Durante los primeros días de agosto de este año, en espera del inicio del ciclo escolar 2021-2022, el Gobierno del Estado declaró el regreso a las escuelas una actividad esencial; es decir, que podrá continuar aún durante el desarrollo de la pandemia de Covid-19.
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En los niveles de educación básica, uno de los factores que ha impulsado el regreso a clases presenciales han sido los avances en la comprensión de cómo afecta el nuevo coronavirus a los niños más jóvenes, un tema que se investiga prácticamente desde el inicio de la contingencia sanitaria.
Resultados de investigaciones recientes sugieren que, aunque el Covid-19 está lejos de ser inofensivo para los niños, esta enfermedad si representa un riesgo menor para este grupo de edad que para personas mayores.
Según información publicada por el portal Nature, estudios preliminares realizados a base de comparar información sobre casos pediátricos en 19 países encontraron que en niños los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de muerte o enfermedad grave en adultos también aplican, como la obesidad y problemas cardiacos. En individuos sin estas complicaciones el riesgo es significativamente menor.
Para la Organización de las Naciones Unidas el regreso a clases alrededor del mundo confía en los hallazgos que sugieren que los niños tienen una menor posibilidad de desarrollar síntomas graves de Covid-19, siendo la mayoría infecciones leves e incluso asintomáticas.
¿A qué se debe la respuesta diferente de los infantes al Sars-Cov-2? Esta interrogante todavía es objeto de estudio a nivel mundial.
Algunas posibles explicaciones incluyen la mayor exposición de los niños a infecciones respiratorias, que mantiene su sistema inmune más alerta ante el nuevo coronavirus; también se estudia la posibilidad de que la población infantil presenta menores niveles de una proteína receptora en los pulmones que permite al virus infectar a las células.
Por otra parte, los bebés menores de un año son una población altamente vulnerable debido a que su sistema inmune todavía se encuentra en desarrollo, por lo que el virus puede avanzar y multiplicarse más rápidamente en su sistema.
Mientras se acepta que los niños pueden correr menor riesgo ante la enfermedad, esto no se trata de una seguridad, por lo que las medidas de prevención en escuelas y otros espacios siguen en pie para prevenir las infecciones que sí pueden causar daños.
Entre los principales riesgos de los niños que caen enfermos de gravedad por el Covid-19 está el desarrollo del síndrome inflamatorio multisistema, una reacción inmunitaria exagerada que causa inflamación en órganos como los pulmones, corazón, riñones y cerebro.
Este síndrome puede manifestarse durante los meses posteriores a la primera infección, y aunque muchos niños logran una recuperación completa sin mayores daños a largo plazo, otros pueden continuar presentando afectaciones por más tiempo.
Las escuelas siguen cerradas, los bares abiertos
De acuerdo a la organización Plan International, dedicada a los derechos de los niños en el mundo, la afectación de la contingencia sanitaria en la infancia ha ido más allá de aquellos que han caído enfermos, pues también el cierre de escuelas ha significado un golpe importante a la educación. No todos los niños se han adaptado a las clases en línea de la misma manera.
Desde inicios de la pandemia la Organización Mundial de la Salud estableció los lineamientos a seguir para regresar a las aulas, incluyendo el proporcionar a los propios niños la información adecuada de cómo protegerse a sí mismos; también promover el lavado de manos y proporcionar el material de higiene necesario.
¿Es esto suficiente? El nivel de riesgo para los niños varía significativamente de un lugar a otro, a veces hasta de una escuela a otra, por lo que otras medidas como el regreso escalonado y el establecimiento de nuevas dinámicas dentro de las aulas para detectar y aislar posibles focos de contagio se han vuelto parte vital de los planes de regreso a clases.
A mediados del mes pasado la directora ejecutiva de la UNICEF, Henrietta Fore y la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, abogaron por una reapertura de las aulas que, según señalan, “no puede esperar”.
“En un esfuerzo por limitar la transmisión del virus, los gobiernos han cerrado con demasiada frecuencia las escuelas durante períodos muy largos, incluso cuando la situación epidemiológica no lo justificaba. A menudo, estas decisiones se han tomado como un primer recurso, en lugar de como una medida de último recurso. En muchos casos, las escuelas se mantuvieron cerradas mientras que los bares y restaurantes permanecieron abiertos”, sentencia la declaración publicada en la web oficial de las Naciones Unidas.
Según señalan, la transmisión en las escuelas se puede controlar al adoptarse las medidas de prevención adecuadas, sin esperar a que el número de casos sea cero.
Mientras tanto, las estrategias de regreso a clases en México, particularmente en Sonora, permanecen como objeto de controversia entre autoridades, la comunidad escolar y padres de familia.
Entre los criterios que influyen en el desarrollo de este regreso estará el avance de la vacunación y los indicadores de la pandemia como aumentos de contagios.
La Secretaría de Educación Pública en Sonora anunció recientemente un plan de diez puntos a través de los cuales se buscará reducir el riesgo para los estudiantes mientras se procura continuar con la educación presencial. Estos son los siguientes:
1 - Integrar un comité de salud en cada escuela con padres, maestros y autoridades.
2- Establecer filtros de salud en casa, escuela y salón de clases para detectar síntomas.
3 - Implementar el lavado de manos con agua y jabón o gel antibacterial.
4 - Uso en todo momento de cubrebocas.
5 - Mantenimiento de sana distancia.
6 - Aumentar el uso de espacios abiertos.
7 - No posponen ceremonias y reuniones generales.
8 - Avisar de manera pronta y oportuna de los contagios o sospechas de Covi-19 dentro de la escuela.
9 - Acudir a los cursos de apoyo socioemocional orientados al regreso a clases por parte de la SEP.
10 - Llevar a la escuela una carta de compromiso de corresponsabilidad.
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