Entre los planes de alimentación más saludables que existen está la dieta mediterránea, pues además de ayudarte a perder peso, algunos estudios indican que la estrategia es más flexible y sostenible, lo que significa que beneficia a tu corazón y cerebro en una forma diferente que otras dietas no pueden.
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El interés por hacer la dieta surgió en la década de 1950, cuando se observó que las enfermedades cardíacas no eran tan comunes en países mediterráneos como en los Estados Unidos, desde ese momento los estudios confirmaban que la dieta ayuda a prevenir enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares.
La dieta mediterránea es una forma de alimentación basada en las cocinas tradicionales de varias regiones como Grecia, Italia, España y otros países que bordean con el Mar Mediterráneo, no existen reglas rígidas de alimentación sobre qué se debe de comer, cuándo y cuánto exactamente.
Los alimentos son de origen vegetal como cereales integrales, legumbres, frutas, frutos secos, semillas, hierbas y especies, asimismo el aceite de oliva siendo la principal fuente de grasa agregada, por otro lado se incluye con moderación el pescado, los mariscos, lácteos y la carne de ave, sin embargo, la carne roja y los dulces se comen ocasionalmente.
De acuerdo a la Escuela de Medicina de Harvard puede resultar fácil ayudarte con un gráfico para preparar las comidas, dividiendo los cuatro grupos principales: cereales integrales, proteínas magras, frutas y verduras. Ésta se distingue de muchos por la gran cantidad de aceite de oliva que se utiliza y una parte considerada de vino.
Las verduras de hoja verde llevan una gran cantidad de nutrientes, siendo las más saludables las acelgas y espinacas, también se puede agregar remolacha, brócoli, zanahorias, espárragos, judías verdes.
Existen algunas frutas con alto contenido de azúcar, las cuales pueden aumentar los niveles de azúcar en la sangre es por ello que es indispensable consumir frutas menos dulces y con más fibra para la digestión lenta y estable como las manzanas, aguacate, moras, peras, frambuesas y fresas.
Los cereales integrales son una fuente de fibra y también proporcionan algunas proteínas y grasas saludables, entre los más comunes que puedes encontrar en el supermercado está la pasta de trigo integral, avena integral, cebada, arroz integral, trigo sarraceno, quinoa, entre otros.
Algunos alimentos con proteínas magras que siguen la dieta mediterránea incluyen pescado, huevos, frutos secos, semillas y legumbres. Aquellos que debes de evitar con las cantidades elevadas de carnes rojas y productos lácteos como leche, yogur y queso, también azúcares procesados y carbohidratos de pasta refinada pan, avena y cereales.
Son algunos los beneficios para la salud de la dieta mediterránea, el consumo de grasas insaturadas saludables, vitaminas ricas en antioxidantes y polifenoles, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cerebro vascular, controla los niveles de azúcar en la sangre y pérdida de peso.
Sin embargo, también existen desventajas de esta, pues las comidas de la dieta mediterránea requieren de un cierto nivel de preparación en casa, por tal motivo es de suma importancia adaptarse a los nuevos regímenes alimenticios.
Finalmente este plan de alimentación es flexible, fácil de seguir y cuenta con un amplio respaldo de investigaciones, es por ello que se ha vuelto popular en todo el mundo.