuerpo había sido partido en dos, junto a la ausencia de varios de sus órganos incluyendo el corazón, el corte de una “sonrisa” desde la comisura de los labios hasta las orejas y otras señas de tortura hicieron un relato demasiado atractivo para la prensa sensacionalista de ese entonces, que acudía en masa a la escena del crimen buscando la primicia sobre la apodada “Dalia Negra, como ellos mismos le pusieron en sus encabezados.
La causa oficial de muerte de Elizabeth Short fue la pérdida de sangre junto a múltiples golpes en la cabeza, pero la evidencia forense encontrada en la autopsia incluía marcas de cuerdas, quemaduras y cortes en todo su cuerpo. Del posible responsable del asesinato que conmocionaba a la ciudad solo se conocía su sadismo.
Mientras los periódicos concentraban actualizaciones diarias en el caso, gran parte de las veces gracias a interferir con las investigaciones de la policía, el presunto autor material del homicidio se contactó con la prensa, protestando por la forma en la que el caso era tratado. En un sobre incluyó documentos de Elizabeth, como su certificado de nacimiento y una agenda con direcciones donde se incluía el nombre de Mark Hansen, el dueño de uno de los salones frecuentados por Elizabeth. Desde entonces Mark es considerado como uno de los principales sospechosos en las investigaciones.
“Desde entonces”, se dice porque el caso de La Dalia Negra permanece abierto hasta el día de hoy. Más de 60 personas, hombres y mujeres, se han adjudicado la autoría del asesinato, en parte gracias a la gran difusión que tuvo en los periódicos, cada uno con una historia diferente y una versión de Elizabeth cada vez más novelizada.
De las pocas personas que llegaron a conocerle bien, coinciden en que Elizabeth era una joven sin mayor interés en la vida de excesos que se le adjudicaba en las historias posteriores a su muerte, en cambio era una joven centrada en su sueño que trabajaba duro para conseguirlo.