Durante los últimos meses, las clínicas y hospitales de la ciudad se encontraban llenos en su totalidad por pacientes infectados por Covid-19, entre los pasillos se podía respirar angustia, terror y tristeza al ver a las personas luchar por su vida, soportando el dolor y la desesperación por la falta de oxigenación.
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Al iniciar el mes de agosto, entre el caos y la incertidumbre llegaba un momento de tranquilidad y paz para el personal de salud del hospital Dr. Ignacio Chávez de Hermosillo, pues el pasado lunes 10 de agosto fueron sorprendidos al ver que la mayor parte de las camillas destinadas para estos pacientes habían sido desocupadas.
A través de redes sociales comenzó a circular un video tomado por Adrián Salazar, camillero del hospital, donde mostraba una de las áreas Covid-19 vacías, con luz tenue, un silencio total, el material acomodado en el lugar correspondiente y las camillas desocupadas.
De acuerdo con el director del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado de Sonora (Isssteson), Pedro Ángel Contreras López, los ingresos de pacientes sí han disminuido en los últimos días en el hospital Dr. Ignacio Chávez, ya que de 54 pacientes, únicamente hay 19 hospitalizados en una de las áreas.
Además, mencionó que el lugar donde se tomó el video había sido adecuado para atender a pacientes por la pandemia, pero ante esta baja de casos de coronavirus, vuelve para atender a personas con otras enfermedades.
Adrián es camillero desde hace 10 años, en el mes de abril salió positivo a la enfermedad por lo estuvo alrededor de 40 días aislado, ya que el virus continuó por mucho tiempo y las después de 3 pruebas éstas daban positivo. A mediados de junio oficialmente se le dio el alta y regresó a su trabajo para seguir con sus actividades y seguir echándole porras a los pacientes.
“Ha habido una disminución de pacientes y de personal d enfermería notablemente, desde hace unas semanas ha disminuido paulatinamente y en el hospital es muy notorio, cuando regreso al área de medicina interna se me ocurre tomar un video porque a uno se le pone la piel chinita al no ver a los pacientes sufriendo, algunos fueron dados de alta y otros desgraciadamente fallecieron”, mencionó.
Al transitar por los fríos pasillos del área interna, Adrián se percató que había alrededor de 30 camillas las que estaban vacías, por lo que la carga de trabajo había disminuido y se respiraba un momento de tranquilidad y satisfacción por todo el trabajo que se había hecho para salvar la vida de los habitantes.
“Antes de irme vi todas las camas llenas, estaba lleno en su totalidad había gente boca abajo tratando de jalar aire, estaban desesperadas, personas entubadas, otros estaban conscientes, pasabas por los pasillos y volteabas hacia las habitaciones y había gente sentada en las camas recuperándose”, recordó.
El trabajador de salud compartió lo satisfactorio que fue para él, llegar a su trabajo el día lunes y ver los cuartos y camas vacías, ya que considera que valió la pena todo el esfuerzo que hizo el personal médico para sacar adelante a los pacientes, asimismo todo el equipo conformado por los 50 camilleros, administrativo e intendencia.
“Comencé a trabajar horas extras, turnos completos porque había falta de personal, el pasado 4 de julio cumplí años y ahí lo pasé, haciendo jornadas completas de trabajo, pero todo vale la pena al ver las áreas solas, se siente muy bonito para nosotros que hayan salido pacientes recuperados y siguen echándole ganas”, expresó.
Fueron aproximadamente 80 camillas que se asignaros a los pacientes infectados por este virus y alrededor de 30 camas ya se encontraban desocupadas en este nosocomio.
De acuerdo al último informe de la Secretaría de Salud 23,559 personas se han contagiado por Covid-19, 17,625 se han recuperado y 2,203 han perdido la batalla.
“En su momento tuve miedo porque cuando estuve infectado, tuve insuficiencia respiratoria y eso era agobiante, hay días donde te falta el aire, al día siguiente te daba temperatura, al siguiente sentías el cuerpo cansado, mucho dolor de cabeza, eran muy inestables los síntomas que te daban, cuando me recuperé decidí cuidarme más, no tenía miedo solo tomé precaución extrema”, explicó.
Adrián considera que nunca tuvo miedo, pero si tomó los cuidados necesarios para evitar contraer el virus de nuevo, ya que el cuerpo experimenta una nueva enfermedad por lo que aún no se determina cómo reaccionará, asimismo compartió que al salir de la enfermedad decidió comprar su propio equipo de trabajo mascarilla, lentes, careta y continuó con los protocolos de seguridad.
“Hago un llamado a la comunidad para que tomen conciencia que todo esto aún no acaba y va para rato, hay que seguir cuidándose y hago hincapié que no sigan haciendo reuniones o salgan a la playa porque hay muchos pacientes asintomáticos que pueden infectar a sus seres queridos, no se confíen y sigan con la guardia en alto, protegiéndose”, finalizó.