Vestido de charro y al son del mariachi, Alejandro Fernándezinició su presentación en Hermosillo, Sonora, ciudad que,expresó, lo hacía sentir como en casa.

El concierto comenzó a las 00:17 horas, El Potrillo salió alescenario para interpretar sus grandes éxitos, aunque por laexpresión del cantante y las indicaciones que le daba al staff, senotó que había algunas dificultades en el audio que despuéssolucionaron con el profesionalismo que trabaja el equipo deAlejandro Fernández.

Además de mariachi, la estrella estuvo acompañada por unabanda de música pop que sumergió a los asistentes en una veladaromántica; otra de las cosas que se apreciaron, es que la estrellase abstuvo de tomar alcohol y optó por agua y café.

Apapacho a las potrillas Ya entrado en calor,Alex se despojó del saco que portaba causando furor entre susfanáticas. La estrella también complació a sus seguidoras conalgunas fotografías, cariñosos besos y abrazos, ellas lecorrespondieron regalándole ramos de flores como muestra deagradecimiento.

“Sin tantita pena” se quedó el artista al entonar el temacon el mismo nombre, ya que bailó por el redondel sorprendiendo alos asistentes, quienes también sacaron sus mejores pasos.

Cuando llegó el momento de que cantara “No”, una de susemblemáticas piezas, el Palenque de la Expo Gan se hizo una solavoz, lo que evidenció el gusto por la letra de la románticacanción.

Como en casa El Potrillo se despidió porprimera vez al culminar “Como quien pierde una estrella”, perono pasaron ni tres minutos cuando el famoso regresó para continuarcon su repertorio: “no voy a cantar una, ni dos, voy cantarmuchas”, exclamó con alegría.

No cabe duda que de tal palo tal astilla y Alejandro Fernándezlo dejó muy en claro al momento de dar vida a los clásicos de supadre Vicente Fernández en los que figuraron “HermosoCariño”, “Por tu maldito amor”, “Estos celos”, “Acáentre nos” y culminó su espectáculo con “De qué manera teolvido”, entre muchos aplausos del público.