En un principio, la venta de postres para Jesús Adrián, de 32 años de edad, era algo ocasional pero hoy, a casi diez años, se trata de un negocio familiar que en un futuro podría crear nuevos empleos en la capital sonorense.
Originario de Guaymas y con metas por delante, Quintero Ortiz asegura que a pesar de la contingencia sanitaria, aún le solicitan sus pasteles y otras delicias de la repostería que prepara con el apoyo de su esposa Marisol, de 24 años.
“Por la contingencia, pues la gente no sale de su casa, entonces nosotros decidimos llevarles el producto a su casa; incluso metimos desayuno sorpresa: estamos ahorita por meter comida a domicilio y postrecitos de cumpleaños, cositas así que nos hemos visto a la necesidad de ir mejorando todo e ir ampliando todos nuestros productos”, comentó.
Jesús Adrián contó para El sol de Hermosillo que inició con la venta cuando estudiaba en Guaymas y en esos tiempos era los fines de semana o en temporada de invierno por las celebraciones de fin de año.
El amor
Más adelante conoció a su esposa Marisol, quien le apoya desde hace seis años, ya sea en la venta o preparación de postres, pues trabajan a diario en su negocio.
Y con el propósito de salir adelante llegaron a la capital sonorense hace dos años y medio para seguir con la venta de pasteles, pues la oportunidad sería mayor.
“Empezamos a hallar el lado y poco a poco fuimos como que resurgiendo, empezamos a meter variedad, entregas a domicilio a todo Hermosillo, tarjetas de para transferencias, depósitos y pagos desde su casa para tenerle toda a la mano al cliente”, explicó Jesús Adrián.
La pandemia
Sweet Pays obtuvo una buena respuesta y las ventas mejoraron, lo que presentó una oportunidad para establecer un local, al mismo tiempo que se daba a conocer el riesgo por Covid-19 en la ciudad.
Por tal motivo, Adrián y Marisol optaron por esperar a que pasaran las medidas de higiene y a la vez, se adaptaron a la situación para seguir adelante a través de redes sociales y pedidos al 6623592491.
A pesar de ello, ambos se comprometieron a brindar apoyo en lo que pudieran, al comprar despensas de una parte de las ventas, por las dificultades de empleo y condiciones que pasan algunas personas.
“Yo me puse como meta que, de la gente que nos compra a nosotros, una parte, la iba a destinar en despensas, no fueron muchas pero ayudé en lo que pude”, mencionó Jesús Adrián.
Por último señaló que su objetivo es poder tener su establecimiento, crecer y ofrecer empleos, ayudando así a las personas que los necesitan.