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Uno va por la vida presumiendo la vida de su hijo, publicando en redes sus hitos y el orgullo que siente verlo crecer. Pero para 3 de cada 10 papás en España, todo lo anterior es una farsa. Para ellos la realidad es que su hij@ no es su descendencia, y han vivido en el engaño el tiempo suficiente para haber otorgado su apellido, pero no sus genes.
Evidentemente ser padre no es sólo aportar un afortunado espermatozoide en el útero. Ser papá implica sobre todo la crianza. Por ello hay padres adoptivos, o padres que conocieron a la madre después de la concepción y se hicieron cargo tanto afectiva como materialmente del menor.
Sin embargo, resulta por demás interesante el saber que mucha gente vive en el engaño y que ahora la tecnología permite por una módica suma de dinero el conocer la verdad. Diego y Carlos platican de cómo una nota periodística generó un ejercicio de introspección sobre sus amistades y los casos que conocen sobre una paternidad no comprobada.
Hablar de pruebas de paternidad amplía el abanico de temas al respecto, desde cuestiones de herencias materiales, amigos que se involucran con madres solteras, paternidades no reconocidas, burlas por el poco parecido de un adulto con el menor, pero sobre todo esa duda que parece que mucha gente tiene pero pocos se atreven a comprobar.
