La depresión, el grado de autoestima y el funcionamiento familiar son factores principales para que se desarrolle la ideación suicida entre los jóvenes y ante el crecimiento de la estadística de suicidios se requiere atender a los grupos más vulnerables con programas de prevención, aseguró la doctora Blanca Aurelia Valenzuela, docente de la Universidad de Sonora.
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La estudiosa presentó sus ideas en la conferencia ducación inclusiva, factores psicosociales asociados a la conducta suicida’ los resultados de un estudio aplicado en planteles escolares de Guaymas y Empalme, señalando que como variables de la ideación suicida destacan la depresión, el grado de autoestima y el funcionamiento familiar, primordialmente.
Por ello, destacó que es preciso trabajar con los padres y los jóvenes, especialmente de entre los 12 a los 18 años, brindándoles información sobre cómo afrontar los distintos factores de riesgo, acoso y la conducta suicida que se genera en ellos como consecuencia de su entorno.
“Como sociedad, debemos contribuir en el suministro de acciones de capacitación para la práctica de conductas alternativas a comportamientos de riesgo, como son el aprendizaje de habilidades sociales, programas de activación física, enseñanza de técnicas socio-afectivas, educación inclusiva, técnicas de comunicación y grupos de autoayuda”, añadió.
Es preciso, dijo, que hay que poner especial énfasis en una educación integral que contribuya a formar niños, niñas adolescentes y jóvenes conscientes con respeto a la diversidad humana.
La investigadora añadió que la prevención es tarea de todos y de todas y por ello, hay que escuchar y dejar que los jóvenes se expresen, hay que convivir, realizar actividades ocio y de recreación y de carácter físico.
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También hay que trabajar con la autoestima de los muchachos y muchachas, con sus proyectos de vida, sus habilidades sociales, su empoderamiento, su inteligencia emocional, inclusión social y restructuración cognitiva, buscando la modificación de su conducta, afrontamiento del estrés, la comunicación familiar, su interacción con redes de apoyo social, valores, apoyo a su psicoeducación y la construcción de una cultura de paz.
“Realmente, necesitamos modelos educativos orientados al aspecto socioemocional para fortalecer las capacidades y las acciones, así como también el bienestar psicoemocional, pues esto es definitivo para influir en los aspectos que, de alguna manera, derivan en la ideación del suicidio que ahora, es una estadística en ascenso”, concluyó.