Se cumplen 15 años de la muerte de Eulalio González Piporro

El rey del taconazo hizo historia en el espectáculo mexicano

Javier García Java

  · sábado 1 de septiembre de 2018

Antes de ser estrella de cine trabajó como reportero para el diario regiomontano El Porvenir / ESPECIAL

El taconazo se puso de moda entre los años 50 y 60 en el siglo pasado, llegando a ser tan popular que una década más tarde una famosa cadena de zapaterías llevaba su nombre, pero más popis. Era una forma de bailar la polka y otros estilos de música norteña que, aunque ya se conocía en el norte, evidentemente, y en el sur de Estados Unidos como parte de la música regional mexicana, pronto se extendió por todo nuestro país gracias a un simpático actor, cantante y humorista llamado Eulalio González a quien apodaban Piporro y era considerado ni más ni menos El rey del taconazo.

Algunas de sus canciones eran chuscas, pero sabrosas, melodiosas, alegres, desparpajadas, como Los ojos de Pancha o El sube y baja, tan llenas de contagioso ritmo norteño que la gente no dejaba de bailar, taconeándole en la sierra, en el rancho, en los bailes, en todo evento social y hasta en los cines, pues don Eulalio actuó en más de 70 películas, muchas de ellas dedicadas especialmente a nuestros mojados en el vecino país del norte.

El mismísimo Pérez Prado, aprovechando la euforia, compuso El mambo del taconazo.

Piporro dejó de existir el 1 de septiembre de 2003, hace 15 años. También fue compositor, guionista y locutor a lo largo de una brillante carrera artística que abarcó más de cincuenta años, igual, participando con éxito en el teatro y la televisión.

Todavía en los años 90 tuvimos la fortuna de viajar con él a Hermosillo, Sonora, donde apadrinó el lanzamiento de un ambicioso proyecto para construir estudios de cine, mismo que, por cierto, nunca se llevó a cabo; la madrina del evento fue la estrella de Hollywood, Stella Stevens.

Era un tipo agradable, ameno, dicharachero y trabajador, alejado de escándalos y empeñado en disfrutar la vida. Horas antes de su muerte había conducido un homenaje a sus amigos el compositor Manuel Esperón y el cantautor Oscar Chávez en el Palacio de las Bellas Artes, siendo la última vez que se le vio en público. Rápidamente abordó el avión de regreso a su casa en San Pedro Garza García, Nuevo León, donde un infarto fulminante, de madrugada, le arrancó la vida.

NO TE LO PIERDAS

Si eres millennial y quieres conocerlo, busca sus películas en YouTube, te vas a divertir mucho y a cultivar otro tanto, pues además de su delicioso sentido del humor, Eulalio González Piporro retrató en el cine la vida en la frontera entre México y Estados Unidos, con todas sus penurias.

Pero también escribía e interpretaba corridos. Títulos como Rosita Alvirez, Agustín Jaime, El ojo de vidrio, Lucio Vázquez, Simón Blanco y El perro negro, entre otros, ayudaron a posicionarlo en el mercado del disco, a la vez que realizaba su andar en el cinematógrafo. Chulas fronteras se convirtió en una de sus canciones más emblemáticas y fue adoptada como himno entre la raza en la zona fronteriza entre México y la tierra del rock and roll, música que rivalizaba con el famoso taconazo.

EN MODO NORTEÑO

“Suénele con fe al bailazo, agarre bailadora, agárrela del brazo. Rodéllele la cintura, saque polvareda con el taconazo”, dice la letra de El taconazo. Ese “rodéllele” es parte de la forma característica de hablar del norteño de Nuevo León, proviene del verbo rodear. Así que continúa la letra: “Júntese cara a cara y si trae pistola saque el espinazo. Porque con el sangolotello, ella va a sentir muy fello si se le da un balazo”. Y remataba con un grito de ¡ajúa!, también muy peculiar de los norteños.

¿QUIÉN ERA?

Hijo de un agente aduanal llamado Pablo González y de Elvira Ramírez, nació en el municipio Los Herreras, Nuevo León, el 16 de diciembre de 1921. Su padre insistía en que estudiara medicina, pero Eulalio optó por contaduría, carrera que nunca ejerció porque soñaba ser ¡periodista!

Se inició como aprendiz de locutor y conductor de eventos que incluyeron funciones de lucha libre. En 1944 se trasladó a la Ciudad de México donde encontró acomodo en la XEW, mas no como locutor, sino como actor de radionovelas. Fue su despegue a la fama, al éxito, apoyado en un principio nada menos que por Pedro Infante, su padrino artístico.

CINCO DATOS FUNDAMENTALES

1.- Antes de ser estrella de cine trabajó como reportero para el diario regiomontano El Porvenir.

2.- Piporro era un personaje de la radionovela Ahí viene Martín Corona, protagonizada por Pedro Infante.

3.- Ganó el premio Ariel al mejor actor de cuadro por su actuación en la película Espaldas mojadas, en 1956.

4.- Participó en la telenovela Agujetas de color de rosa, producida por Luis de Llano Macedo para Televisa.

5.- En 1993 la Asociación Nacional de Actores le entregó la medalla “Eduardo Arozamena” por 50 años de carrera.

EL TOP 10 DE SUS PELÍCULAS

1952. Ahí viene Martín Corona

1954. Píntame angelitos blancos

1955. Espaldas mojadas

1959. Bendito entre las mujeres

1960. De tal palo, tal astilla

1963. El rey del tomate

1964. El bracero del año

1966. El tragabalas

1978. El fayuquero

1976. Las cenizas del diputado