Para revertir aquellas situaciones donde la desigualdad que el comercio tradicional ha generado entre productores y consumidores, Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) han promovido a nivel internacional el comercio justo.
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Se trata de un mecanismo que busca hacer más estrecha la relación entre el origen del producto y el comprador final, reduciendo considerablemente la disparidad y atendiendo otros factores de impacto como el social, ambiental y económico.
El licenciado en Negocios Internacionales con maestría en Desarrollo Social por la Universidad de Sonora (Unison), Adan Gurrola Ruiz, expuso que el comercio tradicional se genera más con la perspectiva de ganadores y perdedores, mientras que el justo busca un equilibrio para que todos ganen.
Explicó que la intención es que desde la perspectiva del productor este reciba un precio justo por el producto que ha desarrollado, mientras que desde el lado del consumidor este tenga asegurado un artículo de buena calidad y con estándares positivos.
Para garantizar este último aspecto de los estándares, mencionó que deberían participar como terceros las OSC o las acreditadoras, incluso hasta instituciones gubernamentales que pudieran brindar ese apoyo para regular que ambas partes (productores y consumidores) trabajen de manera equilibrada.
“Esto se da desde el ámbito internacional, se da para trabajar en aspectos de exportación e importación de productos para que este comercio internacional que se desarrolla entre los países sea de una manera más justa, más equilibrada”, compartió.
El también estudiante del doctorado en Desarrollo Regional por el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), indicó que a nivel local en Hermosillo se podría aplicar este mecanismo entre el comercio rural y urbano.
Para ser considerada una Ciudad del Comercio Justo, de acuerdo a la Fairtrade Foundation, los actores deben colaborar para cumplir con cinco aspectos fundamentales:
Que la localidad cuente con productos del comercio justo; que las autoridades locales ratifiquen una resolución de apoyo a la adquisición de productos del comercio justo; las OSC deben declarar su apoyo al comercio justo, así como un número significativo de empresas deben estar dispuestas a distribuir sus productos.
Además se debe elaborar una estrategia de mercadotecnia para informar y concientizar a la sociedad, y por último formar una comisión de seguimiento para liderar los trabajos.
Beneficios en todos los aspectos
Aunado a estos requisitos, el especialista señaló que el comercio justo también tiene impactos en diversos sectores, pues no sólo se trata del precio sino también de su efecto con el medio ambiente y la sociedad.
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Para precisar, añadió que la finalidad es que el producto que se adquiere mediante este sistema no esté generando problemáticas desde donde viene, por ejemplo que no haya trabajo infantil, que los trabajadores reciban las percepciones correspondientes y que su desarrollo no afecte al ecosistema.
“Lo que busca el comercio justo es que sea equilibrada respetando derechos humanos, el medio ambiente, relaciones laborales, que no exista trabajo infantil”, agregó.
Con estas medidas también se contribuye a tener un consumidor más educado, abundó, pues cada vez estará más consciente de que aquello que adquiere es de beneficio y no aporta a un problema.
En lo que respecta a nivel local, Gurrola Ruiz comentó que en Hermosillo hace falta más concientización y capacitación en este aspecto, en cómo definir su etiquetaje, aunado a que son pocas las compañías que aceptarían este modelo.
“No hay mucha cultura de que es el comercio justo, son pocos los esfuerzos, las empresas no están ancladas a tener una etiqueta que garantice que tu producto pertenece al comercio justo, pero hay empresas que han tratado de tener estos sellos, pero no avalada por organismos internacionales”, resaltó.
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Su propuesta es aplicar este modelo a los productos que provienen de la sierra de Sonora hacia la capital, garantizar un equilibrio entre el productor rural y el consumidor en la ciudad.
