No es la primera vez que en Sonora se discrimina a alguien por su aspecto físico y cuyo caso se hace conocido, anteriormente en Hermosillo, Mariana Ruiz denunció en las redes sociales que un restaurante la ofendió en el mismo sentido.
El caso anterior, abrió todo un debate entre los internautas, pues ante la viralización del suceso por todo el estado, Ruiz no tuvo más opción que publicar un video donde hablaba sobre la discriminación que sufrió y sobre las consecuencias que tuvo en la opinión pública.
En esta ocasión, una mujer de Ciudad Obregón sufrió algo bastante similar, donde una trabajadora de una boutique le dijo que por políticas de la empresa, no podía probarse un vestido.
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La usuaria de Facebook de Ciudad Obregón, Daniela Cárdenas, publicó una historia en su perfil, donde comienza diciendo “Voy a exponer públicamente una situación desagradable que me tocó vivir hoy, de la cual no me hace sentir nada cómoda hablar, pero tampoco quiero quedar callada”.
La mujer relató que visitó una tienda de ropa para probarse unos vestidos y ver si se compraba algo, sin embargo una de las trabajadoras le negó probarse la prenda por el peso de Daniela.
“Le dije a la chica que nos estaba atendiendo que me mediría el vestido en talla grande (yo por lo general uso talla G o XG, dependiendo de la prenda), a lo cual me contestó que venían reducidos y me sugirió otro modelo”, narró.
Cárdenas detalló que iba con su novio y que iba a elegir un vestido para su boda civil, asimismo comentó que el establecimiento se encuentra en una de las “plazas más famosas de la ciudad”.
El novio le dice que se mida la prenda para ver si le quedaba, ella miró el vestido de nuevo y pensó (según su texto) que sí le quedaba “uno conoce su cuerpo, si lo hubiera visto muy chico ni le hago el intento”.
La trabajadora le contestó “No muchacha, es que este vestido viene con tela delgadita y no le permitimos medírselo a las clientes que sabemos que no les va a quedar porque lo pueden romper”.
Cárdenas confesó que sintió mucha vergüenza, pues fue humillada y discriminada enfrente de su novio. Ofendida volvió a poner el vestido de donde lo agarró mientras la trabajadora le ofrecía ver otros modelos, Daniela respondió que se iba a ir de la tienda por el trato que recibió.
“Me fui de la boutique y me fui de la plaza sintiéndome muy mal, jamás me había pasado algo así, luego pensé ‘¿por qué fregados me niega la posibilidad de medirme un vestido?”
Cárdenas perpleja opinó en su publicación que si un cliente llega a romper la prenda, por cualquier razón, éste tiene que pagarlo. Negarle a alguien que se quiere medir un vestido le pareció inconcebible.
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“Ningún lugar debería impedirle a las personas la posibilidad de medirse su ropa, pues las están vendiendo a público abierto. Ningún lugar debería hacerte sentir discriminado. Espero que si otras mujeres han pasado por esto sepan que las actitudes y palabras de estas personas no las definen”, sentenció.
Para finalizar, recomendó ya no ir a comprar a la tienda, pues arguyó que no tiene los valores necesarios para respetar a los clientes. Dejó una foto del lugar para que las personas no asistan al establecimiento.
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