El gusto por la cocina, en especial por los postres, llevaron a Diana Zavala a aprender desde muy joven el arte de la repostería y poco a poco comenzó a elaborar pasteles, panqués, pays, entre otras cosas. Y lo que inició como un hobby, pronto fue tomando forma hasta convertirse en un oficio y un negocio que hoy en día disfruta al máximo.
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En exclusiva para El Sol de Hermosillo, la joven hermosillense, quien es nutrióloga de profesión, relató que durante algunos años se dedicó a realizar pasteles y todo tipo de postres, principalmente para los festejos familiares o de algunos conocidos y amigos; sin embargo, la llegada de la pandemia la impulsó a formalizar su negocio y darse a conocer aún más.
Y es que, cuando inició el confinamiento, Diana se encontraba trabajando en un consultorio médico que tuvo que cerrar, por lo que de un día para otro se vio desempleada.
“Cuando me quedé sin trabajo y que estaba de lleno en casa comencé a tener varios pedidos de pasteles y postres, principalmente por parte de mis amistades, quienes me hablaban diciendo que querían bollitos o un pastel o cositas así; entonces me di cuenta que esto ya no era tan ocasional, sino que -por recomendaciones de ellos- me estaba llegando más trabajo”.
Uno de los principales beneficios que encontró en ese momento, dijo, era el hecho de que no requería tener mucho contacto con las personas, pues los pedidos los elaboraba en su casa y sólo tenía que salir a hacer las entregas, o bien, las personas pasaban a recogerlos, siempre cuidando todos los protocolos sanitarios.
De igual forma, los conocimientos que tiene en el área de nutrición le han ayudado para tener una buena variedad de productos, todos pensados en la necesidad de cada cliente.
“Por mencionar algunos son: pastel de zanahoria, vainilla, chocolate, marmoleado, red velvet, naranja, plátano; también hago panqués y minipanqués, al igual que galletas, pay de nuez, entre otras cosas. Varios de los panes que elaboro son con harina integral de avena y también tengo un pastel libre de azúcar, apto para personas con diabetes”.
Comenzó una buena racha
Diana señaló que para agosto de 2020 decidió abrir una cuenta de Instagram y una de Facebook, ya con el nombre de su negocio Haravéri, y de esta forma comenzó a promocionar su trabajo y los pedidos se fueron incrementando conforme avanzaban las semanas.
“En octubre del año pasado podría decirse que fue mi temporada más alta; tuve cerca de 25 pedidos en todo el mes, cuando normalmente tenía entre 10 y 12. La verdad me sentía muy emocionada por tanto trabajo”.
Recordó que al inicio tenía apenas un pedido por semana y actualmente suelen ser más de tres, y el crecimiento de este año comparado con 2020, dijo, es más del 60%.
“He visto que mis ventas ya son más constantes y ahora tengo pedidos todas las semanas, lo cual agradezco mucho porque eso me demuestra que a la gente le gusta lo que hago. Casi todas las personas nuevas que me han llegado han sido por recomendación y siempre me mandan mensaje y me dicen que les gustó mucho el producto y que están encantados”.
Más ideas para innovar
Diana apuntó que el apoyo de sus padres y su familia en general ha sido muy grande, y siempre la motivan para que siga haciendo crecer su negocio:
“Me han apoyado mucho dándome el espacio porque siempre les invado la cocina. Y cuando tengo varios pedidos mi mamá me apoya con las entregas, y mi papá me apoya mucho con las recomendaciones, sobre todo con sus compañeros y compañeras de oficina”.
La emprendedora resaltó que en un futuro espera tener su propio local, quizás del estilo de una cafetería donde pueda ofrecer toda la variedad de postres que hoy realiza.
Asimismo, uno de los proyectos que tiene en mente es poder hacer productos que verdaderamente sean saludables, para que las personas puedan disfrutar de un rico postre sin remordimiento.
“Siempre me ha gustado mucho la cocina, soy muy dulcera y además con mi profesión me gustaría más adelante lograr darle un enfoque más saludable. Espero en un futuro crear o manejar productos que sean 100% saludables y del agrado de la gente”.
Por último, para quienes están pensando en emprender algún negocio, Diana aconsejó que tengan confianza en sí mismos y que no hagan menos sus sueños.
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“Yo les diría que no hay un producto malo; que no importa que sea algo que ya está en el mercado, porque para todos sale el sol; cada quien tiene su sazón y siempre habrá público interesado en ese producto”.