El público lo decidió y la arquera sonorense fue una de las más mencionadas dentro de los hermosillenses más famosos de nuestra ciudad, algo que la hoy medallista olímpica se ha ganado a pulso gracias a su trabajo.
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Para que la gente la conozca un poco más, la tres veces olímpica por México en tiro con arco, habló con El Sol de Hermosillo sobre sus comienzos en el mundo deportivo.
“Todo empezó por casualidad, por aquellos años (por 2003), casi no se escuchaba lo que era tiro con arco. A mis papás les habían dicho en la primaria que me llevaran al CUM a buscar algún deporte”, comentó.
“Fuimos y había muchos de que atletismo, no me gustó, no me gusta correr, en aquel entonces pensaba cómo la gente corre por gusto, intenté un rato en voli, beisbol, natación, hasta que una vez se nos ocurrió ir al velódromo con mi hermana, se cayó y comenzó a sangrar”.
“Mi papá entró en pánico y los que estaban cerca eran los de tiro con arco, eran los únicos que andaban entrenando, fuimos a pedir ayuda y mientras que curaban a mi hermana, yo miraba cómo tiraban y me llamó mucho la atención”, explicó.
La hermosillense, quien ahora se codea entre los nombres más importantes que ha dado el deporte nacional por su carrera en tiro con arco, señaló que era un deporte que no conocía de niña, pues en Sonora el atletismo era una disciplina más popular y seguida.
“Yo nunca los había visto, había visto en la tele a Ana Guevara, Cárdenas, los vi correr, me llamó la atención y me dijo el entrenador que, si quería entrar, fuera mañana, fui, me prestaron el arco de mentira (el de los novatos) y me dijeron aquí está la paquita (objetivo), eran tres metros, tiré, no le di, la siguiente tampoco y la siguiente tampoco”.
“Soy algo competitiva, dije ‘no, cómo no le voy a dar, son tres metros’, yo iba a cumplir nueve años y así fue el progreso, de ‘quiero darle’, ahora que le diste, ahora rondas para darle al centro, ya que pude, ahora en cinco metros, ahora en 10, 20, 30, ya que estamos allí, ahora todas dentro del círculo negro, ahora dentro del círculo azul, entonces poco a poco como que iba subiendo la meta”, señaló.
El camino al éxito
A pesar de que muchos pueden pensar que el camino hacia lo más alto viene de dos maneras, regalado o imposible, Alejandra tiene claro que no fue sencillo, pero que todo es posible, pues no fue algo de un momento a otro, sino de años de trabajo y esfuerzo y donde tuvo que comprometerse para avanzar.
“Obviamente en el camino tienes muchos tropezones, que no te va bien, el bullying, cosas así, pero creo que todo eso lo logré superar, pensando en lo que estoy haciendo, lo que yo quería lograr y que me gustaba hacer, fue lo que me tiene aquí y lo que me mantiene hasta el momento”.
“Mi primera competencia fue en 2004, yo entré a finales de 2003 y no quedé bien y dije ‘soy muy mala, no quedé dentro de los primeros diez’, pero mi entrenador dijo que estaba bien, que fue mi primera competencia”.
“Aparte yo estaba agüitada porque fue aquí en Sonora y me había dicho que en las Olimpiadas se sale a otros estados, pero la otra Olimpiada en Tlaxcala, creo, no me acuerdo y esa era mi motivación, salir, conocer otros estados”, afirmó.
Retos importantes
Después de ponerse como meta el llegar a lo más alto para poder conocer el mundo y seguir creciendo en una disciplina que poco a poco la enamoraba más, llegaron sus primeros llamados a selección nacional.
“Por ahí de 2009, ya era una confirmada en Olimpiadas (nacionales), tenía mis medallas de oro, Nacionales y en la Olimpiada de ese año en Tijuana, entré a la selección juvenil y para este entonces yo no entrenaba bien, yo entrenaba mis tres horitas, iba a tirar flechitas y platicar, entonces cuando me dicen que voy a representar a México, yo pensando ‘Estados Unidos’ y ‘no, no, no, Italia, nos vamos a ir a la Copa Juvenil’ y cuando fui para allá quedé en tercer lugar”.
“Ahí fue el despertar, cuando dije tirando, entrenando mal, estoy aquí (yo tenía 13-14 años), imagínense si entrenará bien, así que volviendo le dije a Miguel ‘quiero entrenar bien, ahora sí, como para selección’, entonces para el siguiente año entré a Selección Mayor y me super emocioné, porque estaba con los de la tele con los de Beijing (Juegos Olímpicos 2008)”, agregó.
De igual manera, Valencia Trujillo fue parte de ese crecimiento que tiro con arco comenzó a tener en nuestro país, gracias siempre a los resultados que comenzaron a tener a nivel mundial.
“A partir de ese año comenzó como el crecimiento de tiro con arco con los resultados, ahora había equipo femenil, antes sólo eran ellas dos (Aída Román y Mariana Avitia) conmigo se pudo hacer el equipo completo y se pudo entrenar realmente como tal y así empezaron las historias de Londres, las medallas de ellas, así llegamos a lo que es hoy, así fue el camino”, dijo la medallista en Tokio 2020.
Futuros arqueros
Por último, la hermosillense mandó un mensaje a todos aquellos jóvenes que se interesaron en esta disciplina al ver las actuaciones de los arqueros en Juegos Olímpicos.
Valencia, se dijo emocionada de ser parte de esta generación que sirve como inspiración para los futuros deportistas sonorenses y mexicanos.
“Primero que lo intenten, ahí en el CUM está tiro con arco, si tienen mucha curiosidad pueden ir y preguntar, quiero ver, quiero intentar, saber porque lo veo en la tele y me encanto, inténtenlo para que se les quite la curiosidad, para que vean lo que hacemos, es diferente practicar a verlo”.
“Si normalmente la gente cuando lo ve se emociona, cuando estás tirando te emocionas un poquito más, intenten donde estén con alguien que tiene un arco que sea de eso y que les permita tirar unas tres flechas para que sepan de lo que se trata”, aclaró.
Además, les brindó su ánimo y pidió que no se rindan si tienen sueños y metas que cumplir, siempre dando lo mejor de cada uno, confiando en su trabajo.
“Tengan confianza en sí mismos, es lo que siempre les digo, porque a mí es lo que me funcionó, muchas veces los peores críticos somos nosotros mismos, no nos damos chance de ningún error porque sabemos que sabemos hacerlo, normalmente somos los peores críticos”.
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“Yo les diría que le bajen poquito, que no sean tan duros, es bueno serlo, que te mires tus errores, pero tampoco es tan (bueno) hacerlo mucho porque eso empieza a perjudicar a lo largo, se los digo por experiencia, más que nada, a parte de centrarse en sus errores, céntrense en lo que hacen bien y sus fortalezas y tengan mucha confianza en el trabajo”, finalizó.
