El actor sonorense Irineo Álvarez describe el trasplante de córnea al que se sometió el año pasado como un acto de amor muy grande que tienen las personas que fallecen al compartir sus órganos con quienes lo necesitan.
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Desde niño Irineo sufrió de queratótomo, una enfermedad degenerativa que afecta principalmente la córnea. La vista se puede corregir con anteojos o lentes de contacto pero en casos avanzados como era el de Irineo sólo un trasplante podía salvar su capacidad de ver.
“Yo soy alguien que nunca supo que era ver bien, desde chico en mi familia tenemos algunos padecimientos, usé pupilentes de vidrio desde la secundaria, se me complicaba a veces en mi trabajo porque es de imagen, como te ves vales”, platicó.
Fue hasta la edad adulta cuando Irineo formó parte de una lista, ya que los doctores consideraban que hasta no quedar completamente ciego era candidato a un trasplante.
Alrededor de dos años tardó la espera para encontrar el donante indicado. “Yo me topé con médicos en Estados Unidos y en México que me dijeron que hasta quedara completamente ciego podrían hacerme un trasplante de córnea, pero que había mucha gente que podría necesitarlo, tardé como dos años en lista, en que yo tuviera un donante compatible”, expresó.
Fue en septiembre del 2018 cuando llegó un donador compatible con Irineo, la noticia lo tomó por sorpresa pues estaba a escasas semanas de filmar una película en Baja California.
“Me dijeron dos días antes, fue una experiencia muy chingona, yo no tengo miedo a las cosas médicas, pregunté si a la semana podía trabajar porque ya tenía un contrato para una película que se llamó Polvo”.
La operación se realizó en Hermosillo en el Hospital CIMA, al frente estuvieron el doctor Swanson y su equipo. “Es una intervención, te meten a cirugía, sales parchado y cada hora te están poniendo gotas”, manifestó.
A escasos días del trasplante Irineo voló a Baja California, de ahí viajó 12 horas por carretera entre el desierto para llegar al Pueblo de San Ignacio donde se realizó la filmación de la cinta. “Recién operado me podía infectar un trasplante que es tan difícil de conseguir, bendito Dios los actores con los que iba tenían alarmas que indicaban que me tocaba poner las gotas y yo con el ojo cerrado buscando que no se me infectara”, detalló.
Después de diez meses le fueron extraídos los puntos de la operación. “Se complicaba porque vivo en la Ciudad de México y en los tiempos que tengo libres viajaba a Hermosillo para ver al doctor, mi caso es diferente a alguien que radica en la ciudad”.
El actor considera que hoy en día va en aumento la difusión y la cultura de la donación de órganos. “Lo primero que hay que vencer es el temor y las suposiciones negativas, se debe de ir con fe y con determinación de que la vida va mejorar, confiar en ti mismo y sobre todo en los doctores y ahora en cuestión de dinero ya hay instancias a las que se puede acudir”, dijo.
Este 2020 Irineo visitó Hermosillo y aprovechó para acudir al Hospital General del Estado y ver al doctor Ernesto Duarte Tagles, quien también fue partícipe y lo apoyó en su trasplante, además realizaron una visita a un lugar especial llamado el Jardín de la vida.
“En el Hospital General a cada donante le ponen una planta, agregan su nombre y que fue donante y le dicen a la familia que si se quiere llevar ese árbol. En el momento que llegué al hospital yo les dije que quería mínimo darle las gracias a la planta, tocarla y decirle ‘gracias porque me has dado la vista’ y me comentaron que la familia se acaba de llevar el árbol en la mañana”, contó.
